Una médica obstetra comenzó a ser juzgada este lunes por homicidio culposo y lesiones gravísimas, en el marco de dos casos en los que mujeres asistidas por la profesional imputada –referente del “parto respetado”– optaron por dar a luz en sus domicilios y sufrieron complicaciones. Una de las pacientes falleció tras ser trasladada de urgencia a un hospital de Rosario en pleno trabajo de parto. La otra debió ser sometida a una histerectomía. En ambos casos, los bebés murieron.

El debate, que se desarrolla en el Centro de Justicia Penal de Rosario, está a cargo de los jueces Carlos Leiva, Florentino Malaponte y Paula Álvarez. Los hechos juzgados ocurrieron en 2015 y 2017. La fiscalía, representada por Mariana Prunotto y Matías Edery, solicitó para la imputada, María Cristina Giménez, de 69 años, una condena de siete años de prisión efectiva.

Los fiscales argumentaron ante el tribunal que Giménez causó la muerte de Mariela Zuñiga el 4 de mayo de 2015 debido a una conducta “imprudente, negligente e imperita en su arte y profesión, además de la inobservancia de reglamentos y deberes a su cargo”.

Según la acusación, Giménez aseguró a Zuñiga durante su embarazo que podía tener un parto domiciliario sin riesgos mayores para su vida ni la del bebé. Sin intervención hospitalaria ni estudios de rutina, continuó atendiéndola durante la gestación.

El 4 de mayo de 2015, Giménez asistía a la mujer en un parto en una vivienda de Soldini cuando, a las 16.30, advirtió que la paciente estaba en grave estado. Decidió trasladarla en un vehículo particular, sin asistencia de una ambulancia, al Hospital Roque Sáenz Peña. Según los fiscales, al llegar no informó sobre el parto domiciliario ni sobre la emergencia previa.

Los médicos del hospital recibieron a Zuñiga sin signos vitales. Le practicaron una cesárea de urgencia y constataron lesiones en el útero, el fallecimiento del bebé y, posteriormente, el de la madre.

El segundo caso que se juzga ocurrió en 2017 y también involucra a una paciente de Giménez, cuyo nombre no fue revelado.

Según la acusación, el 7 de marzo de 2017, en una vivienda de Rosario, la médica preparó a la mujer para un parto domiciliario desde las 6.30 de la mañana. Alrededor de las 12.30, la paciente sufrió una descompensación grave. Recién entonces Giménez decidió trasladarla en un auto particular al Hospital Eva Perón, sin haber informado previamente sobre la situación de emergencia.

A las 13.05, la mujer ingresó al hospital, donde se le practicó una cesárea de urgencia. Durante la intervención, se constató el fallecimiento del feto y graves lesiones en el útero, por lo que la paciente debió ser sometida a una histerectomía.

“Su conducta negligente, imprudente e imperita en su arte y profesión, sumada a la inobservancia de los reglamentos y deberes a su cargo, se tradujo en que, conociendo los antecedentes médicos de la paciente, quien había tenido un parto anterior con cesárea, le aconsejó, trató y practicó un parto domiciliario, a pesar de que dicha práctica estaba contraindicada por la comunidad médico-científica”, indicaron los fiscales.

Asimismo, remarcaron que la imputada no informó los riesgos reales del parto domiciliario, asumió los peligros de una práctica sin respaldo institucional, no contrató un servicio de traslado prehospitalario ante una eventual emergencia ni notificó a ninguna institución sanitaria.

Sobre Giménez, una referente local del llamado parto respetado, pesan acusaciones de homicidio culposo y lesiones gravísimas culposas. La fiscalía solicitó una pena de siete años de prisión efectiva y diez años de inhabilitación especial para ejercer como profesional de la salud. La mujer, de 69 años, es asistida por la defensa pública.