El cierre de las listas para la elección de constituyentes del 13 de abril terminó por reescribir el mapa de la política santafesina que, si bien tiene sus propias fortalezas y debilidades, no está ajena al clima de época que impera a nivel nacional. La plasticidad para adaptarse a los humores y demandas sociales se huele en la conformación de los frentes y candidaturas. 

A continuación, algunas claves

-Audacia en el peronismo: el que estaba adentro se salió, y el que estaba afuera entró. La novedad: los sectores más conservadores se asocian al progresismo de izquierda nacional, y viceversa. 

-El gobernador Maximiliano Pullaro es la figura electoral excluyente del oficialismo. Esto pone las cosas en términos de apoyo a rechazo. Un plebiscito del gobierno de Unidos con apenas un año y pico de gestión.

-Una marca electoral debutante aterriza en la política santafesina como un plato volador comandada desde la Casa Rosada. Los libertarios interfieren los radares ajenos. 

-Amalia Granata está incómoda con el desembarco libertario y hasta pinta que perderá otra pieza en la Legislatura. Tendrá que ir con uñas y dientes a sostener lo propio.

-Se marcha a una convención con muy pocos abogados constitucionalistas. Sólo hay tres candidatos para 69 bancas: los peronistas Diego Giuliano y Roberto Sukerman y el libertario Nicolás Mayoraz. Los demás jugarán tras bambalinas. Sukerman oficializó ayer su lista, secundado por la abogada María Eugenia Videla y la concejala rosarina Fernanda Gigliani.

Unidos


El gobernador Pullaro estará al frente de la lista de la alianza Unidos, que fue muy efectiva para llegar al poder y para hacer reformas disruptivas a lo largo del primer año de gestión, en especial en materia de seguridad, ordenamiento del Estado y vínculo con los gremios, políticas de eficiencia y equilibrio fiscal. Son todos asuntos a los que ahora buscará darle anclaje constitucional.

Unidos también mostró plasticidad para sortear el primer cierre de listas desde que es gobierno. Si bien el ejercicio del poder ayuda, no es pavada ordenar 15 partidos de diferentes tamaños, base ideológica e intereses. Lo hizo sin primarias de por medio y sin que quedara un tendal de heridos.

Pullaro pondrá el cuero y su capital político en juego. Por tanto asumió la responsabilidad de conducir el proceso electoral. La última semana enterró la idea de una lista integrada por las principales espadas electorales de Unidos. Se pidieron nombres que representen la diversidad política, pero de menor exposición, con perfiles en temas centrales de la gestión (seguridad, justicia, educación, políticas fiscales). Por eso en lugar de Gisela Scaglia apareció Germana Figueroa Casas; Lionella Cattalini donde se hablaba de Clara García y Lucas Galdeano en el espacio de Carolina Losada. 

También pidió evitar internas a concejales. En Rosario fue difícil. Habrá una decena de listas, pero el acuerdo entre Pullaro y Javkin ordenó a los socios mayoritarios –la UCR, el PRO, Creo y casi todo el socialismo– en una sola nómina encolumnada detrás de las dos gestiones de gobierno. Las internas invitan a diferenciarse y desgastan a los oficialismos. Siempre alguna esquirla provoca heridas. Se consideró que no era momento para dar esa ventaja.

Volviendo a la lista de constituyentes de Unidos, para los primeros diez lugares se pidieron perfiles que, más allá de la edad, transmitan proyección de futuro. Si Pullaro encarna la figura de futuro para Santa Fe, la lista debía proyectar ese espíritu.

Del puesto 10 al 20 aparecen los nombres de mayor experiencia política, los que llevarán el pulso de las negociaciones. Allí están los socialistas Joaquín Blanco y Pablo Farías, el ministro de Gobierno Fabián Bastia y, unos puestos antes, el PRO Cristian Cunha.

Se evaluó que la lista no pierde proyección electoral porque no estén los principales referentes electorales de Unidos. Pullaro, tras un año de gestión, sintetiza todo ese capital. 
El clima de época atraviesa a todas las fuerzas políticas. Unidos no es la excepción. “Ese cambio de época a todos nos impone atender lo que la sociedad nos demanda”, justifican a la par del gobernador.

