A partir de un nuevo estudio del Albert Einstein College of Medicine (Estados Unidos), se sugiere que la microbiota intestinal podría desempeñar un rol clave en la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y el riesgo de diabetes. Los hallazgos se publicaron en Cell Metabolism.

La investigación

A partir de una cohorte de adultos latinos en Estados Unidos, se identificaron diferencias en la composición de su microbiota intestinal y metabolitos sanguíneos de personas que reportaban un alto consumo de bebidas azucaradas. Los cambios metabólicos se asociaron a un mayor riesgo de desarrollar diabetes en la década siguiente.

"Nuestro estudio sugiere un posible mecanismo que explica por qué las bebidas azucaradas son perjudiciales para el metabolismo", indicaron los investigadores. Si bien se trata de hallazgos observacionales, brindan información útil en pos de crear estrategias de prevención y manejo de diabetes por medio del microbioma intestinal.

Actualmente, las bebidas azucaradas son la principal fuente de azúcar en la dieta de adultos de Estados Unidos. En 2017 y 2018, el consumo promedio diario de azúcar proveniente de refrescos o jugos fue de 34,8 gramos. A diferencia de los azúcares correspondientes a alimentos sólidos, los que pertenecen al líquido son absorbidos con mayor facilidad, a la vez que cuentan con alta densidad energética.

Por otra parte, estudios previos realizados en Europa y China dieron cuenta de que estas bebidas alteran la microbiota intestinal. Este estudio es el primero en analizar si estos cambios afectan al metabolismo y aumentan el riesgo de diabetes. Además, es el primero en centrarse en la población hispana de Estados Unidos, un grupo que reúne altas tasas de diabetes y un consumo elevado de bebidas azucaradas.

La diferencia con los alimentos sólidos

Se analizaron datos del Hispanic Community Health Study/Study of Latinos (HCHS/SOL), un estudio con más de 16.000 participantes de las ciudades de San Diego, Chicago, Miami y el Bronx neoyorquino. Allí, los participantes informaron sobre su dieta de las últimas 24 horas y se tomaron muestras de sangre para analizar sus metabolitos.

Posteriormente, se recogieron muestras fecales de 3.035 participantes para estudiar la composición de su microbiota intestinal y su relación con el consumo de bebidas azucaradas. Los resultados mostraron que el consumo elevado de estas bebidas (dos o más por día) estaba asociado con cambios en la abundancia de nueve especies de bacterias intestinales. Cuatro de estas especies producen ácidos grasos de cadena corta, beneficiosos para el metabolismo de la glucosa.

Por lo general, las especies bacterianas que se vinculan al consumo de bebidas azucaradas, se vinculaban a perfiles metabólicos más perjudiciales. Estos efectos no se observaron con el azúcar proveniente de alimentos sólidos.

Hacia estudios futuros

Por otra parte, se identificaron asociaciones entre el consumo de bebidas azucaradas y 56 metabolitos en la sangre, varios de ellos producidos o modificados por la microbiota intestinal, los cuales se vincularon con peores indicadores, como niveles elevados de glucosa e insulina en ayunas, índices de masa corporal y relación cintura-cadera más altos, y niveles reducidos de colesterol HDL (el llamado colesterol “bueno”).

"Hemos encontrado que varios metabolitos relacionados con la microbiota están asociados con el riesgo de diabetes, lo que sugiere que podrían predecir la enfermedad", explicaron.

A pesar de ello, como las muestras de microbiota solo se tomaron en una parte de los participantes, no se pudo determinar si alguna especie bacteriana en particular está vinculada al riesgo de diabetes. Este dato se planea abordar en próximas investigaciones.

También se buscará validar estos hallazgos en otras poblaciones y analizar si los metabolitos microbianos están involucrados en otras enfermedades crónicas asociadas con el consumo de azúcar, como las enfermedades cardiovasculares.

Fuente: SINC.