“Desde el lunes y no sé hasta cuando, esto es y va a ser un calvario”. Débora vive con su esposo y sus 4 hijos en una casa de ladrillo hueco, ubicada en Juan José Paso y Gerónimo, a metros de la vía. El lunes pasado, un móvil policial chocó contra la vivienda que, prácticamente, quedó en ruinas. Desde entonces, deben vivir en una habitación, en medio de los escombros y bajo serios riesgos de derrumbe.

“Anoche, cuando la custodia se fue, nos estuvieron dando vuelta y nos dijeron que estábamos regalados, y es así. Mi marido y yo estamos viviendo un calvario, a esto sumale que los chicos están traumados, tienen miedo”, manifestó en diálogo con Radiópolis (Radio 2).

Foto: Alan Monzón/Rosario3

La mujer confió que, no pueden asistir a sus lugares de trabajo ya que les resulta imposible abandonar la vivienda a fin de proteger sus pertenencias. “Si me muevo, me desvalijan y me roban lo poco que tengo. Ayer se querían llevar los ladrillos, se llevaron las perillas de luz y los cables”, lamentó.

“Estamos con la casa en peligro de derrumbe, cuando pasa el tren se mueve todo. Nos amontonamos en el comedor, tiramos unas mantas y ahí dormimos”, precisó sobre cómo debieron ajustarse, en medio de ladrillos desprendidos, material, y polvillo exparcido por todas partes.

Débora aseguró que no recibieron ayuda. “Vinieron, nos prometieron pero la ayuda nunca llega”, se quejó de la asistencia ineficiente del Estado. “Yo necesito que me ayuden, que accionen. No me puedo poner a limpiar esto, no sacaron ni los escombros. Nos hicieron fotos y un video y, supuestamente, a la tarde iba a venir una cuadrilla de la Policía para levantar todo y no apareció nadie”.