Una mujer policía que hacía de prestamista y su novio, empleado de seguridad privada, fueron condenados este miércoles a cinco años de prisión efectiva por una causa penal de usura y de extorsiones, donde quedó evidenciado el calvario de una víctima que debió pagar altísimos intereses tras haber contraído un préstamo de 300 mil pesos en agosto de 2022, que dos meses después se transformó en una deuda de cuatro millones de pesos.
La pena impuesta a la suboficial Yasmila Arredondo (cuyo último destino fue una comisaría de Villa Gobernador Gálvez) y el guardia de seguridad privada Damián Sosa fue convalidada este miércoles por el juez Rafael Coria tras el acuerdo entre el fiscal José Luis Caterina y los defensores Paula Ríos y David Villada.
En el mismo legajo penal aparece una pareja todavía sujeta a la investigación: Tatiana Mársico y Rodrigo Muñoz. La mujer es prima del lugarteniente de Los Monos Cristian “Pupito” Avalle –involucrado en narcotráfico, homicidio y extorsiones– y él, un hombre vinculado con la barra del club Coronel Aguirre de Villa Gobernador Gálvez. Ambos fueron detenidos en septiembre pasado en la localidad santafesina de Carreras, tras pasar una temporada prófugos. Para el fiscal Caterina, fungían de matones al servicio de la suboficial Arredondo y de su pareja.
De acuerdo con la acusación, en agosto de 2023 Arredondo le prestó 300 mil pesos al empleado de una carnicería de Villa Gobernador Gálvez donde la agente hacía adicionales. Según relató la víctima en su primera denuncia, habían acordado que devolvería 350 mil pesos en varios desembolsos.
El empleado de la carnicería declaró en la causa que en septiembre, luego de haber recibido el crédito informal, Arredondo le envió un mensaje de texto vía WhatsApp en el que le decía que la deuda ahora era de 900 mil pesos.
En los chats, según la imputación, la policía le sugirió que si no pagaba la iba a "pasar mal" y que ella podía hacerle "romper las piernas" por otras personas. Después de una especie de negociación, el número de la deuda quedó en 600 mil pesos.
A mediados de octubre pasado, un día previo a realizar uno de los desembolsos, un hombre y una mujer que se desplazaban en un Renault Clio abordaron al joven en la puerta de un banco, le dijeron que venían de parte de la policía que le había prestado plata y le pidieron que se meta en el auto.
Una vez que se subió, el sospechoso que estaba en el asiento del acompañante sacó una pistola, le indicó que ahora debía 4 millones de pesos y añadió que en caso de no cancelar el total de la deuda, ellos, “que eran de Los Monos”, iban a matarlo a él o a alguno de sus familiares.
Para la investigación, esa dupla de matones eran Mársico y Muñoz, detenidos un tiempo después en Carreras, departamento General López, por personal de Asuntos Internos.
La víctima declaró que antes de ser bajada del Clio entregó 200 mil pesos. Sin embargo, Mársico y Muñoz le advirtieron que al día siguiente lo iban a buscar por su casa y lo iban a acompañar hasta bancos y mutuales, donde iba a tener que conseguir la plata para completar los desembolsos.
Posteriormente, Arredondo, su novio Damián Sosa, Tatiana Mársico, Rodrigo Muñoz y otros dos sospechosos fueron hasta la casa del deudor, le dieron un golpe en el rostro y lo obligaron a subir a un auto. Muñoz, según testigos, le gritó a un familiar de la víctima que no hiciera la denuncia porque iban a balear el domicilio.
El fiscal enfatizó que la víctima fue trasladada hasta la casa de la suboficial Arredondo, ubicada en Pueyrredón al 6100, en la zona sur de Rosario, donde le dieron golpes en la cara, en el cuello y le mostraron un bastón extensible, dos manoplas y una navaja. Según la imputación, en un momento, Muñoz tomó la navaja y exigió al empleado de la carnicería que dijera dónde podían buscar plata. Además, le anticipó que si no colaboraba le iba a cortar los dedos.
Al joven, mientras lo tenían retenido contra su voluntad, le sacaron el celular y extrajeron datos de sus familiares, que fueron anotados en una libreta que estaba en el domicilio de la suboficial.
Antes de liberarlo por segunda vez le avisaron que iban a buscarlo nuevamente por su casa para que entregue dinero. Sin embargo, ni bien fue liberada, la víctima denunció por segunda vez la situación y allí médicos policiales constataron las lesiones que tenía en el rostro y en el cuello como consecuencia de la paliza.
El 20 de octubre de 2023, Asuntos Internos (por entonces denominado Agencia de Control Policial) detuvo a Arredondo y a Sosa frente a la casa de la víctima; tenían un bastón extensible, dos manoplas, un gas pimienta, un cuchillo táctico, papeles tipo cheques firmados por la víctima al realizar pagos y la libreta que contenía los datos de familiares del joven.
Arredondo, de 30 años, arregló una pena de cinco años de prisión efectiva, siete años de inhabilitación especial y multa de 40 mil pesos, por los delitos de usura; lesiones leves, amenazas coactivas calificadas; privación legítima de la libertad agravada y suscripción extorsiva de documentos en concurso real con el delito de robo calificado por el empleo de arma de juego cuya aptitud para el disparo no pudo acreditarse, en calidad de instigadora; lesiones leves agravadas por el vínculo en calidad de instigadora.
Sosa, de 23, a la pena de cinco años de prisión efectiva y multa de 40 mil pesos por los delitos de usura; lesiones Leves; amenazas coactivas calificadas; privación de la libertad agravada y suscripción extorsiva de documentos en concurso real con el delito de robo calificado por el empleo de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo acreditarse, en calidad de instigador; lesiones leves en calidad de autor.