La fiscal Gisela Paolicelli, a cargo de la investigación por el homicidio de Ignacio Joaquín Britez, el joven de 19 años que fue acribillado a tiros este jueves en Provincias Unidas y Viamonte, afirmó que la familia de la víctima hace tiempo sufría balaceras e intimidaciones por un pariente que está preso. Ese recluso es Facundo Britez, que está alojado en la Unidad Penitenciaria Nº 6 de Rosario por una causa derivada de dos robos cometidos en diciembre de 2021. 

Ignacio Britez, ejecutado de nueve tiros este jueves mientras manejaba un montacargas de la distribuidora en la que trabajaba, ya había sido baleado el 18 de febrero del año pasado, cuando sufrió una herida de arma de fuego en el brazo derecho en Cochabamba y Guatemala y tuvo que ser asistido en el hospital de emergencias Clemente Álvarez. La fiscal Paolicelli, que ahora investiga su homicidio, aseguró que no tenía antecedentes penales y era una persona trabajadora. Es por eso que se infiere que esos dos ataques habrían sido para enviarle un mensaje a su hermano Facundo.

Uno de los círculos marcados con tiza, donde había caído una de las vainas servidas. (Foto: Alan Monzón/Rosario3)

El recluso en cuestión cayó detenido en 23 de diciembre de 2021, cuando junto a tres ladrones –dos de ellos de Córdoba capital– entraron en un edificio de Tucumán al 1400, maniataron al guardia de seguridad y posteriormente robaron en seis oficinas.

Los cuatro delincuentes, después de cometer los escruches en Tucumán al 1400, se metieron en la casa de un conocido representante de jugadores de fútbol situada en San Luis al 3500, donde finalmente fueron aprehendidos por la Policía. Por esa secuencia delictiva, Britez firmó un juicio abreviado en septiembre pasado por el que recibió la pena de 3 años de prisión efectiva.

Las intimidaciones a la familia de Facundo Britez quedaron a la vista en junio de 2022 a través de dos ataques que fueron cometidos “por error”, cuando balearon y prendieron fuego una casa donde funciona un almacén en Ecuador al 2300. En ese lugar, los gatilleros dejaron un papel escrito cuyo mensaje era para el preso. Sin embargo, se habían equivocado, ya que el lugar dañado era una propiedad lindera a la de Facundo, según se pudo establecer después.