Cada 14 de febrero se conmemora el Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas para concientizar sobre la importancia de la prevención, el diagnóstico y el tratamiento oportuno de esas patologías. A nivel nacional, las malformaciones congénitas se ubican como la primera causa de muerte en niños menores de un año, y se identifica a las Cardiopatías Congénitas como la malformación de mayor incidencia en la mortalidad.
En 2024, el Ministerio de Salud de la Provincia profundizó distintos ejes del Programa de Cardiopatías Congénitas, lo que permitió realizar 81 cirugías cardiovasculares en total y 90 hemodinamias, entre terapéuticas y diagnósticas. A través del Programa, se articula el trabajo de hospitales de tercer nivel para garantizar a pacientes de toda la provincia la detección temprana de las patologías y su tratamiento: en la ciudad de Santa Fe, en los hospitales José María Cullen y de Niños "Dr. Orlando Alassia"; y en Rosario, en el Hospital Provincial Centenario y el Hospital Víctor J. Vilela, que es parte de la red municipal.
Controles para un mejor pronóstico
Los controles durante el embarazo son una parte fundamental del abordaje de esta patología, ya que permiten realizar el asesoramiento adecuado, planificar el seguimiento obstétrico y si es necesario la derivación antes del nacimiento a un hospital con servicios de Maternidad y Neonatología de mayor complejidad, que en muchos casos requieren la presencia de cardiólogos o cardiocirujanos y recuperadores cardiovasculares en el nacimiento. El punto de contar con servicios de Maternidad y Neonatología de mayor complejidad es una de las claves para poder abordar a tiempo una cardiopatía congénita. Así lo remarca Silvina Ottoño, integrante del grupo Cardiocongénitas de Rosario. Ottoño es madre de un chico de siete años al que le detectaron esta patología poco antes del nacimiento. "Al séptimo mes de embarazo le decía al obstetra que sentía que el bebé se agitaba", relató la mujer en diálogo con Punto Medio (Radio 2). Aunque en principio le decían que se trataba de contracciones, la mujer contó que a partir de una ecografía que le realizaron ya entrando en su octavo mes de embarazo decidieron hacer más controles. "Estuve 15 días internada y ahí confirmaron que el bebé se agitaba porque tenía una arritmia muy severa", contó sobre la situación por la que finalmente tuvo que viajar a Buenos Aires para atenderse allí. El dato positivo fue que su hijo no tenía una cardiopatía estructural que requiriese una cirugía, pero Ottoño agregó que "hay chicos que nacen y necesitan ser trasladados de inmediato a Buenos Aires" para intervenciones más complejas, lo cual se complica porque "hay falta de ambulancias preparadas para el traslado". También puso el foco en la calidad de las ecografías, que en muchos casos "no son lo suficientemente detalladas" como para mostrar "ciertas malformaciones", algo que se ve "tanto en el sector público como en el privado". Por ello, desde la organización Cardiocongénitas apuestan a seguir difundiendo la Ley de Cardiopatías Congénitas, que garantiza que todas las personas tengan el derecho a cada una de las instancias de detección y tratamiento correspondientes. "Las cardiopatías congénitas se forman en el útero, pero muchas de ellas son descubiertas después de nacer. Por esto estamos peleando por una ley para que las madres puedan tener un diagnóstico temprano y por la que el bebé pueda nacer en un lugar que esté preparado para recibirlo", sumó la mujer. Cuando se diagnostica una cardiopatía congénita durante el embarazo, se realiza un ateneo médico para definir la conducta a seguir y referenciar a la persona gestante con el efector que cuente con la complejidad necesaria. Los criterios de derivación siempre contemplan los riesgos que implica para el paciente y las dificultades que representa para sus familias, por eso el programa provincial prioriza que los procesos sean lo más cercano posibles y en los casos que es necesario, se cuenta con el acompañamiento de la Fundación de Cardiopatías Congénitas.