El colesterol, una sustancia cerosa que el cuerpo necesita para funcionar adecuadamente, se divide en dos tipos. Por un lado, se encuentra el colesterol LDL, conocido popularmente como "colesterol malo". Por el otro, el HDL, conocido como "colesterol bueno". La diferencia radica en que el LDL puede generar problemas cardiovasculares por acumularse en las arterias y, el HDL, oficia de "limpiador" para remover el exceso de este colesterol en las arterias. Si bien ambos son fundamentales, un desequilibrio en ellos puede afectar gravemente la salud.

Según un estudio observacional realizado por expertos del Centro Oftalmológico Zhongshan de la Universidad Sun Yatsen (China), el colesterol HDL puede vincularse a un mayor riesgo de padecer glaucoma, una enfermedad ocular grave, en mayores de 55 años. Los hallazgos se publicaron en British Journal of Ophtalmology.

Paradójicamente, el LDL puede estar asociado a un menor riesgo de glaucoma, enfermedad que daña el nervio óptico y puede conducir a una pérdida irreversible de la visión o una ceguera total.

El estudio

A raíz de los hallazgos obtenidos, los expertos desafían la sabiduría convencional en torno a lo que puede ayudar y perjudicar la salud ocular, sugiriendo así que puede ser necesario repensar cómo se abordan los pacientes con altos niveles de grasas en sangre y con riesgo de sufrir glaucoma.

Se estima que el glaucoma afectará a alrededor de 112 millones de personas en 2040. Los factores de riesgo incluyen edad, etnia, acumulación de presión dentro del ojo y antecedentes familiares.

"Los niveles anormalmente altos de grasas circulantes, lípidos, en el torrente sanguíneo, se han relacionado a enfermedades oculares como degeneración macular y retinopatía diabética", detallaron. 

Para reforzar su evidencia, los científicos recurrieron a 400.229 participantes de entre 40 y 69 años del estudio del Biobanco del Reino Unido. Todos habían completado un cuestionario, fueron entrevistados y se sometieron a un panel estándar de análisis de sangre incluyendo la medición de grasa en sangre. Con un promedio de 14 años de seguimiento de su salud, casi el 2% desarrolló glaucoma.

En comparación con quienes no desarrollaron glaucoma, los que sí lo hicieron pertenecían a etnia blanca y eran mayores de edad. Contaban con mayores niveles de HDL, no así de LDL, y una relación cintura-cadera más alta (indicativa de obesidad central). Además, presentaban más probabilidades de ser ex fumadores, tomar estatinas y mayor prevalencia de diabetes, presión arterial alta y enfermedades cardiovasculares.

En cuanto al colesterol, quienes contaban con niveles más altos de HDL en el torrente sanguíneo, presentaban un 10% más de probabilidades de desarrollar glaucoma. Y, cada aumento, se asociaba a un riesgo 5% mayor. Asimismo, quienes contaban con mayores niveles de LDL y triglicéridos, presentaban un 8% y 14% respectivamente de menores probabilidades de desarrollar glaucoma. Y, cada aumento, redujo los riesgos en un 4% y 3% respectivamente. Estas asociaciones respondieron a adultos mayores de 55 años.

Al tratarse de un estudio observacional, no pueden sacarse conclusiones firmes en torno a la causa-efecto. Además, los resultados podrían no ser aplicables a otros grupos étnicos.

No obstante, se sugiere reevaluar estrategias de manejos de lípidos en pacientes con riesgo de glaucoma, a la vez que continuar investigando a partir de estos hallazgos observacionales.

Fuente: Europa Press.