Un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), desarrolló sensores de papel basados en fluorescencia que permiten medir pequeñas concentraciones de glucosa en agua. El nuevo estudio, publicado en Colloids and Sufaces B: Biointerfaces representa un avance en la detección no invasiva en pacientes con diabetes, proponiendo la medición de glucosa por medio de un fluido lagrimal. Este método resultaría menos invasivo y doloroso que el tradicional pinchazo en los dedos para extraer sangre.

Estos nuevos sensores utilizan nanopartículas dopadas con neodimio y erbio, dos tipos de iones de tierras raras. De esta forma, el trabajo abre camino al desarrollo de sensores de glucosa basados en tierras raras que podrían mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.

Las nanopartículas fluorescentes

El fluido lagrimal contiene concentraciones de glucosa significativamente menores que la sangre, por lo que se necesitan herramientas de alta sensibilidad para su detección, como lo son las nanopartículas dopadas con tierras raras.

Las mismas se destacan por sus propiedades ópticas únicas que incluyen la capacidad de generar luz visible y cómo ésta puede verse afectada por el medio que las rodea. Estos cambios, inducidos por la molécula de glucosa, son los que se usan para medir la concentración.

Las nanopartículas pueden producir emisiones en el rango visible del espectro, específicamente en longitudes de onda asociados a los colores verde y rojo. Ante la ausencia de glucosa, la probabilidad de emitir luz verde es mayor. Por ende, los cambios en las intensidades de las bandas verde y roja se pueden asociar a diferentes concentraciones de glucosa.

Estos experimentos demostraron la alta sensibilidad de estas nanopartículas, obteniendo un valor mínimo detectable con fiabilidad de 22 mg/dL. "Gracias a esta alta capacidad de detección, no es necesario analizar enzimas u otros elementos para aumentar su sensibilidad, lo que reduce el costo y tiempo de preparación de los sensores", señalaron los investigadores.

Por otra parte, al incorporar las nanopartículas en un medio poroso como el papel, se logra un sensor económico de fácil preparación y traslado, además de contar con alta sensibilidad.

 

Fuente: Europa Press.