La incontinencia urinaria afecta a millones de personas a nivel mundial, sobre todo a mujeres o personas de edad avanzada. Este padecimiento, que suele aún resultar un tabú para dialogar, requiere la consulta con un especialista.

Recientemente, un equipo de investigadores españoles pertenecientes al Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Barcelona, dio cuenta de que aguantar las ganas de hacer pis puede conllevar consecuencias negativas para la salud, incluyendo la posibilidad de desarrollar incontinencia urinaria con el correr del tiempo.

De esta forma, intentar retrasar la hora de ir al baño a miccionar, puede contribuir a la debilidad de los músculos implicados en el control de la orina, aumentando el riesgo de incontinencia urinaria.

"Aguantarse la orina durante períodos prolongados puede incrementar la presión en la vejiga, debilitando en consecuencia los músculos del suelo pélvico con el tiempo, y contribuir en el largo plazo al desarrollo de incontinencia urinaria", indicaron.

A su vez, retener la orina puede afectar a la capacidad de la vejiga para vaciarse por completo, y provocar problemas de retención urinaria. Por estos motivos, resulta recomendable acudir al baño cuando se sientan las ganas de orinar para evitar estos problemas a largo plazo.

Una pérdida involuntaria de orina

La incontinencia urinaria puede ser experimentada tanto hombres como mujeres, aunque las mujeres y las personas mayores son los grupos más afectados: “Actores como el embarazo, el parto, la menopausia y la estructura anatómica femenina hacen que las mujeres sean más propensas a este problema. En los hombres, los problemas relacionados con la próstata, como la hiperplasia prostática benigna, son las principales causas de incontinencia”.

A su vez, la incidencia aumenta considerablemente con la edad, debido al debilitamiento natural de los músculos pélvicos, y a otros problemas de salud asociados al envejecimiento, como enfermedades neurológicas (esclerosis múltiple o Parkinson) y el deterioro físico general.

Entre las principales causas de la incontinencia se encuentran:

-El debilitamiento de los músculos del suelo pélvico por embarazos, partos, o cirugías.

-Problemas neurológicos, como la esclerosis múltiple, que interfieren con la señalización normal entre el cerebro y la vejiga.

-Infecciones del tracto urinario, que irritan la vejiga y desencadenan episodios de incontinencia temporal.

-Medicamentos que incrementan la producción de orina o relajan los músculos de la vejiga, afectando su control.

-En los hombres, los problemas de próstata, particularmente la hiperplasia prostática benigna.

Tipos de incontinencia urinaria

Existen diferentes tipos de incontinencia urinaria “dado que no es una condición uniforme, y se puede clasificar en varios tipos”, empezando por la incontinencia de esfuerzo, aquella que se produce cuando los músculos del suelo pélvico no pueden soportar el aumento de presión intraabdominal, lo que provoca fugas al toser, estornudar, reír, o realizar actividad física, precisan.

Otros tipos de incontinencia urinaria son:

-Incontinencia de urgencia, caracterizada por una necesidad intensa y repentina de orinar, seguida de la pérdida de control, a menudo asociada con una vejiga hiperactiva.

-Incontinencia mixta o combinación de la incontinencia de esfuerzo y de urgencia, común en muchas personas.

-Incontinencia por rebosamiento, aquella que sucede cuando la vejiga no se vacía completamente, lo que provoca un goteo constante, más común en hombres con problemas prostáticos.

-Incontinencia funcional, cuando una persona tiene dificultad para llegar al baño a tiempo debido a limitaciones físicas o mentales.

“Afortunadamente existen diversas opciones para el tratamiento de la incontinencia urinaria, que varían según el tipo y la gravedad de la condición”, destacaron.

Entre los tipos de tratamiento, se encuentran:

-Tratamiento de ondas de choque: un enfoque relativamente nuevo que utiliza ondas de choque para estimular la regeneración de los tejidos, aumentar el flujo sanguíneo, y mejorar la contracción muscular.

-Ejercicios del suelo pélvico (Kegel): recomendados para fortalecer los músculos pélvicos debilitados; estos ejercicios pueden ser muy efectivos para la incontinencia de esfuerzo.

-Medicación: para quienes sufren de vejiga hiperactiva, los medicamentos que relajan los músculos de la vejiga pueden ser una opción.

-Cirugía: en muchos casos la cirugía puede ser necesaria, como la implantación de una malla, o la corrección quirúrgica del esfínter urinario.

Fuente: EFE.