Podría haber sido uno de los tantos arrebatos diarios en los que el ladrón se pierde por las calles con el celular robado y la víctima se queda masticando bronca, pero esta vez la historia fue distinta.
El jueves por la tarde, el operativo posterior al robo de un teléfono en el macrocentro dejó al descubierto un sofisticado modus operandi, con un “pasamanos” y técnicas artesanales para impedir el rastreo del aparato.
La coordinación entre la víctima –una mujer de 47 años–, la central 911 y el personal policial en la calle dio resultados. Un hombre oriundo de Córdoba, que se trasladaba en una 4x4 y recibió el celular de manos del motochorro, fue detenido tras una intensa persecución por Pichincha y Refinería.

En la VW Amarok había un elemento sugerente: papel de aluminio, utilizado por investigadores para impedir el rastreo y aislar los celulares secuestrados en procedimientos, para evitar el borrado de datos remoto. Se trata de un método artesanal que suplanta la falta de bolsas Faraday (por su elevado costo), dispositivo de rigor en la investigación forense digital.
Todo comenzó cuando una automovilista sufrió el rápido arrebato de un cadete con caja de Pedidos Ya en Vera Mujica y Catamarca. La mujer no se amedrentó y decidió seguir al ladrón. En el trayecto observó que el falso repartidor hizo un “pasamanos” del aparato con los ocupantes de una VW Amarok blanca.
Al notarse perseguidos, los de la Amarok arrojaron el celular, que terminó debajo de un contenedor de basura y luego fue recuperado. Mientras tanto, en Francia y Brown, un llamado alertó que dos hombres habían bajado de la 4x4 para perderse en las calles de Pichincha.

La camioneta siguió su raudo recorrido hacia el norte hasta que, tras una mala maniobra, reventó una cubierta. Finalmente, el conductor fue aprehendido en Francia y Caseros, frente al asentamiento de Refinería.
Fuentes policiales lo identificaron como Gianfranco Emanuel M. (30), oriundo de Córdoba. El personal de la Motorizada lo trasladó a la Comisaría 2ª. La Amarok estaba radicada en Buenos Aires, según fuentes del Ministerio de Seguridad.
El pasamanos entre el autor material y los presuntos reducidores, la detención del hombre oriundo de Córdoba y el uso de papel de aluminio dejaron entrever un grado de organización pocas veces detectado en las relegadas investigaciones por este tipo de robos.
Acaso haya un antecedente donde una banda organizada dedicada al robo de teléfonos quedó expuesta. El 31 de mayo de 2022, siguiendo el GPS de un celular sustraído en un arrebato por un falso cadete, personal de la Comisaría 2ª llegó hasta una cochera en España al 1000.
Allí se toparon con dos motos y cajas de delivery que se utilizaban para cometer los robos. En el lugar también había una Toyota Hilux blanca que oficiaba de escondite para guardar los celulares robados.
La banda había establecido su base de operaciones en la cochera desde hacía ocho meses, según dijo entonces el jefe de la seccional céntrica, Martín Villazón.
Sin embargo, la causa no llegó a ningún lado. Pese a que, en teoría, en la Hilux había documentación comprometedora para continuar la pesquisa y desentrañar un delito que, generalmente, apenas llega a investigarse en flagrancia.