En la esquina de Urquiza y Paraguay, la arquitactura de la Iglesia Anglicana choca contra los ojos de los que pasan por ese lugar del centro rosarino. En 1868, en el corazón del "barrio de los Ingleses" en Rosario, un emblema arquitectónico emergió, atestiguando la fé y la tradición de los inmigrantes ingleses y escoceses que llegaron a estas tierras para construir los ferrocarriles.

En un informe especial del programa Cada Domingo (El Tres), Graciela Barrionuevo, presidenta del Consejo Parroquial, retrocedió en el tiempo para hablar del mítico edificio rosarino: "Esta Iglesia nace en 1868 para satisfacer la necesidad de aquellos inmigrantes desde Escocia e Inglaterra que trajeron con ellos su fe. Hoy somos una congregación pequeña; somos pocos los descendientes de aquellos inmigrantes", explicó. 

La influencia inglesa no solo es evidente en la fe y la comunidad, sino también en la infraestructura de la ciudad. Según el arquitecto Luis Vignoni, "la influencia tiene que ver con la presencia de los ingenieros ingleses que vinieron a Rosario, principalmente para la construcción del tramo ferroviario".

Luego comentó que "el proyecto se concibió en Londres por un arquitecto llamado Alfred Pitte, vinculado a las empresas ferroviarias. Aunque nunca visitó Rosario, trabajó en estrecha colaboración con técnicos asociados al ferrocarril. Los ladrillos que forman la primera parte de la nave fueron hechos con la misma máquina que se utilizó para construir las estaciones de tren. Aunque es una arquitectura de uso religioso, lleva la tradición industrial de la presencia inglesa aquí". 

El templo, que destaca por su diseño y meticulosos detalles, fue construido en distintas etapas. "Primero fue la nave, luego se añadió el techo de cobre y el presbiterio. En el interior, encontramos madera nacional y tejas importadas de Gales. Sin embargo, lo que realmente captura la atención son los vitrales y las placas de bronce que datan de principios del siglo XX", añadió Vignoni.

El proceso de construcción del templo principal duró entre 4 y 5 años. Vignoni destacó que "primero se compra el lote, que originalmente era más grande de lo que es ahora. Luego, se construyó un templo provisional que sirvió como escuela para los hijos de estos trabajadores de habla inglesa. Este edificio fue el precursor del colegio San Bartolomé. El valor de este templo no es sólo religioso, sino también cultural. Estas eran personas que también estaban involucradas en la construcción de escuelas". 

Hoy, el Templo Anglicano sigue siendo un testimonio viviente del legado y la contribución de la comunidad inglesa en Rosario.