Milei insiste: ayer volvió a definir a su enemigo ideológico al wokismo. Una reversión de la expresión: “zurdos de mierda” o la infatigable “progresistas fracasados”.
En su lucha contra el planeta progre, usó de plataforma el Día de la Mujer, sus actos y reivindicaciones para difundir un spot institucional desde la cuenta oficial de Casa Rosada: “Este 8 de marzo reafirmamos nuestro combate frontal a la ideología woke que busca lucrar dividiendo a nuestra sociedad. Hemos conseguido bajar los homicidios aplicando una sola política: el que las hace, las paga. Fuimos en contra de todos los delincuentes, y las mujeres fueron las más beneficiadas”.
En el spot el Gobierno niega la palabra “femicidios” y lo reemplaza por “homicidios de mujeres” e insiste con el lucro que con el estado hizo la ideología woke.
“Porque la verdadera política para combatir este flagelo (“homicidios de mujeres” en lugar de “femicidio”) no consiste en utilizar el dinero de los argentinos de bien para lucrar con las víctimas, ni tampoco utilizar al Estado para promover la ideología woke. De ahora en más el Estado garantizará la igualdad ante la ley y no dará a lugar a los privilegios que pregona la ideología de género”, se escuchó en la narración de la locutora del video institucional de Casa Rosada.
Este 8 de marzo reafirmamos nuestro combate frontal a la ideología woke que busca lucrar dividiendo a nuestra sociedad.
— Casa Rosada (@CasaRosada) March 8, 2025
Hemos conseguido bajar los homicidios aplicando una sola política: el que las hace, las paga. Fuimos en contra de todos los delincuentes, y las mujeres fueron… pic.twitter.com/k2d7gntB4Q
Según el portal chequeado.com algunos de los contundentes datos del spots son engañosos, discutibles o falsos. Exagerando cifras o interpretaciones de las mismas para acomodar según las metodologías de las mediciones, el impacto de video institucional.
No sería la primera vez que un gobierno manipula las matemáticas de su gestión para maquillar los resultados. Al menos en los últimos 20 años la comunicación gubernamental incluyó a los malabaristas matemáticos que infiltraron las ecuaciones de gobierno para ganar los partidos en la opinión pública.
La obsesión de Milei por instalar a su adversario al “wokismo” es interesante. En la apertura de las sesiones ordinarias del congreso (del sábado 1 de marzo) en su texto no se mencionó ni una sola vez la palabra kirchnerismo para atribuir las herencias recibidas o los palos en la rueda a sus proyectos políticos. Eliminó de su diccionario la palabra Kirchner (a pesar que Cristina sigue siendo según todas las encuestas la referencia opositora con más convocatoria) y la reemplaza por Woke.
Es un paso nuevo en un país donde la culpa de los males siempre había sido del presidente anterior. Milei ni siquiera tiene en cuenta la gestión del Alberto Fernández o el protagonismo que tuvo en nuestra economía la gestión de Sergio Massa. Su enemigo real es la ideología Woke.
El pasado 23 de enero en el Foro de Davos, el presidente argentino habló, ante un auditorio calificado con líderes empresariales, políticos e intelectuales del mundo, exponiendo una fuerte diatriba contra el “wokismo” que ve como a una criatura monstruosa de varias cabezas, “o la epidemia de nuestra época, un cáncer que hay que extirpar”.
01. “He podido encontrar compañeros en esta pelea por las ideas de la libertad en todos los rincones del planeta. Desde el maravilloso Elon Musk hasta la feroz dama italiana, mi querida amiga, Giorgia Meloni; desde Bukele en El Salvador hasta Viktor Orbán en Hungría; desde Benjamín Netanyahu en Israel, hasta Donald Trump en Estados Unidos. Lentamente se ha ido formando una alianza internacional de todas aquellas naciones que queremos ser libres y que creemos en las ideas de la libertad”.
02. “La batalla no está ganada, nuestro deber moral y nuestra responsabilidad histórica es desmantelar el edificio ideológico del wokismo enfermizo. Foros como este (por Davos) han sido protagonistas y promotores de la agenda siniestra del wokismo que tanto daño le está haciendo a Occidente”.
03. El gran yunque del fracaso es el virus mental de la ideología woke. Esta es la gran epidemia de nuestra época que debe ser curada, es el cáncer que hay que extirpar.
04. La ideología woke ha colonizado las instituciones más importantes del mundo, desde los partidos y Estados de los países libres de Occidente, hasta las organizaciones de gobernanza global, pasando por instituciones no gubernamentales, universidades y medios de comunicación, como también ha marcado el curso de la conversación global durante las últimas décadas. Hasta que no saquemos esta ideología aberrante de nuestra cultura, nuestras instituciones y nuestras leyes, la civilización occidental e incluso la especie humana no logrará retornar la senda del progreso que demanda nuestro espíritu pionero.
05. El “wokismo” es un régimen de pensamiento único, sostenido por distintas instituciones cuyo propósito es penalizar el disenso. El feminismo, la diversidad, la inclusión, la equidad, la inmigración, el aborto, el ecologismo, la ideología de género, entre otros, son cabezas de una misma criatura cuyo fin es justificar el avance del Estado mediante la apropiación y distorsión de causas nobles.
Milei se apoltrona en la trinchera ideológica para sembrar las palabras del nuevo tiempo
En Davos viven poco mas de 10 mil personas. Sobre el cantón de los grisoles se desarrolló una pequeña pero próspera comuna suiza donde sus habitantes hablan oficialmente alemán. No hay delitos en sus estadísticas, ni denuncias contra ataques al medio ambiente, racismo o maltratos o violencia contra las mujeres. Se puede beber cerveza en el Hard Rock Hotel o rezar en algunas de sus 15 iglesias.
Milei apunta al ideario woke para explicar que incluso en Argentina lo hemos incorporado erróneamente. No ha sido culpa de nuestros dirigentes sino de las influencias woke que el mundo esparció como si fuese un virus contagioso y macabro.
El wokismo es un término derivado de woke, una palabra en inglés que originalmente significaba “despierto” y que, en el ámbito social y político, se refiere a la conciencia sobre injusticias como el racismo, la desigualdad y la discriminación.
Con el tiempo, wokismo ha pasado a ser un término polémico. Para algunos, representa un compromiso con la justicia social y la defensa de derechos de grupos históricamente marginados. Para otros, se ha convertido en una ideología rígida asociada con la corrección política extrema, la cultura de la cancelación y un enfoque moralizante en el debate público. Y en esto último ha puesto Milei su combustible incendiario.
Para el presidente no es Cristina, ni siquiera el Peronismo. Es la ideología woke la culpable de los males de este tiempo: el progresismo, la corrección política, la justicia social confrontan con la mirada karateka que Milei monta sobre sus nuevos conceptos.
Mientras coquetea con la autocracia, el populismo de derecha, o delega en sus abogados la defensa técnica de una presunta estafa, se apoltrona en la trinchera ideológica para sembrar las palabras del nuevo tiempo. Incluso en el Dia de la Mujer: el incansable militante libertario.