El domingo 2 de febrero se realizó la 47ª edición de la ya tradicional maratón acuática internacional Santa Fe-Coronda. Allí estuvo, a sus 70 años, el célebre Claudio Plit, el cuádruple campeón mundial de Aguas Abiertas y cuatro veces ganador de la emblemática carrera del litoral argentino. En Radio 2, contó detalles del reencuentro con viejos amigos y el recuerdo de sus grandes hazañas.
"Tengo 70 años y gané la Santa Fe-Coronda cuando tenía 18,19, 20 y 21 años, cuatro ediciones. Después participé 9 ediciones más con diferentes resultados (del 2º al 8º puesto). Luego, me dedique a otras cosas que la vida reclama, sin dejar nunca de nadar. Y ahora nos hicieron una invitación para nadar en postas los 57 kilómetros. Éramos siete nadadores y cada uno nadó 15 minutos de cada hora y media en el agua. En un agua que estaba muy caliente y con 38 grados afuera", dijo en diálogo con Punto Medio (Radio 2).
Claudio Plit fue campeón mundial de Aguas Abiertas en cuatro oportunidades (1975, 1979, 1981 y 1986) y ganador del Campeonato Argentino consecutivamente entre 1971 y 1973.
Además, fue declarado ciudadano ilustre de la ciudad en 1995, pero también recogió reconocimientos similares en otros lugares del mundo, por ejemplo, en Quebec, Canadá, por su tremenda tarea como deportista.
Como nadador, cosechó triunfos en todo el mundo, por caso La Vuelta de Atlantic City, en Estados Unidos, cruzó tres veces el Canal de Suez, se impuso varias veces en el Cruce del Lago San Juan, en Canadá, y también ganó la prueba de Isla de Guarujá en Brasil y cruzó el Canal de La Mancha entre Francia e Inglaterra.
"Hay dos hechos que pintan los cuadros de mi vida: lo más difícil que nadé fue el Lac Saint Jean (un lago de Canadá ubicado en la provincia de Quebec, Canadá). Si bien la nadé 25 veces, en una de esas el agua estuvo a 13 grados. Disputé la carrera con un neozelandés y le gané por un minuto, luego de dieciocho horas y quince minutos, en una carrera masacrante de agua helada, sin traje. Fue lo más frío, lo más largo y lo más duro que nadé en mi vida. Terminé la carrera y pedí hospital. Al llegar al hospital me di cuenta de que estaba bien, estaba muy asustado, pero bien. Un hecho que jamás olvidaré"
La otra referencia histórica de Plit es la carrera Capri–Nápoles que consiguió en los años 1979, 1980, 1981 y 1986: "Yo estoy casado con una mexicana desde hace mucho tiempo y tuve la suerte de estar en el estadio Azteca y ver la obra maestra de Maradona ante los ingleses", introdujo a su relato.
Y agregó: "En septiembre de 1986 yo corrí y gané la carrera de Capri-Nápoles. La ceremonia de premiación se hizo en un castillo en Nápoles, un lugar de ensueño. Y lo invitaron a Diego a entregar el premio al ganador. Sí, en la terraza de ese castillo, Diego me entregó el título del mundo. Así que tengo la foto con Maradona, ese abrazo del Maradona del 86. A menos de 90 días de su consagración mundial.
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Plit vuelve sobre el presente y se pone reflexivo: "Este reconocimiento me remite a pensar de donde vengo, lo que soy y un poquito está bueno. Yo sigo entrenando. Tengo una escuela de natación de Mar del Plata y siempre les digo a mis amigos: «yo soy rico, tengo mi propia pileta para entrenar»".
"El agua es todo para mí", explica y se refiere a lo tangible y lo metafórico. "El agua tiene la fuerza para horadar piedras, combinada con el viento puede causar destrozos, nuestros cuerpos son agua, el agua es vida y he tenido la suerte de estar siempre en el agua. Mi hermano Ariel y yo nos criamos en la pileta del club Fisherton, la gente de ahí de tantos vernos en el agua nos empezó a decir "sapos".
Y concluyó emocionado: "Este fin de semana hice mi primer viaje a Rosario después de su fallecimiento, que fue hace dos años. Nos reencontramos con un grupo de viejos amigos, fui recibido a los abrazos y a pura emoción. Todas mis emociones se canalizaron siempre en el agua".