Dos estudiantes de universidades públicas de distintas regiones de Argentina fueron seleccionados para participar del programa United Space School, organizado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa) de Estados Unidos. El objetivo de la iniciativa es capacitar a jóvenes de todo el mundo mediante un proyecto que, en este caso, tiene el propósito de simular una misión tripulada a Marte.
Los argentinos elegidos son Aitana Ferreyra Denz, estudiante de segundo año de la carrera de Ingeniería en Mecatrónica de la Facultad de Ingeniería en la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza; y Valentín Poggio, que cursa Física en la Universidad Nacional de La Plata, Buenos Aires. Ambos tienen 19 años, y en julio viajarán durante dos semanas a Houston, Estados Unidos, para ser parte de esta destacada experiencia educativa y de formación en la industria aeroespacial.
Su participación en el programa United Space School, un proyecto de la Fundación para la Educación Espacial Internacional (Fise) con el apoyo de la Nasa para el que atravesaron un largo proceso de selección, es otra muestra de la calidad académica de las universidades públicas nacionales. Este programa dispone de un comité de selección que incluye a Argentina desde 2013.
En diálogo con Punto Medio (Radio 2), Aitana comentó que desde que estaba en el colegio sentía una gran curiosidad por el espacio. “Siempre me encantó aprender sobre el universo. Mirar al cielo durante la noche y preguntarme qué habrá más allá, porque la verdad es que lo que conocemos, incluso usando instrumentos, es muy poco”, dijo.
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Su madre es ingeniera en sistemas y su padre ingeniero químico, por lo que tanto ella como su hermano crecieron mientras en su casa alimentaban su interés por la ciencia. Esto hizo que, ya egresada del secundario, decidiera estudiar una rama de la ingeniería que combina informática, automatización de procesos y sistemas y programación, entre otras asignaturas técnicas.
En el caso de la joven mendocina, cursa una carrera cuya currícula incluye temas que son fundamentales para, por ejemplo, el diseño de robots autónomos construidos para recorrer la superficie de Marte recolectando información y datos que luego se envían a la Tierra para su análisis.
La estudiante destacó el apoyo que le brindaron, hasta este punto de su formación, tanto docentes como directivos de la UNCuyo y del Colegio Universitario Central (CUC), una escuela secundaria dependiente de la misma casa de estudios superiores.
Sobre su selección
Aitana contó que, para llegar a quedar entre los estudiantes seleccionados, tanto ella como Poggio tuvieron que completar varias etapas. “Lo primero que hacen es abrir la convocatoria y detallar los requisitos que necesitan cumplir todos los postulantes, que en este caso eran tener entre 16 y 19 años, un buen nivel de inglés y pasión por la industria aeroespacial”, apuntó. Para postularse, tuvieron que enviar un currículum y también cartas de recomendación, para luego avanzar a las pruebas. “El proceso de inscripción se fue poniendo más difícil y fue bastante largo. Tuvimos que hacer varias entrevistas y enviar videos, todo en inglés, y terminamos con un trabajo de investigación técnico sobre uno de los aspectos de la misión tripulada a Marte, que es el objetivo principal de este programa”, añadió. Cuando lleguen a Houston, comenzarán una experiencia práctica de dos semanas en la que deberán resolver diferentes desafíos de manera grupal. Además, asistirán a conferencias y clases impartidas por expertos de la industria aeroespacial en la Universidad de Houston, y visitarán instalaciones de la Nasa y de empresas del sector como SpaceX y Boeing. Un detalle del viaje es que, durante su estadía, se van a hospedar con familias norteamericanas compuestas por miembros o exmiembros de la Nasa y profesionales de la industria aeroespacial. Aunque todavía no sabe cuál será el equipo al que será asignada, la joven de Mendoza tiene particular interés en el que estará a cargo de diseñar un modelo de la nave para el transporte de la tripulación terrestre hasta Marte. Mientras tanto, continuará preparándose para aprovechar al máximo la experiencia. “Al principio no lo podía creer, y ahora estoy muy entusiasmada por investigar así que vengo leyendo papers, libros y buscando información en internet”, relató. Sobre su futuro profesional, comentó que le gustaría dedicarse a la observación y el estudio de agujeros negros, tarea para la que se utilizan desarrollos como el telescopio espacial James Webb, desarrollado en colaboración entre 14 países.