“El humor es un espejo incómodo que refleja las partes que no nos gustan”. La afirmación de Tute (Juan Matías Loiseau) se da en el marco de la entrevista con Rosario3 por su último libro, Mabel & Rubén al diván, que editó Sudamericana el pasado diciembre. El ejemplar compila trabajos publicados previamente en los que ambos “personajes” replican conductas y situaciones bajo el filtro del psicoanálisis.
Para el autor, humor y análisis “comparten la síntesis y el objeto de trabajo: las conductas, nuestra fragilidad y el carácter polisémico del lenguaje”.
“Me gusta pensar en Mabel y Rubén como un espejo incómodo de lo que somos y decimos. El humor es un poco eso, un espejo que se pone delante nuestro para reflejar las partes incómodas, las que no nos gustan o que preferimos no ver”, dijo Tute en el diálogo telefónico.
—Es tu quinto libro sobre humor gráfico y psicoanálisis. ¿Por qué te interesa particularmente ese cruce?
—El psicoanálisis es una de mis obsesiones y, en el humor gráfico, es uno de los temas más visitados. El psicoanálisis está en mi vida desde el principio. Primero, porque nací en una casa con padres psicoanalizados. Mi viejo (el humorista gráfico Caloi) hacía análisis y mi mamá era psicóloga social. Entonces, había algo del lenguaje psicoanalítico que ya circulaba en mi casa. Después, como analizante, porque a partir de los 18 o 19 años ya supe lo que era un diván.
—¿Qué elementos en común encontrás entre el humor gráfico y el psicoanálisis?
—El humor que hago tiene que ver, fundamentalmente, con las conductas humanas, que están regidas por nuestra psicología. Hay muchas otras cosas... El humor es un elemento clave en un buen análisis, tanto para el analizante como para las intervenciones analista. Ambos comparten la síntesis y el objeto de trabajo: las conductas, nuestra fragilidad y el trabajo sobre la palabra. El psicoanálisis y el humor abordan el carácter polisémico del lenguaje.
—¿Cómo es el trabajo para llegar a la síntesis de la viñeta o el desarrollo de la tira?
—Hay varias caminos. El más común es llegar a través de una idea abstracta que, de pronto, se convierte en un texto que mueve a la risa. Una manera diferente es a través del dibujo. A veces, no tengo esa idea, entonces empiezo a dibujar y, a partir del dibujo llego a una idea humorística. Este camino me deja ideas más más líricas, poéticas, porque provienen de otro lugar.
—Al momento de compilar los trabajos de Mabel y Rubén al diván, ¿pensaste en algún orden en particular, como el cronológico, por ejemplo?
—Como es un material ya publicado, pensé en organizarlo para que no se pisen o repitan. Me refiero a que esté presente tanto el trabajo dentro del consultorio como lo que después uno se lleva de la terapia. Eso es algo que ya hice en mis libros anteriores sobre psicoanálisis, como la trilogía Tuterapia, Humor al Diván y Superyó.
—¿Llevás el trabajo al análisis?
—Sí, muchas veces muchas veces. Hago humor sobre las cosas que me pasan o me interesan y eso suele estar también en la terapia psicoanalítica. Me ha pasado de hacer un duelo, puntualmente, cuando se murió mi viejo, que estuve muchas sesiones trabajando sobre ese tema y, al mismo, en la producción de un libro que era sobre eso (Diario de un hijo). En ese momento, solía decir que había sido "mi duelo dibujado".
Respecto de "Mabel" y "Rubén" como significantes, Tute explicó que “son parte de la música de mi infancia, son los nombres de los padres y las madres de mis amigos del barrio, dentro un repertorio en el que también estaban Susana o Hugo. La particularidad es que son siempre Mabel y Rubén, pero también distintos, con problemáticas distintas. Ese es un poco el chiste”.
En la entrevista, Tute confió que actualmente trabaja en una novela gráfica con probable fecha de lanzamiento para el próximo mayo. “Me tiene muy entusiasmado. Estoy todos los días con esto... Es un libro teatral. De hecho, la portada tiene un escenario. Se llama El muerto. Sé que el tema es algo espinoso, pero tocado con mucho humor. Humor negro”, adelantó.
Consultado sobre si el humor debe tener algún límite, el autor respondió de manera afirmativa, aunque aclaró: “Esta bien que así sea. Para hacer humor lo más libre posible, uno tiene que tener límites. Son los límites los que te terminan dando la libertad. Digo esto porque, el primer límite te lo da la imaginación ¿no? Uno solamente puede hacer humor sobre aquello que se le ocurre. También están los límites, podríamos decir «morales o éticos», que son los que uno se permite a sí mismo. Y después, están los límites del medio en el que se trabaja, que tiene sus intereses y su público. No sé, pienso en una publicación para jóvenes o niños. Ahí uno no puede, a la sazón de la libertad, publicar cualquier cosa. Hay límites en el humor como los hay en la vida. Después, dentro de esos límites, uno debe moverse lo más libre posible".
En tanto que respecto al humor cruzado por lo cotidiano que replica en sus dibujos, Tute indicó que si bien no trabaja sobre “la agenda política" aborda "todo el tiempo temas que que tienen que ver con estos tiempos”.
“El humor atemporal tiene más chance de no envejecer rápidamente, pero sigo hablando de este tiempo. Recuerdo a un humorista gráfico español, que se llamaba Chumy Chumes. Una vez le preguntaron por qué no hacía «humor de actualidad» y él respondió: «Yo hago humor de actualidad, o acaso usted no se siente solo». La soledad es un tema actual”, cerró el entrevistado.