Un grupo de pacientes, de familiares y de amigos de personas que sufren la enfermedad de Parkinson, están organizando para el día 11 de abril una jornada que se llevará a cabo en la Plaza Las Heras, en la zona sur de la ciudad. La actividad se desarrollará en esa fecha por ser la designada por la Organización Mundial de la Salud como el día dedicado a tomar conciencia sobre esta enfermedad.
Los organizadores preveen iniciar o concluir con una caminata para visibilizar y ayudar a tomar conciencia sobre la enfermedad.
No existe una posibilidad de cura definitiva de la enfermedad, tampoco medios como para detenerla. Los avances científicos pronostican un horizonte muy favorable, en el cual muchos de los pacientes puedan recuperar en un porcentaje alto su calidad de vida.
El rol de la ciencia
José Edelstein (Físico teórico y escritor, profesor en la Universidad de Compostela, nacido en Argentina y residente en Galicia, España) afirma que “el valor de la pregunta es nuclear a la ciencia y a su interés personal en la misma. El esqueleto de la ciencia está hecho de preguntas, no de respuestas. Las respuestas pueden cambiar, son coyunturales al tiempo y contexto en el cual se dan, y de hecho cambian”.
Desde todas las áreas o especialidades de las distintas ciencias se busca permanentemente no sólo explicaciones del origen sino también paliativos diversos que ayuden a reducir los daños que el parkinson provoca en las personas. Equipos integrados por científicos de países de todo el mundo buscan día a día “cometer el error, que permita encontrar una respuesta”.
¿Qué significa cometer el error?
“Imaginemos una pregunta dada que tiene una sola respuesta correcta, la cual también será temporal. ¿Cuál puede ser el número de respuestas incorrectas?, numeroso o tal vez infinito. Es así que la probabilidad que hay de dar una respuesta correcta es casi nula”, sostiene José Edelstein.
Humberto Maturana, biólogo científico e investigador chileno (1930-2022), en uno de sus libros publicado a principios de los años 90, afirmaba que era importante “atender a la separación de la explicación de la experiencia que quiero explicar”, por tanto el aceptar la respuesta como válida o legítima también tiene que ver no sólo con quien la ofrece sino también con quien la acepta y la legitima.
De no ser asi, nunca hubiéramos podido de niños disfrutar al menos una vez al año de la misteriosa venida de los reyes magos, de la paloma que le llevaba con la suficiente antelación las cartas de todos los niños del mundo para que ordenadamente puedan ellos dar en tan solo una noche una vuelta al mundo dejando en los zapatitos de cada niño un regalo.
Para el niño que pregunta a su madre ¿cómo los reyes magos pueden visitar en una noche todas las casas del mundo?, ó ¿cómo es que se hacen los bebés?, sus respuestas o explicaciones de la experiencia han sido satisfactorias y no han necesitado (sólo por un tiempo) una repregunta. Mientras la explicación que da la madre al niño, es para él valida, es por tanto legítima y suficiente.
Esa legitimidad que cada uno le otorgamos a la respuesta que nos puede haber dado nuestra madre y que más tarde sabemos que no es verdad, es la misma legitimidad que en el siglo XVII le dieron a la explicación que Isaac Newton dio ante la pregunta ¿porqué cualquier objeto que arrojo con fuerza al aire vuelve a caer?
Retomando la idea de José Edelstein, entonces “casi todas las respuestas que demos son incorrectas, a su entender la ciencia es un método maravilloso para hacer del error algo fértil y metaforizar que el trabajo del científico es en algún modo ir todos los días al trabajo a equivocarse”.
“Cometer el error es entonces equivocarse una y mil veces, hasta el momento de un hallazgo, que en la vida de un investigador no suelen pasar, tal vez 10 ó 15 respuestas correctas (que luego serán revisadas y probablemente rebatidas también por la ciencia), respuestas entonces temporales”.
*Profesor Guillermo Magi
Le diagnosticaron en el año 2016 Parkinson, el 10 de octubre pasado fue sometido a una ECP Estimulación cerebral profunda. En esa intervención le colocaron dos electrodos en la parte dañada de su cerebro. Gracias a ello y paulatinamente está en un proceso de recuperación de funciones prácticamente perdidas.
La cirugía de altísima complejidad se realizó en la Ciudad de Rosario, en el Sanatorio Parque, fue llevada adelante por un equipo médico de Rosario y colegas de Fundación Favaloro. Ellos son: Neurocirujanos Dr. Pablo Montarino y Dr. Juan Gil, y el neurólogo Mauricio Chamorro, del Sanatorio Parque y de la Fundación Favaloro: los neurólogos Dr. Gonzalo Gómez Arévalo, María Eugenia Gómez Toledo.