Agrega un dirigente radical: “El discurso de la oposición ya se veía venir. Nos iban a decir que hacíamos una reforma de la política para la política, y qué mejor para ellos si armábamos una lista de políticos profesionales. En ese lugar nos querían colocar. Una reforma constitucional, y más si tiene 62 años, implica abordar asuntos políticos y de poder institucional, pero estamos decididos a que no sea de y para la casta, sino de temas concretos, de la realidad. Por eso, la lista tienen una representatividad partidaria, pero los nombres tienen un anclaje en los temas esenciales que trabaja el gobierno”.

Un funcionario muy cercano al gobernador dice que se busca que “sea más importante la agenda que la discusión política. Si poníamos todos dirigentes de alto perfil, se corría el riesgo de que sean más importantes los candidatos que los temas. Y con el perfil de la lista que cerró, lo que se consolida son las políticas que queremos llevar a la constituyente en relación a narcocriminaidad, equilibrio fiscal, limitar nombramientos indiscriminados en el Estado y reelecciones, consolidar ficha limpia, plazos de duración de jueces, evitar los cargos por herencia”.

Peronismo


El peronismo buscará lugares en la convención constituyente al tiempo se enfrasca en una gran interna abierta para dirimir liderazgos. Las listas de Lewandowski y la que encabeza Juan Monteverde medirán quién saca un voto más que la otra.

El senador Marcelo Lewandowski competirá por afuera del PJ en alianza con el exsenador socialista Rubén Giustiniani y el intendente de Reconquista Enri Vallejos dará anclaje territorial en el norte. Además, confluyen entre los primeros diez lugares referentes gremiales, como Pablo Cerra de la UOM Rosario (también Silvana Teisa va de concejala) y María Victoria Capoccetti de La Bancaria nacional (se sumó con el aval del jefe de ese sindicato y diputado nacional Sergio Palazzo); y empresarios industriales, como María Eugenia Martínez.

Si esa apuesta de jugar por afuera –llamado mediante a Cristina Fernández para explicarle las razones– supone cierta audacia, otro tanto ocurre con los que se presentarán por adentro del PJ.

El frente Unión por la Patria, que tiene de principales socios al PJ y el Frente Renovador, apostó por el dirigente de Ciudad Futura Juan Monteverde, sellando una alianza donde estarán los senadores provinciales que comandan Armando Traferri y Rubén Pirola, históricos aliados del juez de la Corte Rafael Gutiérrez (la ex Defensora General Jacquelina Balangione está en el sexto casillero de la lista), La Cámpora, La Corriente de Agustín Rossi, el Movimiento Evita. 

Diego Giuliano, estará en el tercer lugar de la lista. Su jefe político, Sergio Massa, siguió la alternativas del cierre de listas hasta el mismo viernes a la noche, con videoconferencia incluida y la unidad como línea política para evitar enfrentamientos entre dirigentes del espacio (por eso la decisión de que en Rosario Lisandro Cavatorta dispute la banca de concejal por afuera del PJ, sin enfrentar a Monteverde, que también buscará reelegir).
Para Ciudad Futura como proyecto político, y para Monteverde en particular, abandonar el purismo identitario que marcó la historia de Ciudad Futura es un costo que se cubre con creces al pasar de ser el referente de un proyecto de una ciudad al de ser el candidato de una alianza provincial que pivotea sobre la base territorial y el acervo del peronismo. Se estima que este espacio logrará oficializar 180 líneas que desde cada pueblo y ciudad deberían traccionar para arriba. 

El lugar protagónico de Monteverde es posible gracias a otra jugada audaz que salió bien, cuando en 2023 dio el batacazo y le ganó al peronismo rosarino la interna para la intendencia. Si bien las mismas contradicciones que Ciudad Futura le reprochaba a partidos de centroizquierda que se sumaron a Unidos, ahora le caben por integrarse a una alianza con los sectores del peronismo más tradicional y conservador, el salto no debería leerse en clave de chicanas.

