Luego del impresionante derrumbe de uno de los tanques de la cárcel provincial de Coronda el pasado martes, el gobierno de Santa Fe desmanteló preventivamente otro de estos depósitos de agua, que estaba a punto de desmoronarse y representaba un peligro para internos y personal penitenciario, según informó la municipalidad local.

Los vecinos del antiguo penal, inaugurado en 1933, se vieron sorprendidos esta semana cuando el característico tanque de agua potable ubicado en el ingreso de la cárcel cayó, derramando miles de litros de agua que se escurrieron por las calles de Coronda. Por fortuna, el colapso no provocó heridos.

Según se informó, la estructura tenía una capacidad de 250 mil litros, aunque actualmente funcionaba solo al 25 por ciento de su capacidad. Pese al derrumbe, no hubo problemas de abastecimiento gracias a cisternas propias, la colaboración de Bomberos y el apoyo del gobierno local, indicó la provincia.

El miércoles por la mañana llegó el reemplazo: un camión transportó una enorme cisterna de 120 mil litros para ser instalada en el interior del penal.

Sin embargo, en las últimas horas surgió otro problema. Otro tanque de menor tamaño, ubicado al norte del establecimiento y próximo a una zona poblada, estaba a punto de colapsar. Por ello, se programó su remoción. Una imagen difundida evidenció el estado calamitoso de la estructura.

Ante esta situación, se tomaron medidas preventivas para evitar accidentes. El Servicio Penitenciario emitió un comunicado en el que señaló: "Se ordena que, a partir del dictado de la presente, queda estrictamente prohibida la circulación en un radio inferior a 50 metros de la ubicación del tanque elevado de provisión de agua de dicho establecimiento, en razón de preservar la integridad física tanto del personal que se desempeña en el ámbito de la Unidad 1 como de toda aquella persona que pudiera transitar por dicho sector".