Una botella de espumante mendocino fue el boom de las vinotecas libertarias: con la selección de las mejores uvas de Lujan de Cuyo “Lágrimas de Zurdo”, invita a beber para festejar los “momentos festivos” de la temporada electoral. Un guiño, una provocación inspirada en un típico gesto Milei. En abril de 2024 minutos después de la movilización contra los recortes y las políticas universitarias, publicó en sus cuentas personales la imagen de un león bebiendo de una taza “lágrimas de zurdo”. La chispa, la idea, el chin chin.
Los trastornos y sus trastornados. El cargo de presidente argentino parece haber sido asaltado en los últimos como una excusa para curar heridas. Urdir revanchas personales a ciertas crisis formativas, psicológicas y personales de los galardonados por las mayorías democráticas. La historia y sus crónicas apilan ejemplos en el siglo XIX y gran parte del siglo XX. En los últimos años y a modo de caprichoso borrador: Cristina y Néstor, expositores del histórico afán megalómano bautizando lo que sea para que cualquier complejo de inferioridad sea combatido con monumentos. Mauricio que, humillado, por su padre Franco le quiso demostrar que él iba a ser el Macri importante en la historia familiar. Alberto combatiendo su precariedad política usando un bastón de mando como su apéndice sexual y ahora el León de la selva argentina que también se toma revancha de los golpes recibido en la vida queriéndose devorar a todo aquel que discuta su ideario.
En el sillón del terapeuta: de golpe, el apaleado apalea. El sucumbido por una vida difícil se toma revancha contra todo aquel que le cruza en su camino, no solo el poder tradicional e histórico sino con los más débiles, aquellos que necesitan urgente de la ayuda que su cargo puede darles.
Presidentes en terapia en el sillón de la Casa Rosada. Una descripción sobrevolando la historia explicando algunos de los dislates del inicio del año. Milei tiene para sí un capital a favor que astuto su estructura utiliza: el país escucha el susurro de un tic tac de una “bomba” que aún no explotó como diagnosticaron sus rivales, pero sin mayores reproches al Gobierno. El humor social mantiene latente la esperanza. La mayoría, según las encuestas, sigue prefiriendo a Milei por sobre los demás dirigentes argentinos.
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Los difíciles momentos de la pobreza, la indigencia, los bajos salarios y sobre todo la falta de empleo no aparecen entre los mayores reproches. Y eso es sin duda resulta parte de su capital político.
Los titiriteros del mundo (acaso si los hay) coordinan los pasos del próximo eslabón. El discurso de Milei de Davos fue un travelling cinematográfico, una gran escena del film “Relaciones Carnales (capítulo mil)” entre Argentina y los poderosos de la tierra occidental. Textos escritos para encantar demonios.
No hay pobreza, ni suplica indigente, o falta de empleo que conmuevan a un presidente que está en el centro del ring batallando con una bestia ideológica que lo obsesiona
Como describió esta semana Esteban Paulón el presidente se ha adueñado de la palabra Libertad. Vive la libertad en un modo asfixiante. Su slogan (viva la libertad, carajo) es mucho más que un grito de guerra política, es un deseo que la humanidad codicia hace siglos. De los originarios americanos masacrados en América del Norte por los colonizadores británicos hasta las comunidades afroamericanas esclavizadas primero, escupidas y apaleadas después por una sociedad racista y con armas cargadas en su cintura.
Contradictorio el presidente se ha transformado en el vocero de dirigentes que tienen otras batallas.
El texto leído por Milei es Davos fue el palabrerío de un candidato a seducir en su primera cita a las hijas del demonio fascista. Parte de un currículum de un candidato a gerenciar las llamas del infierno. Un sinsentido que solo se sostiene solo porque muchos de quienes le reprochan a Milei sus acciones, ya han incendiado todo lo posible.
La ideológica woke (despierto en inglés) es atacada fanáticamente por el presidente. No hay reproches, ni marchas, ni protestas que detengan sus inquietudes de gobierno. No hay pobreza, ni suplica indigente, o falta de empleo que conmuevan a un presidente que está en el centro del ring batallando con una bestia ideológica que lo obsesiona (el “wokismo”) y que según el propio declamador de la libertad: “Es el gran yunque del fracaso, es el virus mental de una gran epidemia de nuestra época que debe ser curada, es el cáncer que hay que extirpar”.
Anexo final
Frases de Javier Milei en Davos (23 de enero de 2025) 01. “He podido encontrar compañeros en esta pelea por las ideas de la libertad en todos los rincones del planeta. Desde el maravilloso Elon Musk hasta la feroz dama italiana, mi querida amiga, Giorgia Meloni; desde Bukele en El Salvador hasta Viktor Orbán en Hungría; desde Benjamín Netanyahu en Israel, hasta Donald Trump en Estados Unidos. Lentamente se ha ido formando una alianza internacional de todas aquellas naciones que queremos ser libres y que creemos en las ideas de la libertad”. 02. “La batalla no está ganada, nuestro deber moral y nuestra responsabilidad histórica es desmantelar el edificio ideológico del wokismo enfermizo. Foros como este (por Davos) han sido protagonistas y promotores de la agenda siniestra del wokismo que tanto daño le está haciendo a Occidente”. 03. El gran yunque del fracaso es el virus mental de la ideología woke. Esta es la gran epidemia de nuestra época que debe ser curada, es el cáncer que hay que extirpar. 04. La ideología woke ha colonizado las instituciones más importantes del mundo, desde los partidos y Estados de los países libres de Occidente, hasta las organizaciones de gobernanza global, pasando por instituciones no gubernamentales, universidades y medios de comunicación, como también ha marcado el curso de la conversación global durante las últimas décadas. Hasta que no saquemos esta ideología aberrante de nuestra cultura, nuestras instituciones y nuestras leyes, la civilización occidental e incluso la especie humana no logrará retornar la senda del progreso que demanda nuestro espíritu pionero. 05. El “wokismo” es un régimen de pensamiento único, sostenido por distintas instituciones cuyo propósito es penalizar el disenso. El feminismo, la diversidad, la inclusión, la equidad, la inmigración, el aborto, el ecologismo, la ideología de género, entre otros, son cabezas de una misma criatura cuyo fin es justificar el avance del Estado mediante la apropiación y distorsión de causas nobles.