Mañana, 20 de enero de 2025, Donald Trump asumirá por segunda vez la presidencia de los Estados Unidos, un evento que ya está generando olas en los mercados globales y, por supuesto, en Argentina. Para los empresarios y emprendedores locales, este cambio de gobierno en la primera economía del mundo no es un tema menor. La pregunta que ronda en los pasillos de las pymes y en las reuniones de directorio es clara: ¿cómo afectará el regreso de Trump a las inversiones y qué oportunidades o riesgos traerá para nuestro país?
Trump no es un desconocido en el escenario global. Su primer mandato estuvo marcado por políticas proteccionistas, aranceles agresivos y una retórica que buscaba poner a Estados Unidos "primero". Esta vez, promete más de lo mismo, pero con un enfoque aún más audaz. Según analistas, su agenda incluye recortes fiscales, desregulación económica y una política comercial que podría redefinir las relaciones internacionales. Para Argentina, esto significa un escenario de incertidumbre y oportunidades, dependiendo de cómo se manejen las relaciones bilaterales y la estrategia económica local.
Uno de los primeros efectos que ya se siente es la fortaleza del dólar. En 2024, la moneda estadounidense se apreció un 7.1%, lo que ha ejercido presión sobre las monedas emergentes. Esta tendencia podría intensificarse con Trump en el poder, especialmente si la Reserva Federal decide mantener o incluso subir las tasas de interés para contener la inflación en Estados Unidos. Para las pymes argentinas que dependen de insumos importados o tienen deudas en dólares, esto podría significar un aumento de costos y una presión adicional sobre sus márgenes. Sin embargo, también hay una cara positiva: un dólar fuerte podría atraer inversiones extranjeras en busca de rendimientos atractivos en mercados emergentes como el nuestro.
En el ámbito comercial, Trump ha dejado claro que su prioridad es reducir el déficit comercial de Estados Unidos. Durante su campaña, habló de imponer aranceles del 60% a las importaciones chinas y del 20% al resto del mundo, con excepciones para los países que utilicen el dólar en sus transacciones internacionales. Esto podría beneficiar a Argentina en ciertos sectores, como el agroindustrial, si logramos posicionarnos como un proveedor confiable para el mercado estadounidense. Sin embargo, también existe el riesgo de que estas medidas desaten una guerra comercial global, lo que afectaría las cadenas de suministro y los precios de las materias primas.
Un caso emblemático es el de Vietnam, que durante el primer mandato de Trump se benefició de la relocalización de fábricas que buscaban escapar de los aranceles chinos. Argentina podría seguir un camino similar si logra atraer inversiones en sectores como la manufactura o la minería, donde ya tenemos ventajas competitivas. De hecho, la relación personal entre Trump y el presidente Javier Milei podría ser un factor clave para facilitar acuerdos comerciales y atraer capitales estadounidenses. Como dijo un analista: "La afinidad entre líderes puede ser más importante que la diplomacia tradicional".
En el frente financiero, la victoria de Trump ha generado optimismo en Wall Street, donde las acciones han alcanzado máximos históricos. Los inversores esperan que sus políticas de desregulación y recortes fiscales impulsen aún más los beneficios corporativos. Sin embargo, este optimismo no está exento de riesgos. Un aumento de los aranceles podría generar inflación en Estados Unidos, lo que obligaría a la Reserva Federal a mantener las tasas de interés altas por más tiempo. Esto, a su vez, podría afectar a los mercados emergentes, incluido Argentina, donde el riesgo país y la deuda en dólares siguen siendo preocupaciones importantes.
En definitiva, el regreso de Trump a la Casa Blanca es un evento que no podemos ignorar. Su impacto en las inversiones y la economía global será significativo, y Argentina no está exenta de sus efectos. La clave estará en cómo aprovechamos las oportunidades y mitigamos los riesgos. Como bien dijo Warren Buffett: "Solo cuando baja la marea, se descubre quién nadaba desnudo". En este nuevo escenario, la preparación y la adaptabilidad serán más importantes que nunca.
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