Las cámaras industriales que componen la cadena de valor del cuero cuestionaron al Gobierno por la eliminación de las retenciones a la exportación del cuero salado.

A través de un comunicado, plantearon que coinciden con el gobierno en que se trata de una vieja discusión, aunque plantean que, por un lado, están quienes desde hace años le aportan valor al cuero, al que consideran un subproducto residual de la faena bovina que transforman en un producto industrializado. Y por otro, están quienes solo "pretenden maximizar sus ganancias vendiendo un commodity a costa de una cadena industrial que genera miles de puestos de trabajo".

Las cámaras plantean que tras el anuncio del Gobierno sólo hubo argumentos de este último sector, es decir de las curtiembres que ahora tendrán un mejor escenario para exportar.

Por eso, las empresas que le aportan valor a la cadena del cuero salieron a desmentir algunos postulados que circularon en los últimos días.

Las empresas niegan que exista una concentración monopólica del mercado de cueros por parte de las curtiembres locales y aseguran que el 50% de los cueros los exportan los frigoríficos en salado.

Además, rechazan que el valor de los cueros crudos en el mercado local haya estado condicionado por el derecho de exportación. Sobre ese punto sostienen que el precio de los cueros crudos en el país es superior a los valores que libremente exportan los frigoríficos.

En tanto     "Es imposible explicar cómo se logra agregar valor alentando la exportación de la materia prima", dicen las cámaras en un comunicado.

Respecto del aumento de la carne, destacan además que con la vigencia del derecho y la exportación del 50% de los cueros en estado salado, el precio de la carne bajó durante 2024 un 40%. "Esto demuestra la independencia del régimen de derechos de exportación con el precio del cuero", afirman.

"Esta decisión de alentar la exportación de materias primas nos lleva a la época de la colonia"

Agregan que la decisión que tomó el gobierno con el ánimo de desregular, en realidad termina favoreciendo a un sector que hoy se beneficia por la vigencia de una reglamentación que prohíbe a los productores ganaderos la exportación de ganado en pie y que les permite mantener miles de puestos de trabajo en la industria frigorífica.