Este viernes, la fuerza del movimiento feminista fue noticia en todo el mundo y Argentina no fue la excepción. Primero porque desde presidencia eligieron el 8M para cambiar el nombre del Salón de las Mujeres de Casa Rosada por Salón de los Próceres mientras las calles de las distintas ciudades y pueblos se empezaban a llenar de mujeres y disidencias y segundo, porque Rosario, pionera en la lucha de los derechos, tuvo que postergar su marcha. 

La violencia narco paralizó la ciudad. Dos taxistas muertos y un chofer de colectivo gravemente herido dejaron a Rosario sin servicio de transporte, pero además con una sociedad conmocionada y preguntándose "¿qué sigue?". Ese fue el escenario que motivó a las organizadoras de la marcha a postergar la movilización que prometía ser multitudinaria. 

¿Cómo llegarían a la plaza San Martín las compañeras de los barrios? ¿En qué regresarían a sus hogares? ¿Quiénes iban a garantizar la seguridad de las manifestantes? ¿No marchar, es una forma de gritar auxilio, de pedirle a los representantes políticos que se acuerden de Rosario? 

En medio de la angustia, la incertidumbre y las ganas de salir a las calles a reivindicar derechos que están en la mira de los gobernantes de turno, algunas rosarinas  viajaron a Buenos Aires, otras a Villa Gobernador Gálvez o la zona, y todas recibieron desde otro continente, un mensaje de aliento: “Para mis amigas de Rosario que hoy no pueden marchar”, se lee en un pedazo de cartón escrito a mano con fibra negra y sostenido por Jimena, una joven local que reside en Barcelona. 

Fue Lucía quien compartió la imagen, otra rosarina que en medio de las manifestaciones de España se chocó con el nombre de su ciudad. “Los 8M me movilizan y encontrarme este cartel hoy a 10.000 km de casa directamente me rompió el corazón”, escribió. 

El gesto de esa joven no tardó mucho en viralizarse: más de 10 mil corazones, ciento de veces republicada la foto, y más de cuarenta comentarios. Entre ellos: “Gracias por esta foto. Estamos cansadas y tristes”; “Estamos muy tristes en Rosario”; “Gracias hermanas”; Además, Aldana, otra rosarina que emigró, agregó una foto de un cartel en oposición a la prohibición del lenguaje inclusivo con el hashtag Resiste Argentina. 

Ya lo dijo Simone de Beauvoir en su momento, “el feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente” y este 8M, una vez más, las palabras de la filósofa francesa se vieron graficadas: en Rosario, las mujeres no marcharon pero en el mundo, muchas otras, lo hicieron por ellas. La marea se convirtió en tsunami y su fuerza, rompió fronteras.