Para entender de qué forma afecta la cafeína y por qué existen diferencias entre las personas, desde el grupo de trabajo de Insomnio de la Sociedad Española del Sueño (SES) se explicó que "la cafeína es un inhibidor de receptores de adenosina.
Con el correr de las horas, el metabolismo de las células produce sustancias, siendo la adenosina una de ellas. Cuando las células trabajan, la producen y la cafeína la bloquea. Además, la adenosina va aumentando durante el día produciendo sueño. Si hay un bloqueo, no produce el sueño.
Sin embargo, existen personas a las que misteriosamente no les afecta en absoluto el consumo de café, mientras que otras no pueden beber ni una taza de café al día por el efecto que les genera, sobre todo en cuanto al descanso nocturno.
Qué hacer ante la afección
Como la cafeína hace un efecto bastante rápido en el torrente sanguíneo, y posteriormente en el cerebro, hasta 6 horas antes de ir a dormir se podría tomar café. Cabe resaltar que, para los expertos, "todos tenemos un período de somnolencia fisiológica que es la hora de la siesta. Allí todos tenemos tendencia al sueño y, de querer dormirla, podría ser nuestro límite para tomar café porque sino bloqueamos los receptores que inducen el sueño preparándonos para el descanso noctuno".
Pero, como toda diferencia entre personas, los especialistas remarcan que el efecto en cada uno varía según lo activos que sean los receptores en cada individuo, a la vez que el nivel de tolerancia y la resistencia a la cafeína. En este aspecto, recuerdan que con la teína y el chocolate sucede algo similar.
En quienes sí realiza un efecto activador, el café puede estimular el despertar, con lo cual se recomienda ingerir al comienzo del día aprovechando que no se trata de una infusión que genere tolerancia o necesidad de "tomar cada vez más" para lograr un mismo efecto.
Fuente: Europa Press.