La agenda la marca peluca. Que no es peruca, pero roba su estrategia pragmática para que sus redes capten todos los peces posibles. Adapta su cuerpo al clima social y encuentra palabras para que su pócima secreta sea adquirida por la multitud. Qué hay dentro del frasco, no importa. El tema es erigir un nuevo Dios que enfrente las tempestades que nos han dejado los años de fracasos. 

Si bien ya no grita, Javier Milei marca la agenda: dolarización, China, religión, aborto, armas domésticas y hasta su vida personal. El romance, sus sábanas y sus dotes amatorios lo vinculan al áurea del "gran riojano argentino", que metió en la discusión política argentina que vivir a mil, con flashes pegados al culo, era parte del éxito. El león –apodo que adoptó– es un Stone, que fue jugador de futbol y asesor económico del establishment, recita estrofas de La Renga y bailotea en el escenario de la política como el pastor del desencanto. ¿Un Carlitos siglo XXI?

Los 90 y su frivolidad, palabra fácil, recetas mágicas, grito enérgico y un manosanta vestido de político conservador: la receta Milei para conquistar el mundo. 

Antonella Marty es politóloga y conferencista, y recorre el mundo con parte del ideario liberal a cuesta. Escribió más de siete libros donde desarrolla las ideas liberales en el tiempo que transita el planeta. Para ella, “lamentablemente, se ha manipulado la palabra liberal”. “Una de las victorias de la izquierda es haberla vinculado con connotaciones negativas. Agrego que una de las victorias de la derecha es que «liberal» se haya transformado en una demagogia nacionalista”, dice, con contundencia.

Para Antonella, Milei representa “la unión del populismo y el conservadurismo nacionalista”: “Es un populismo de manual que quiere representar al liberalismo. Si bien puede plantear propuestas económicas liberales, la idea del liberalismo también incluye una mirada mucho más amplia en lo cultural, lo individual y lo político”. 

La ensalada del espacio de La Libertad Avanza es una mezcla de intereses. Por un lado, la biblioteca de Javier, que incluye sus teorías liberales, por el otro, la mirada conservadora que lo asemeja al armado de un nuevo régimen donde el opositor será, claramente, su enemigo. La religión, los dogmas castrenses y "Dios, patria y hogar" como mentores de la nueva argentina. 

Para Marty, “todo populista aprovecha el descontento y con eso divide y polariza”. “Es ellos o nosotros. Incluso Milei ha planteado que ellos son estéticamente superiores. Pregunto si esas expresiones no hacen ruido”.

Archivo de "el león": “¡Somos superiores estéticamente, superiores moralmente, somos superiores en todo y les duele! ¡Les duele!”

“¿El país necesita esto? ¿O necesitamos un dirigente con mayor estabilidad emocional?”, se pregunta, como muchos otros, la autora de El manual liberal (Planeta, 2021).

Para el mundo liberal argentino hay un shock que los agrupa en el desconcierto. No la vieron venir con la magnitud de un tsunami. Los encontró en la playa y cuando la inmensa ola mileidista apareció nadie pudo eludir sus consecuencias. La política argentina flota hoy en medio de esas olas enormes del tsunami Milei.

“Hay una construcción de este personaje que se viene trabajando desde hace años. Habla de la anticasta y su historia laboral lo incluye en el mundo que combate. La conformación de su partido, su propia candidatura, sus negocios partidarios; es un mundo lejano al liberalismo”, critica la entrevistada.

La politóloga reparte sus días entre su ciudad natal, Rosario, y Washington (EE.UU.), donde participa de las actividades institucionales de la Atlas Network. Asimismo, es CEO de la Sociedad Atlas en The Atlas Society y conduce un podcast llamado Hablemos de Libertad.

Para ella, Milei es parte del fenómeno global que pone en el poder el auge nacionalista con propuestas populistas. “Podemos ver cualquier video, sus insultos, el odio. En medio de la crisis que tenemos no podemos votar a un populista de esta talla. Apela a las emociones arcaicas para captar la atención y eso es riesgoso”, grafica. “Milei no es el liberal loco, es el farsante autoritario”, afirma.

El pastor liberal sube al escenario vestido de negro. Con una campera de cuero, agita sus brazos a una audiencia que colma el estadio en un cierre de campaña multitudinario. Pone la voz ronca y firme para recitar estrofas adaptadas de una canción de rock. Se lockea, se mira al espejo antes de salir a escena. Nada en él será casual. La estética libertaria es parte de su ética. 

El día después, pocos hablaron del evento. Milei, para la ortodoxia política, estaba en un rincón, agazapado esperando dar el zarpazo. Y claro que lo dio. Él cree que será elegido. La política cree que es posible su victoria, incluso en la primera vuelta electoral del 22 de octubre. 

Para Marty, eso resultaría en una catástrofe. Además, puntualiza sobre su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, quien plantea "ideas incompatibles con el liberalismo": “Se abraza a ideas contradictorias. El liberalismo rompe el vinculo entre el Estado y la religión, y ella apela al vínculo sólido entre ambos. Un vínculo que trajo sangre, hogueras y atrasos en la edad media. Volvemos a un pensamiento moral arcaico. Milei dijo que hay que dar la batalla basándose en "Dios, patria y familia", un lema calcado al pensamiento de Benito Mussolini. "Dios es libertario", dice Milei, o pregona por el servicio militar obligatorio. "Eso no es libertad”, argumenta la politóloga.

En el diálogo con Radiopolis (Radio2), hubo oyentes que descalificaron a Marty por sus criticas, emparentándolas a las ideas que el kirchnerismo promueve desde el 2003. “La intolerancia es parte de esa esencia. El modelo que acompaña a Milei es la misma mirada que la de Vladimir Putin: la presunta decadencia moral de occidente. Les molesta la libertad. Rechazan los avances en Derechos Humanos o libertades individuales. Les molesta porque rompen con su mirada conservadora de la vida”, responde.

En esa entrevista, la conferencista destacó que “la campaña nos debería dar una pista: la idea de un nuevo régimen”: “Su visión, su modelo, plantea el respeto al proyecto del prójimo. Pero si no seguís sus ideas, no hay respeto. El aborto es un ejemplo. Quieren eliminar la ESI en las escuelas. Su candidato a jefe comunal porteño, Ramiro Marra, recomendaba ver pornografía para tener educación sexual ¿Esto queremos para el país?”.

El liberalismo argentino expulsó a los liberales que querían defender un liberalismo integral. Es mucho más complejo. No es solo bajar el gasto público, la libertad económica, bajar los impuestos y ya está. El liberalismo es mucho mas que eso, es mas complejo: la defensa del estado de derecho, romper con el vinculo del estado y la religión, defender las libertades individuales, que cada persona puede elegir su propia vida, defensa de los derechos LGTB+, la legalización de las drogas, entre muchos ejemplos. Eso no es claramente Milei”, cierra Marty.