El clima ahora juega para la Chicharrita: ¿qué hacer para detectarla temprano?

Ante la aparición de ejemplares en maíces, especialistas del INTA destacan la importancia del monitoreo constante de Dalbulus maidis mediante métodos complementarios 

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Tal como se preveía para la actual época del año, las condiciones climáticas propiciaron un incremento de la presencia de chicharritas en el país, como se observa en los mapas de calor del 12° informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, que relevó 409 localidades del país entre el 8 y el 24 de enero de 2025. 

“La coexistencia de maíces tempranos transitando la última etapa del cultivo y tardíos en estas regiones enfatiza la necesidad de intensificar las estrategias de prevención orientadas al desarrollo del vector”, indica el informe.

“Es prioritario concentrar esfuerzos en un monitoreo exhaustivo de los cultivos establecidos para mitigar el impacto del vector y reducir posibles fuentes de infestación en los cultivos tardíos que se encuentran en fases vegetativas iniciales”.

“El cultivo de maíz nos presenta el desafío de implementar un Manejo Integrado de Plagas (MIP) más consciente, donde el monitoreo se convierte en un elemento crítico y estratégico para la toma de decisiones. El MIP de Dalbulus maidis implica la combinación de prácticas de monitoreo y medidas para su control, diseñadas para minimizar el impacto de este vector en el cultivo de maíz”, indicaron los expertos de la Red. 

Qué tener en cuenta

A partir de las primeras detecciones de adultos de la chicharrita, mediante trampas cromáticas adhesivas y observación directa en plantas de maíz, se sugiere intensificar los monitoreos con una frecuencia de 3-5 días, principalmente en los maíces de segunda o tardíos desde los estados fenológicos iniciales (VE) hasta V8-V10.

"Se recomienda revisar al menos 5 plantas en 15-20 puntos diferentes del lote, preferentemente en horas de la mañana, debido a la menor movilidad del insecto y evitar sombrear las plantas a evaluar. Además, en horarios de temperatura ambiente elevada se debe evitar el monitoreo debido a que el acartuchamiento de las vainas impide la observación de los individuos que permanecen refugiados en el cogollo”, explicó Adriana Saluso, investigadora del INTA Paraná.

Asimismo, Saluso advirtió sobre la importancia de identificar correctamente la chicharrita del maíz, dado que en la misma planta pueden hallarse otras especies similares, “ante dudas sobre la correcta identificación consultar a los referentes de entomología del INTA o de otras instituciones”.

Por otro lado, Federico Massoni (investigador del INTA Rafaela) indicó que “la información de los monitoreos permitirá conocer el número de chicharritas por planta de maíz, pero al ser una especie vectora de enfermedades se requiere complementar dichos datos con análisis de porcentaje de infectados, a través de técnicas específicas, como PCR.

Esta condición de insecto vector de enfermedades dificulta la determinación de un nivel de daño económico, que permita tomar decisiones de manejo sustentadas en evidencia científica. La magnitud en la expresión de síntomas compatibles con el achaparramiento dependerá del porcentaje de chicharritas que sean portadoras de virus y mollicutes y no solo del tamaño de la población de Dalbulus maidis.

En este sentido, Evangelina Perotti (investigadora del INTA Oliveros) puntualizó que “frente a la presencia de chicharritas potencialmente portadoras de los patógenos causales de achaparramiento en lotes del maíz, y con el objetivo de disminuir el inóculo inicial, los controles se recomiendan en la etapa del cultivo con mayor susceptibilidad al complejo de enfermedades (VE-V8)”.

En caso de requerir aplicar insecticidas, se recomiendan aquellos autorizados por Senasa, respetando las dosis de registro. Después de la aplicación de insecticidas, se debe continuar el monitoreo y, en caso de reinfecciones, rotar modos de acción.

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