El uso que hizo el artista de la escala y el brillo captó con precisión la energía en cascada y la turbulencia. Así lo destaca un estudio de un equipo de físicos de Francia y China, que analizaron los famosos cuadros de cielos del pintor holandés, "La noche estrellada", la obra emblemática de 1889.
De acuerdo a los expertos, las pinceladas del cielo de la obra es congruente con los principios astronómicos de nuestro cielo, como descubrieron recientemente los científicos atmosféricos. También aluden a que el artista se adelantó a las mentes científicas del siglo XIX.
Según publicó el medio estadounidense New York Time, los científicos creen que las pinceladas enérgicas de van Gogh parecen calculadas para tener en cuenta zonas de flujo de aire desigual invisible, conocidas como turbulencia, que causarían cambios en la imagen del cielo nocturno. Aún más milagroso es que había pintado la vívida obra a la luz del día en un estudio sin ventanas, según Artnet. Ahora, unos investigadores publicados en Physics of Fluids identificaron lo que describieron como una "turbulencia oculta" dentro del estilo estelar de Van Gogh.
�� Researchers have delved into the swirling skies of Vincent van Gogh’s “The Starry Night,” uncovering layers of hidden turbulence that mirror real atmospheric phenomena. By analyzing the painting’s brushstrokes, luminance, and structure, they have discovered alignments with… pic.twitter.com/bPkw7K0PAE
— Mack - #TechTrends (@Analytics_699) September 19, 2024
El artista parece haber compensado principios de dinámica de fluidos que no aparecieron hasta casi 100 años después, como una escala para el movimiento de la energía aérea diseñada por el matemático George Batchelor en 1959. "La escala de las pinceladas jugó un papel crucial”, dijo el autor Yongxiang Huang. "Con una imagen digital de alta resolución, pudimos medir con precisión el tamaño típico de las pinceladas y compararlas con las escalas esperadas de las teorías de turbulencia", agregó.
Más allá de eso, incluso un estudio de 2019 sugirió que tuvo en cuenta la turbulencia no solo dentro de la atmósfera, sino también en las estrellas a años luz de distancia. Los autores del estudio actual examinaron diferentes tipos de pinceladas en circunstancias similares, como hojas ondeando al viento, para clasificar las condiciones atmosféricas del viento, como su forma y energía. También, se examinaron otros factores relacionados con el brillo en varios colores de pintura en relación con la energía del movimiento.
Lo que más aprendieron a través de los experimentos (incluyendo una mirada a las 14 formas giratorias de “La noche estrellada”) fue cómo van Gogh tenía una extraña conexión con el movimiento de nuestro paisaje natural, terrestre y celeste. "Revela una comprensión profunda e intuitiva de los fenómenos naturales. La representación precisa de la turbulencia por parte de Van Gogh podría provenir del estudio del movimiento de las nubes y la atmósfera o de un sentido innato de cómo capturar el dinamismo del cielo", afirmó Huang.
Se encontró que el trabajo espacial y los brillos intencionales estaban alineados con los movimientos reales de la atmósfera dentro de la escala de su energía impulsada por el movimiento, conocida científicamente como la ley de Kolmogorov de 1940. En concreto, desde una perspectiva académica, “La noche estrellada” destaca por un brillo que se difunde a lo largo del cuadro junto con sutilezas de la mencionada turbulencia de la atmósfera. Ahora el equipo está analizando la obra maestra de van Gogh para repensar lo que se sabe sobre la idea de las corrientes de aire y los “fenómenos” relacionados. "Parece que ha llegado el momento de proponer una nueva definición de turbulencia que abarque más situaciones", afirmó Huang.