Un cambio de pantalla. Una realidad nueva a partir de un paso clave: haber superado la crisis en la que la sumió el narcoterrorismo. El intendente Pablo Javkin buscó instalar este jueves, en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Municipal, una idea fuerza fundamental: Rosario fue salvada de un infierno y ahora puede soñar. Con un plan de obras ambicioso y abarcador, en coincidencia con un hito histórico que muchos discuten pero que él da por hecho: el tricentenario. Con mayor desarrollo económico. Y, la frutilla del postre, con la autonomía que quedará consagrada en la reforma de la Constitución provincial y que permitirá a la ciudad tomar sus propias decisiones y gestionar sus recursos.
Javkin, claro, se ubicó del lado de los salvadores junto a dos aliados clave: el gobernador Maximiliano Pullaro y la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. Del otro lado, en cambio, quedaron para él los anteriores ocupantes de los mismos cargos, aunque no los haya nombrado: el anterior mandatario santafesino, Omar Perotti, y Aníbal Fernández, el ministro de Seguridad de Alberto Fernández. Y quienes fueron o son sus socios locales, es decir los adversarios políticos del intendente. A los anteriores gobiernos nacional y provincial, recordó, les exigió lo que recién las actuales autoridades le dieron. Algo que se podría simbolizar en el spot en el que reclamaba “luces azules”, en referencia a los patrulleros que faltaban en las calles rosarinas.

“Hubo días en los que la ciudad parecía perdida y por eso hubo que proponerse una tarea: salvarla. Hubo que atravesar un infierno, y la palabra resuena fuerte, porque ahora los buenos de a poco volvemos a disfrutar los barrios, el río, los parques, las plazas, las veredas. Y al infierno van a ir los malos, que no es ni más ni menos lo que corresponde”, fue uno de los párrafos con los que apuntaló esa idea fuerza.
En el inicio nomás el intendente planteó la cuestión al recordar que hace un año el mismo acto tuvo que ser postergado porque la ciudad se encontraba “bajo uno de los ataques narcoterroristas más fuertes de los últimos tiempos”, en referencia a los cuatro homicidios de marzo de 2024 cuyas víctimas fueron dos taxistas, un colectivero y un playero.
Y, algo que se repitió en otros tramos del discurso, lo hizo con dardos a sus adversarios políticos en la campaña electoral que se viene: “Vivíamos horas críticas. Para algunos, la ciudad estaba prácticamente perdida. En medio de esa violencia que se llevaba a nuestra gente, qué patético era ver cómo más de uno festejaba por lo bajo, o decía que exagerábamos la calificación como si lo que nos pasaba afectara solamente a un partido, a un gobernador o a este intendente, como si fuera algo distinto a lo que efectivamente los fiscales esclarecieron”.
El cambio de escenario es, para Javkin, el gran logro que permite, un año después, discutir “obras, proyectos, ideas y acciones. Quién hubiera dicho que hoy podríamos estar proyectando futuro, celebrando un tricentenario”.

“No tengan miedo de decirlo. Estamos mejor. Reconocerlo no es darle crédito a un partido, ni siquiera a una gestión, es simplemente tener la honestidad intelectual de aceptar que no tenían la menor idea de cómo enfrentar al narco y que algunos directamente no querían porque eran socios”, sostuvo.
Y marcó qué fue lo que desde su punto de vista cambió: “De aquellos vergonzosos 20 patrulleros para 1 millón de personas, a una policía presente y activa. Del abandono de la Nación a fuerzas federales trabajando en serio”.
Javkin no dio la crisis superada por completo, pero remarcó: “No tengo dudas, en Rosario vamos a ganar los buenos”.
Obras, obras y más obras
El cambio de escenario, remarcó, permitirá celebrar el tricentenario como la ciudad se lo merece: “Con obras, o sea trabajando”.
No solo la mejora en la seguridad, dijo, le posibilita hoy lanzar un plan de obras ambicioso para el último tramo de su gestión. También el saneamiento económico, eliminar el déficit del municipio. “Yo siempre pensé así, que gobernar era cuidar el mango para invertirlo en lo que hace falta. Y quiero ser enfático en esto. Austeridad no es dejar de hacer, es hacer bien”, afirmó.
El detalle del plan 300, las obras previstas para celebrar el tricentenario, ocupó buena parte del discurso (ver aparte).

Ese plan, dijo, “no se reduce a un gobierno sino que es de toda la ciudad”. Ese programa, dijo, podrá ser seguido en su desarrollo a través de la página web Rosario.gob.ar . “Son obras en toda la ciudad, obras en todos los distritos, obras en todos los barrios”, remarcó, como para despejar críticas en cuanto a la distribución geográfica, todo un clásico en la ciudad.
Otro tópico del discurso fue la política productiva de la gestión municipal. En ese sentido, destacó que el Plan de Suelos e Inversiones Productivas que presentó en 2020 “para que las empresas que durante mucho tiempo se iban de la ciudad vuelvan e inviertan acá” dio buenos resultados. “Cuatro años después, estamos mejor. Tenemos 124 nuevas radicaciones productivas en marcha en los principales corredores de la ciudad: Autopista a Córdoba y Wilde, Ovidio Lagos, Uriburu y Zona Norte. Tenemos un Parque Industrial de 1 millón de metros cuadrados en construcción. Y vamos a tener las 5 primeras empresas que ingresaron al régimen de promoción, reduciendo el pago del Drei con todo lo que eso significa”, resaltó.
También destacó que hay un crecimiento fuerte de comercio, y de la construcción y del turismo, algo que vinculó a que cuando “la ciudad se recupera la gente vuelve a Rosario”. “Todo esto está pasando en Rosario, estamos mejor”, insistió.

