La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena de ocho traficantes por su participación en una operación fallida de exportación de 1.658 kilos de cocaína, que fueron detectados en galpones de los barrios Empalme Graneros y República de la Sexta. Los condenados habían recibido penas de hasta 12 años en diciembre de 2023 en un juicio ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 3 de Rosario. Según el expediente, los cabecillas de la maniobra son tres colombianos que continúan prófugos.

El 5 de febrero de 2025, el tribunal de alzada ratificó el fallo que condenó a Gabriel Andrés Nicolau, José Damián Sofía, Marco Rodrigo Páez, Lucas Eduardo Hitters, Oscar Alfredo Rossi, Fabio Héctor Crucianelli, Osvaldo Enrique Gorosito y Gastón Ariel Sofía a penas de hasta 12 años de prisión. Además, se ordenó el decomiso de más de 10 automóviles y dinero en efectivo. Fueron hallados culpables del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de comercio agravado por la intervención de tres o más personas de forma organizada.

El juicio ante el TOF 3 estuvo a cargo de los jueces Eugenio Martínez Ferrero, Osvaldo Facciano y Mario Gambacorta, con la intervención de los fiscales federales Federico Reynares Solari y Matías Scilabra.

Según la investigación llevada adelante por la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), la organización operó entre febrero y agosto de 2022, cuando se realizaron los operativos.

La maniobra delictiva debatida en el juicio consistió en el acondicionamiento de 1.515,3 kilos de cocaína dentro de bolsas big bags que contenían 20 toneladas de pellets de maíz. Esa carga fue secuestrada el 22 de agosto en un allanamiento en el galpón de Génova 2425. En el mismo predio, se hallaron otros 54 paquetes dentro de una camioneta Lifan con doble fondo. Además, en un galpón de Cerrito al 17 se incautaron otros 143 kilos de la misma sustancia.

La organización había exportado previamente “de manera lícita” tres contenedores con 60 toneladas de pellets de maíz, una maniobra que, según los investigadores de la Policía Federal, se realizaba "a los únicos fines de establecer habitualidad ante las autoridades aduaneras para así edificar controles sucesivos menos rigurosos".

El método utilizado para ocultar la droga tenía un alto grado de sofisticación. "El pellet maíz al ser sometido a los rayos al escaneo normal, no se puede detectar si uno en el medio de maíz pone droga. Así era como estaba acondicionado. Tampoco puede ser examinado por los perros porque es un alimento balanceado y la examinación tiene que ser por medio de pinches. Entonces el método es el escáner", explicaron los investigadores.

La banda transnacional operaba con una estructura en tres niveles: la jefatura o financistas. Debajo, un grupo encargado de gestiones dentro de Argentina liderado por Gabriel Andrés Nicolau y otro responsable de la logística para concretar la salida de la droga, encabezado por José Damián “Tano” Sofía.

Según la investigación, detrás de la operación estaban los narcos colombianos Gabriel Jaime Londoño Rojas, Álvaro Antonio Ramírez Duque y Newson Cheung Sabogal, quienes llegaron al país para dar directivas a Nicolau. Los tres permanecen prófugos. Ramírez Duque había sido detenido en Madrid, pero la Justicia española le concedió prisión domiciliaria mientras esperaba su extradición. Poco después, se fugó y su paradero sigue siendo desconocido.

Al confirmar la condena, la Cámara de Casación resaltó: “No puede soslayarse que se trató de una estructura organizativa delincuencial que se desarrolla al amparo de la llamada ‘globalización criminal’, anomalía planetaria que potencia la mundialización de tráficos ilícitos (no sólo de drogas, sino de personas, armas, órganos, especies protegidas, residuos tóxicos), sin límites ni fronteras y con consecuencias lucrativas millonarias”.