Rosario Central fue una sombra y perdió en el Gigante de Arroyito ante Barracas Central, por la fecha 20 de la Liga Profesional. El Canalla sufrió dos piñas que lo mandaron a la lona: la primera fue el golazo de Bruera a los 20 segundos del complemento; el segundo, la expulsión de Ibarra.
La derrota se consumó sin rebeldía y envuelta en dudas y silbidos del público para con los protagonistas.
El primer tiempo del equipo de Lequi no fue malo. Jugó mejor que su rival, pero la impericia y la ineficacia hicieron que el Canalla estuviera lejos de anotar en el arco de Rafael Ferrario.
Malcorra era intenso por izquierda, Duarte desbordaba y era profundo por derecha; pero siempre faltaba algo.
De todos modos, el complemento fue distinto. A los 20 segundos, Bruera tomó un despeje corto de Sandez y la clavó en el ángulo. Todo se paralizó.
Un minuto después del festejo de Barracas, vio la roja Franco Ibarra. Fue un golpe anímico devastador. Central nunca se recuperó de eso. El equipo se quedó sin volante central con oficio y quedó partido.
Los cambios tampoco modificaron demasiado: Lovera por Malcorra y Ocampo por Coronel, no dieron rápida respuesta y el equipo entró en un mar de dudas. Lequi volvió a elegir a los pibes y Segovia entró por Gómez.
Tan lejos estuvo Central de la igualdad que Barracas terminó jugando en campo de Central y manejando los tiempos del partido.
El partido se terminó bajo un manto de reprobaciones para el equipo y para el entrenador. A Central le queda un final de torneo sin objetivos y sin motivaciones. Todo lo que no quería.