Hubo un tiempo en el que en el peronismo la unidad era un mandato paterno. Los había de izquierda y de derecha, pero todos eran peronistas, decía Juan Domingo Perón, cuyo liderazgo ordenaba el caos. Pero el partido que fundó el general ya no es lo que era. Con el paso de los años, los banquinazos ideológicos, el desgaste de las últimas gestiones de gobierno y ahora la crisis de la política tradicional, perdió masa y músculo. Por izquierda, por derecha, por arriba y por abajo. Así y todo, tiene una líder: Cristina Kirchner. Que acaba de plantear su mandato al peronismo santafesino y es el mismo que aquel que llevó al histórico dirigente metalúrgico Lorenzo Miguel a decir que el peronismo era como una de esas familias que se peleaban toda la semana, pero se juntaban a comer fideos todos los domingos: la unidad.
¿Alcanzará la intervención de la presidenta del PJ nacional para ordenar el caos en que se ha convertido el partido en Santa Fe y evitar su fragmentación de cara al inminente cierre de la listas para las elecciones de convencionales constituyentes del 13 de abril? Quedan menos de tres semanas: la presentación de partidos y alianzas es el 2 de febrero y las nóminas se tienen que presentar cinco días después. La tarea, que algunos dirigentes que están dentro del esquema de conducción partidaria como el rossista Germán Martínez –que se reunió el miércoles con Cristina– parecen haberse cargado al hombro, es compleja. Pero de ninguna manera imposible.
El PJ santafesino vivió en los últimos días un cruce de dimes y diretes digno de ser relatado en los programas de chimentos junto con los de la novela sobre Wanda Nara, Mauro Icardi y la China Suárez. Que el primer candidato a convencional iba a ser el massista Diego Giuliano. Que La Cámpora lo vetaba y proponía en su lugar al intendente de Pérez. Pablo Corsalini. Que Corsalini y los intendentes fueron recibidos por Cristina, pero sin foto, no fuera cosa que se interpretara que ya le había levantado de la mano al oriundo de Pérez. Que Cristina bajó el martillo y dijo “unidad, pero con Marcelo Lewandowski a la cabeza”. Que los mismos intendentes que acompañaron a Cristina dicen que si no es Lewandowski tiene que ser Corsalini y sino ellos también van por fuera.
En medio de todo ese ruido se mueven los que desde adentro del partido buscan recomponer lazos con los que se fueron, ahora con una instrucción clara de Cristina: Lewandowski como prioridad, pero también el Movimiento Evita, Comunidad y, con menos interés y esperanza de que haya un acercamiento, el perottismo.
Lógica política
Que Cristina haya puesto sobre la mesa el nombre del senador nacional rosarino es lógica política pura: ¿quién tiene más votos que él dentro del peronismo provincial? Por eso, antes de que lo planteara la expresidenta, el rossismo –según revelaron fuentes de ese sector a Rosario3– ya le había mandado una “paloma mensajera” para proponerle la candidatura por dentro del partido.
Y es que la conducción del peronismo santafesino había quedado en una situación difícil después de que, con escándalo y denuncias de irregularidades, el propio Lewandowski, el Movimiento Evita –que se maneja en tándem con Comunidad (Norma López y Leandro Busatto) y Ciudad Futura– y el perottismo se fueron del congreso en el que se debía definir la estrategia electoral.
Todos esos sectores anunciaron su decisión de competir por afuera. Eso restaría representatividad al PJ oficial, con un agravante: no tiene ningún candidato fuerte, que sea conocido en toda la provincia.
“La prioridad ahora es laburar para tratar que los que quieren ir por fuera vuelvan”, dijo en off the récord a Rosario3 una fuente que es parte de esa conducción que reúne al rossismo, La Cámpora y los senadores departamentales del PJ. Ese dirigente, en sintonía con el planteo de Cristina, entiende que la llave es Lewandowski, aun cuando hay algún enojo con el senador nacional no solo porque el peronismo le abrió las puertas para su ingreso a la política hace seis años sino también porque “el clamor de los compañeros de toda la provincia es la unidad y el que está planteando otra cosa es porque no escucha a la gente”.