Esa mejora, entiende el intendente, tendrá hitos importantes en los próximos años, entre ellos los Juegos Odesur 2026 para cuya realización habrá inversiones y transformaciones de peso, por ejemplo en el parque Independencia. En ese marco, anunció que el 1º de abril se va a licitar la construcción del estadio Arena que tendrá capacidad para 10.500 personas y el 4 de abril se van a abrir los sobres para las obras del Microestadio, un nuevo equipamiento en la zona del patinódromo con capacidad para 3.000 personas.
“Vamos a concretar la promesa que le hicimos a esta ciudad: tener la mejor infraestructura deportiva del país y vamos terminar de convertir a Rosario en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo más importante de la Argentina. Porque si hay una ciudad que lo merece, por su historia olímpica y por la fuerza de sus clubes, es la nuestra”, enfatizó.
La ciudad más monitoreada
En cuanto a obras para seguridad, destacó varias: “En Suipacha y Pellegrini están en marcha las obras para la nueva Estación Policial del Centro. Se sumará también la del norte en Barrio Olímpico y la del Noroeste junto a la avenida Newbery. Ustedes defendían las comisarías. Nosotros queremos que la policía esté en la calle, no haciendo tareas administrativas. Que esté cerca, donde se la necesita, cuidando a la gente”, dijo en clara alusión al peronismo.
“Además se van a ampliar 3 complejos penitenciarios: el Complejo Penitenciario Rosario, el Complejo Penitenciario Piñero y el Complejo Penitenciario Pérez. Lo que pedimos durante años, al fin se está haciendo: infraestructura en las cárceles y los delincuentes de alto perfil aislados”, celebró sobre estas inversiones de la Provincia.

Sobre el aporte propio, señaló que en cuatro años se triplicaron las cámaras municipales en la ciudad. “Sumamos 755 nuevas cámaras, distribuidas en las zonas que más lo necesitaban, llegando al total de 1.750. Le sumamos reconocimiento por IA e identificación de vehículos y las pusimos a disposición del Ministerio de Seguridad y de la Justicia”, enumeró.
También puso sobre la mesa la modernización del Centro de Monitoreo y las cámaras de la provincia, para anticipar: “Rosario va a ser la ciudad más monitoreada de todo el país”.
Año electoral al fin, al hablar de las inversiones en seguridad no solo apuntó contra los que no hicieron lo que tenían que hacer en el pasado sino también contra sus actuales aliados. “Nos hicieron vivir con miedo. Y tengan claro, los que llamaron y llaman a votarlos, los que hoy comparten sus listas, todos ellos fueron cómplices. Se lo gritamos, se lo dijimos en la cara. Querían usar a Rosario como un botín de guerra, querían arruinar esta ciudad para quedarse con ella. Están ahí, no se hagan los distraídos, están con ustedes, son los que ustedes defienden”, dijo. Uno de los destinatarios de la crítica pareció ser Juan Monteverde, archienemigo del intendente y hoy cabeza de la lista de convencionales constituyentes del PJ, que lo escuchó desde su banca.
En cambio, agadeció al gobernador Pullaro y a la ministra Bullrich, con quienes, dijo, se siente un equipo. “Todos estamos demostrando que sí se podía, que era cuestión de ponerse a trabajar juntos de verdad”, afirmó.

“Nadie canta victoria. Pero las cosas están cambiando. Esto empezó a cambiar cuando los rosarinos decidimos que nunca más la ciudad tenía que estar aislada, cuando decidimos unirnos de nuevo para pelear todos juntos contra las mafias. A diferencia de quienes quieren quedar bien con los dirigentes nacionales, a nosotros que amamos esta ciudad, lo único que nos importa en la vida es que la gente buena de Rosario viva mejor. Y está sucediendo”, insistió.
Además, respondió a las críticas que recibe en redes sociales. “Que quede bien claro, mientras algunos hablan, cancherean en redes, contratan trolls y fakes y nos subestiman, nosotros hacemos. Hacemos en el mundo real, hacemos en la calle. Hacemos en la ciudad. Eso es lo que mejor sabemos: hacer”.
“Nos criticaron por las 35 obras del Acuerdo Rosario. Presentamos las obras del Tricentenario. Nos criticaron por las obras del Tricentenario. Ahí tienen 280 obras más. Critiquen todo lo que quieran, pero dejenme darles un humilde consejo: dejen los celulares, las Mac y laburen”, desafió.
Autonomía
Para el cierre, el intendente habló de la reforma constitucional y celebró la autonomía municipal, algo que, recordó, pidió y defendió desde hace años: “No queremos tener que esperar más una autorización para hacer lo que nos corresponde, que es nada más y nada menos que mejorarle la vida a nuestra gente. Queremos ser nosotros quienes decidamos, sin tener que pedir permiso para hacer. Sabemos lo que hace falta, sabemos lo que nuestros vecinos necesitan. Y si tenemos los recursos, si tenemos la potestad, vamos a poder hacer aún más”.

En ese marco, prometió “timón firme, remos tensos, rumbo claro. Salimos de la tempestad, entramos en aguas más calmas. Allá está la orilla de La Paz, con nenes jugando, familias tomando mate en la calle, comerciantes e industrias creciendo... Costó mucho llegar hasta acá. Que nadie nos frene ahora”.