Recientemente se identificó cómo variables ambientales como la presión atmosférica y la humedad relativa podrían influir significativamente en la propagación del virus SARS-CoV-2, responsable de Covid-19. El hallazgo se produjo por medio de un equipo del Instituo de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), junto a la Universidad de Girona y el Hospital Germans Trias i Pujol; y se publicó en Frontiers in Public Health.
Para los expertos, estos datos podrían ayudar a prever brotes de la enfermedad en escenarios de baja movilidad y restricciones moderadas.
El estudio
Para arribar a este hallazgo, se recogieron análisis entre septiembre de 2020 y febrero de 2021 mediante pruebas PCR. Posteriormente, se vincularon estos datos con variables meteorológicas recogidas por una red de 187 estaciones automáticas distribuidas por Cataluña, aplicando modelos de regresión lineal para correlacionar el índice de infección con nueve variables atmosféricas.
La baja presión atmosférica, típica del inicio del otoño, se asoció con un aumento significativo de los contagios tras un lapso de siete días, mientras que las condiciones de baja humedad relativa contribuyeron a un incremento de casos tras aproximadamente tres días.
Indicadores tempranos
Los hallazgos sugieren que un descenso en la presión atmosférica y la humedad relativa precede los aumentos en la incidencia de Covid-19, lo que refuerza la utilidad de estas variables como indicadores tempranos de riesgo pandémico.
Las predicciones del modelo son significativas tanto para la presión atmosférica como para la humedad relativa durante la segunda y tercera olas de Covid, que fueron los periodos utilizados para calibrar el modelo. Durante estos periodos, se lograron explicar entre el 14% y el 45% de la variabilidad en el índice de infección en las ocho áreas de salud analizadas.
Además, el modelo se validó utilizando datos de la tercera ola pandémica en Cataluña (noviembre 2020 a febrero 2021), mostrando también un buen desempeño predictivo que explicaba entre el 11 y el 22% de la variabilidad observada, a pesar de las limitaciones propias de los datos diarios de infecciones y la influencia de restricciones sociales variables.
En particular, el modelo identificó patrones de infección asociados a cambios atmosféricos que afectaron tanto a la propagación del virus en zonas exteriores como a las condiciones favorables para eventos de transmisión en espacios interiores.
Implicaciones para la salud pública
“Nuestro trabajo muestra que los factores climáticos tienen un impacto mensurable en la propagación del SARS-CoV-2, especialmente en contextos donde las restricciones de movilidad son limitadas”, señalaron. Y añadieron: “Este conocimiento podría ser utilizado para desarrollar herramientas de predicción y planificación de medidas preventivas frente a futuras olas pandémicas”.
Saber cómo los factores ambientales afectan la propagación del virus permite anticiparse y adaptar estrategias de mitigación con mayor eficacia.
“El enfoque interdisciplinario que hemos aplicado combina ciencia climática, epidemiología y análisis de datos. Esto no solo mejora nuestra comprensión de la pandemia actual, sino que también allana el camino para abordar futuros desafíos sanitarios relacionados con el cambio climático”, concluyeron.
Fuente: SINC.