Lo cierto es que Lewandowski, que rechazó un acuerdo con Amalia Granata, no solo había tomado la decisión de ir por fuera del PJ, sino que ya tenía bien avanzado el armado político para hacerlo desde su espacio, al que bautizó Activemos. De hecho, dijeron fuentes cercanas al senador nacional, ya había cerrado un acuerdo con el ex dirigente socialista Rubén Giustiniani y estaba en conversaciones con el grupo que integran el Movimiento Evita, Ciudad Futura y Comunidad. Además, había fichado a sindicatos y profesionales de distintos ámbitos vinculados a temas a tratar en la reforma constitucional con la idea de sumarlos a la lista.
Crisis, oportunidad, crisis
La intervención de Cristina y la posibilidad de que el ex periodista deportivo sea la cabeza del peronismo unido abren otro escenario. “Es cierto que cualquiera que vaya por fuera pierde fuerza”, admiten las fuentes de Activemos consultadas por Rosario3. Pero plantean condiciones: “Hay que pensar en una renovación partidaria en serio. Si vamos al mismo rejunte de siempre con la idea de que así vamos a sumar más votos nosotros no jugamos, porque sería un amontonamiento para prolongar el espanto”.
El sector es muy crítico de la actual conducción del PJ, en la que hay una alta injerencia de Amando Traferri, con quien Lewandowski tiene una relación tensa desde que coincidieron en el Senado provincial. Esa postura la comparten el Movimiento Evita y Comunidad. Los tres agrupamientos transmiten que el nuevo escenario abre una oportunidad, pero a la vez ponen otra condición: no están dispuestos a negociar con los mismos que hicieron que se fueran. “Si todo sigue como está en la conducción del partido vamos por afuera”, dicen hoy, en una etapa –la de negociación de candidaturas– donde es habitual extremar posturas para luego dialogar desde posiciones de fuerza. La propuesta al senador nacional incluiría que su sector sea parte de la Mesa de Acción Política.
Como sea, si Lewandowski aceptara ir por dentro eso también acercaría al tándem Movimiento Evita-Comunidad y a sus aliados extrapartidarios de Ciudad Futura. “Si hay un plan de unidad real que abarque a los territorios vamos a estar porque creemos que se puede hacer una gran elección, ganar la ciudad, y a nivel provincial quedar como la verdadera oposición al gobernador Pullaro”, manifestaron fuentes del partido que en los últimos comicios locales estuvo a pocos votos de ganar la Intendencia de Rosario.
En el posicionamiento político hay coincidencia con Lewandowski. “Estemos donde estemos, una cosa tiene que quedar clara: somos oposición a Pullaro y a Javier Milei”, dicen desde el entorno del senador nacional.
El mensaje parece tener un destinatario del cual diferenciarse: el ex gobernador Omar Perotti, el interlocutor que eligió Maximiliano Pullaro dentro del peronismo y quien aportó los votos que le faltaban al oficialismo en la Cámara de Diputados para sancionar la ley de necesidad de reforma constitucional.
Sobre el punto, la coincidencia parece abarcar también a las autoridades del PJ santafesino, que más que negociar con el ex mandatario y sumarlo a un eventual acuerdo parecen pretender aislarlo. “Perotti apuesta a que el peronismo estalle para justificarse. La unidad lo pondría en un lugar incómodo”, expuso una fuente partidaria.
El pase de factura tiene varios motivos. Pero hay, en la actual etapa, uno saliente: esa ley de necesidad de la reforma constitucional que el perottismo votó, incluye la eliminación de las Paso para los comicios de convencionales constituyentes. La instancia de internas abiertas podría haber ordenado, a través del voto, eso que los dirigentes de un partido en crisis ahora intentan, con dudosas chances de éxito.