En primer lugar, Ciudad Futura se mueve con pragmatismo y sin vivirlo como una traición sino como crecimiento. A diferencia de la izquierda ortodoxa que siempre aplica la misma respuesta para contextos diferentes, Ciudad Futura baraja opciones distintas para situaciones distintas. No sin riesgos, por supuesto. La idea de no quedarse “en la propia” (confortable pero chica) que ya venía ejercitando con acercamientos al peronismo, como el Evita o Axel Kicillof, coincide con la supercrisis del peronismo, que se quedó sin renovación y proyecto, y perdió poder y votos. ¿Los riesgos de Ciudad Futura? Que en el futuro el PJ recupere aire, ya no la necesite y la diluya.

Pero hoy es hoy y el presente manda. Ciudad Futura da el paso porque ve una salida para sortear “la crisis del campo nacional y popular”, y ve esta alianza como “una imagen de futuro” en medio de la desorientación. 

El justicialismo, por estrategia o necesidad, arma una lista en la que llamativamente cede el primer y tercer puesto. Ciudad Futura el primero, Frente Renovador el tercero. Alejandra Rodenas es la segunda. Y vale recordar que hasta la semana pasada buscaron a Rafael Bielsa. Los senadores provinciales saldrán a militar –ellos mismos son candidatos en sus departamentos– en sus territorios una lista encabezada por un “progre de izquierda”, como hasta hace poco describían a Monteverde. También ellos dejan de lado diferencias. La supervivencia tiene cara hereje.

La Libertad Avanza


En definitiva, con las herramientas a mano, cada uno intenta adaptarse al clima de época del país. El mejor intérprete hasta aquí ha sido La Libertad Avanza, que debutará en una elección santafesina. 

Apuesta al buen momento de la marca LLA ante la falta de candidaturas competitivas, aunque en las últimas horas movió el mercado de pases con el periodista Juan pedro Aleart como candidato a convencional por Rosario y a concejal. La Casa Rosada enfoca la ciudad como objetivo político primordial, mientras que su interés en la constituyente y su grado de involucramiento es un misterio aún

LLA apuesta a fondo al purismo identitario, al punto que la Casa Rosada no autoriza alianzas con otras fuerzas, salvo donde no pudo constituirse como partido. Se coloca como la versión original de la antipolítica y la anticasta, espacio que hasta aquí ocupaba en soledad Amalia Granata. 

Granata


La diputada provincial se juega retener su caudal electoral de 2019 y 2023, pero esta vez enfrenta competencia fuerte. LLA y José Bonacci, apoderado/dueño del sello Unite (que esta vez Granata no pudo usar, aparentemente por presión del gobierno nacional) intentaron tumbarle el nombre del frente “Somos vida y libertad”. Fracasaron. Luego le “robaron” la diputada provincial Beatriz Brouwer, esposa de Bonacci, que es parte del bloque que preside Granata. Brouwer será cuarta en la lista de convencionales libertarios. Hasta hace pocos días, le envió mensajes a Granata diciéndole que no quería irse del bloque y que desconocía el origen de las versiones que la daban como candidata. ¿Nueva baja en la bancada? 

Frente Amplio por la Soberanía


El cierre más tempranero fue el del Frente Amplio por la Soberanía. La lista que llevará a Claudia Balagué, Leonardo Caruana y la exvicegobernadora Griselda Tessio mantiene su esquema de alianzas. Por primera vez Carlos Del Frade no será el candidato principal. 
Posicionado en la centroizquierda donde repartía votos con Rubén Giustiniani y Ciudad Futura, al irse ambos a alianzas con el peronismo, se queda sin competencia directa. ¿Puede capitalizarlo el FAS o los electores de Giustiniani y Monteverde optarán en bloque por seguirlos en sus alianzas con el peronismo?

Este panorama no puede cerrar sin señalar que el amparo que presentó el diputado nacional y candidato a convencional Nicolás Mayoraz, por supuesta inconstitucionalidad de la ley de reforma, tiene que ser resuelto por un juzgado civil y comercial de Rosario a corto plazo. La cautelar para suspender el proceso electoral fue rechazada en enero, pero la puerta quedó abierta para definir la cuestión de fondo. 

Los amparos tienen apelación con efecto devolutivo, por lo que si el fallo le diera la razón a Mayoraz, el cronograma electoral se frenaría, como mínimo hasta que una instancia superior revise la decisión. Parece inverosímil a esta altura, con la Casa Rosada, la Casa Gris y todo el sistema político habiendo aceptado que hay reforma. Pero, ¿y si no fuera así?