Hace poco más de dos años y medio el dueño del bar Berlín, Luis “Lulo” Corradín, anunciaba que cerraba sus puertas, luego de los estragos de la pospandemia y los altos costos que conllevaba el alquiler y funcionamiento de este emblemático espacio que ofrecía una cartelera completa cada semana, de jueves a domingo, desde 1996.
El anuncio fue a partir de que Corradín buscó sin éxito tentar a algún comprador de la llave del Berlín, ese emblema del conocido como “under rosarino”, que ostentaba la creación del verbo “berlinear”, a partir de que durante más de dos décadas se hizo de un público habitué de los ámbitos del rock local, el teatro independiente y las artes en general.
“Mi desenlace perfecto hubiera sido que alguien tome la llave, la marca y la mística para que lo pueda resignificar. Nada me hubiera hecho más feliz que pasar por la cortada y ver que sigue existiendo”, había expresado Lulo públicamente en junio de 2022.

Semanas después de conocerse sobre su cierre definitivo, un partido político de la ciudad anunció en una conferencia de prensa en la plaza del Foro frente al Berlín que reabrirá el espacio con talleres culturales y hasta con un museo sobre el “Che” Guevara. Pero desde entonces no se conocieron detalles de avances sobre ese proyecto anunciado.
Este sábado se conoció que es un hecho la reapertura que se espera como la definitiva, luego de cinco años de incertidumbre. Fue confirmado a Rosario3 por una fuente cercana al equipo. “Es un borrador de negocio que se viene con todo, pero sin plazo de apertura”, confió la fuente a este medio, quien agregó: “Es un anuncio muy prematuro, pero es una gran noticia para el ambiente cultural de la ciudad”.
Entre los trascendidos, se pudo conocer que el local en el mismo predio del pasaje Poeta Fabricio Simeoni, ubicado entre Sarmiento y Mitre, entró en obras de refacción la semana pasada, y que la flamante reapertura del bar cultural, con su conocido sótano de talleres y baile y su escenario al fondo, será en junio de este año.
Quienes llevan adelante la apuesta son el propio Lulo, su hijo Camilo Corradín, junto a otros socios. Contará con una oferta gastronómica y cervecera, shows en vivo de bandas, DJs y cartelera que, según se propone, será doble: con un show en el escenario ubicado en el primer piso y otro en su sótano.
Buscará captar al público juvenil con propuestas musicales de los talentosos músicos y bandas actuales, generación que probablemente no haya tenido al momento oportunidad de frecuentar el Berlín, considerando que corrieron cinco años ya del cierre, en aquel febrero de 2020.
