Uno de los cánceres más frecuentes del aparato genital femenino es el cáncer de cuello uterino o de cérvix. El mismo se produce en las células de la parte inferior del cuello del útero, donde conecta con la vagina.
En el marco de la Semana de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, distintas asociaciones y organizaciones buscan difundir información y concientizar a la población principalmente en la prevención.
Virus del papiloma humano
La principal causa de este tipo de cáncer es el virus del papiloma humano o VPH, un virus al que, por lo general, se accede por transmisión sexual. Por la prevención mediante citología cervicovaginal o test de Papanicolau, la muerte por este tipo de cáncer ha disminuido drásticamente en los últimos 50 años.
Síntomas a tener en cuenta:
-Sangrado anómalo vaginal: Este síntoma puede estar relacionado con lesiones en el cuello uterino, donde se origina el cáncer. Aunque no siempre indica la presencia de un tumor maligno.
-Flujo vaginal anormal: si es sanguinolento, con mal olor o de consistencia diferente a lo habitual, puede ser otro signo de alerta. Este flujo puede deberse a la descomposición de tejidos afectados por el tumor o a infecciones secundarias en la zona.
-Sangrado intermenstrual o posmenopáusico: puede ser indicativo de alteraciones en el cérvix. Este tipo de hemorragia es especialmente relevante en mujeres posmenopáusicas.
-Dolor pélvico: En etapas avanzadas, el cáncer de cérvix puede causar dolor en la zona pélvica, que puede presentarse de forma constante o durante las relaciones sexuales (dispareunia). Este dolor suele ser un reflejo de la invasión tumoral a estructuras cercanas.
-Quedarse con la sensación de no hacer una deposición completa al ir al baño o sentir como si quedara la vejiga llena a pesar de haber orinado.
-Dolor durante las relaciones sexuales: Si un tumor es grande, afecta a los nervios de la de la vagina y eso genera mucho dolor.
Factores de riesgo
-Varias parejas sexuales: a mayor que sea el número por alguna de las dos partes, mayor será la probabilidad de adquirir la infección por VPH.
-Actividad sexual precoz (menos de 18 años): las células inmaduras parecen ser más susceptibles a los cambios precancerosos que puede provocar el VPH.
-Sistema inmune deficitario: En personas trasplantadas o que padecen VIH u otras circunstancias que generan un sistema inmune más débil.
-El tabaco: aunque el mecanismo exacto no es bien conocido, sobre todo cuando se asocia a la infección por VPH.
Claves para una correcta prevención
-La vacunación contra el VPH es una forma segura y eficaz de ayudar a prevenir el cáncer de cuello uterino. La vacuna es gratuita y obligatoria en Argentina para los adolescentes de 11 años y se aplica en todos los centros de salud públicos del país. Se trata de una vacuna que, a nivel mundial, ya ha empezado a demostrar sus beneficios.
-Realizar exámenes de detección de manera periódica a través de la prueba del VPH y la citología cervical, cervicovaginal o vaginal. Para que estos exámenes de detección sean eficaces, es importante que se hagan a tiempo y se lleve a cabo el seguimiento de los resultados anormales.
-El uso de condones o preservativos ayuda también a prevenir algunas ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual), en este caso el VPH. Sin embargo no previene la transmisión por completo, pues la exposición al virus del papiloma humano todavía ocurre en las zonas que el preservativo no cubre.
Tratamiento
Al momento de detectar el cáncer, la solución se brinda mediante una cirugía denominada "conización quirúrgica", que consiste en extraer una parte del cuello uterino. Sin embargo, cuando se extrae un fragmento superior a dos centímetros, aumenta el riesgo de futuros abortos o embarazos de alto riesgo.
Uno de los tratamientos más innovadores es la inmunoterapia. Esta tiene beneficios en pacientes de alto riesgo debido a que algunos estudios recientes reflejan cómo han incrementado la supervivencia cuando se realiza junto a la radioterapia.
La inmunoterapia aumentó la supervivencia global a 24 meses, es decir, aumentó un 30% la supervivencia a dos años. El objetivo principal es que no haya recaídas, por lo que se buscan cada vez mayores alternativas para una mejor y mayor tasa de supervivencia.
Fuente: EFE.