El martes pasado comenzó el juicio por el homicidio de David Moreira en el Centro de Justicia Penal. Se trata de un crimen resonante y de alto impacto público ya que la víctima era un chico de 18 años a quien lo asesinaron a golpes en barrio Azcuénaga luego de que le robara la cartera a una mujer que estaba con su hijita el 22 de marzo de 2014. En principio, la Fiscalía identificó a dos personas entre quienes golpean a Moreira: Nahuel Pérez y Gerardo "Capocha" G. En un primer momento, les imputaron el homicidio doblemente calificado por el concurso premeditado y por la participación de más de dos personas, delito con una pena en expectativa de prisión perpetua. Sin embargo, después la Fiscalía bajó la calificación a homicidio en agresión y en abril de 2017 sumó a un tercer identificado, Cristian A. En 2019, Pérez aceptó en un juicio abreviado la pena de tres años de prisión condicional, pero los otros dos no y es por eso que la causa llegó a juicio oral y público.
Desde la representación judicial de la familia de David, el abogado Norberto Olivares consideró que está probada la participación de ambos imputados en la paliza que le propinaron al joven. Sin embargo, el defensor público Francisco Broglia, quien representa a los acusados, aseguró que no hay evidencia que indique que sus defendidos hayan atacado a la víctima. Ambos, en tanto, coinciden en que la reacción contra David fue aberrante y desproporcionada a la comisión de un asalto, al tiempo que analizaron las serias y peligrosas consecuencias de “hacer justicia por mano propia”.
El caso Moreira es, sin dudas, un paradigma de la desigualdad social, la violencia que se retroalimenta por la ausencia de respuestas y el desierto que deja un Estado en retirada. Un joven que sucumbe a los deseos propios y los imperativos de la sociedad del consumo de poseer lo que otros tienen. Sale a robar, es muy probable que sea su primera vez y termina asesinado por un grupo de personas enardecidas, hastiadas de ser asaltadas, que canalizan el enojo y el miedo en una única persona. ¿Moreira fue una excusa?
Consultado por Rosario3, Olivares brindó algunas consideraciones sobre las audiencias que tienen lugar por estos días en el edificio de Mitre 2851. Entre los testigos que declararon estuvo presente Pérez. “No aportó nada, amnesia total. Lo único que aportó fue mentira porque le preguntaban si lo conocía a Capocha, uno de los dos imputados y dijo que lo conocía, pero que no tenía mucha relación con él y que ese día no lo vió ni a él ni a A. Con éste sí asume que tiene una amistad más relevante porque vive en la cortadita, a metros de su casa, pero dice que ese día no lo vio, cosa que quedó totalmente desvirtuada por un posteo que hace con la foto de David al lado de la moto todo ensangrentado con unos comentarios. No recordaba nada, muy cínico”, sostuvo.
El abogado, que representa a la familia Moreira, remarcó el testimonio de una testigo que se expresó en una de las audiencias. “Reconoció a Capocha en el vídeo, a quien ya había reconocido en 2014, en una rueda de reconocimiento, pero ella después mencionó que en el barrio se mencionaba el seudónimo Capocha, que en el video es el único que pega en esa escena. El defensor, logicamente, quiso meterla en alguna contradicción que lógicamente se tiene porque pasaron nueve años”, señaló. Según contó, la mujer reveló que fue amenaza en el barrio llamándola “buchona”. “Nosotros ya sabíamos que había habido una apretada en el barrio de la bandita, inclusive visitando a algunos vecinos diciéndole que tuvieran mucho cuidado con lo que podían decir”.
Según el letrado, los imputados son hinchas de Rosario Central y se conocían. “Yo aporté una foto de Facebook de ellos juntos el día anterior al hecho. Y ese día –el día del robo y posterior linchamiento– yo creo que estaban ahí, con el grupo de Central, haciendo la previa y frente al Club Amistad y Unión por la cortada Marcos Paz y David justo agarró para el este y se encuentra con este grupo. No tengo ninguna duda que fueron estos 3 los que más le pegaron”, indicó sobre Pérez, A. y G. y precisó que los dos imputados en este juicio aparecen en el video de 8 segundos que muestra cómo arrastran y le pegan a Moreira.
Ducca, el muchacho que manejaba la moto aquel 22 de marzo de 2014 también prestó declaración. “Dijo que eran conocidos con David, que eran vecinos, amigos del barrio y que lo pasó a buscar en la moto y que fueron a hacer un asalto y que encontraron a esta mujer, lo que nosotros ya sabíamos”, agregó y confirmó el robo a pesar de que “indudablemente, David era un muy buen pibe, que nunca anduvo metido en líos ni en hechos de violencia, sin absolutamente ningún antecedente”.
Sobre los motivos que lo llevaron a delinquir en esa oportunidad, Olivares deslizó: “Yo no puedo hacer conjeturas, pero sí decir terminantemente que David nunca había participado de un robo y que era la primera vez que participaba de algo así. Andá a saber lo que venían hablando con Ducca que sí tenía causas de robo calificado”. También, mencionó que David quería comprarle un regalo a su hermana, aunque su madre, Lorena Torres, asegura que ese día tenía dinero que había cobrado de su trabajo como albañil.
En ese sentido, advirtió: “El problema acá es que aunque le haya manoteado la cartera a esa mujer, de ninguna manera podés tolerar o admitir que ese hecho provoque semejante barbarie”. Y agregó: “Tanto lío por un robo de una cartera que salió desgraciadamente muy caro y después, por el robo para la Corona, el robo obsceno de millones de dólares, hay total indiferencia”.
La defensa
El abogado Francisco Broglia es el defensor público y representante legar de los dos imputados. En diálogo con Rosario3, quien manifestó en relación al juicio: “Nuestra postura es bastante sencilla y simple porque en realidad tiene que ver con la falta de prueba que tiene la Fiscalía para poder acreditar que A. y G. tuvieron alguna participación en el hecho. No ha podido la Fiscalía acreditar de ningún modo lo que se propuso que es que participaron de los golpes a Moreira. No hay ninguna indicación concreta hacia mis defendidos, o sea, no hay ningún testigo que los haya señalado como partícipes del hecho”.
Para el letrado, los imputados, ambos trabajadores sin antecedentes penales, son “un chivo expiatorio”. De acuerdo a lo que expuso, el Estado siente que tiene que dar una respuesta ante “un hecho realmente muy triste, muy doloroso”.
“Lo que dicen los testigos que estuvieron en el momento del hecho y el personal policial que recabó la información de las personas que estaban en el lugar apenas sucedió el hecho es que a David Moreira lo golpearon entre un montón de gente, incluso gente que pasaba con autos, se bajaba y le pegaba, o sea, es innumerable la cantidad de gente que pudo haber participado. Yo lo que entiendo y lo dije en el alegato, es que no hay ningún elemento de prueba en contra de ellos, que sea realmente contundente para decir que ellos participaron como autores, que lo golpearon ahí. No hay elementos”, ratificó.
Más allá de sostener la inocencia de los acusados en el juicio, Broglia remarcó la gravedad del hecho, al igual que Olivares. “Lo que pasó con David habilitó situaciones de linchamiento, lo vi como defensor público. Es como que, socialmente, se habilitó esa conducta y muchas veces, incluso desde el mismo Estado se sostuvo esto de que «la gente está cansada» y no, no es justificable pegar y matar a una persona. Es otra la discusión”, evaluó.