Leonel B., un hombre que a comienzos de 2023 se vio involucrado en una causa relacionada con la narcocriminalidad, se declaró culpable del delito de encubrimiento agravado y recibió tres años de prisión condicional este lunes en el Centro de Justicia Penal. El condenado era el dueño de un Renault Sandero que una pandilla le robó a punta de pistola y luego utilizó para cometer dos crímenes resonantes en marzo de 2023. Y si bien Leonel B. no participó de esos asesinatos, terminó imputado por no hacer la denuncia de la sustracción a tiempo. Los motivos de la dilación se enmarcan en un trasfondo denso. Una de las involucradas en el robo era una ex novia y, además, lo habían amenazado.

La historia de Leonel “Mosqui” B. (33) posee claroscuros y lo describe como víctima y encubridor. Según el fiscal Adrián Spelta, el 28 de febrero de 2023 Leonel B. terminó encañonado en Constitución al 3300 y fue despojado de su Sandero gris.

De acuerdo con la investigación, Leonel B. había llegado a ese lugar convocado por su ex novia, Tais Frettes. La mujer se encuentra imputada y presa por integrar la banda de Pablo Nicolás “Nico” Camino, quien por esos días, según una investigación formal, mandó a cometer crímenes y atentados –entre ellos el de Lorenzo “Jimi” Altamirano y la balacera al súper de los Rocuzzo–, en el marco de una guerra contra otra facción de los Monos, la que regentea la barra brava rojinegra.

Frettes, se dijo, entregó a su ex a pedido del recluso Carlos “Berraco” Olguin y en complicidad con Antonela “Gorda” Fernández y Carlos Gregorio “Cachito” Ruiu, también imputados de integrar la asociación ilícita de Camino, quien por entonces estaba alojado en la cárcel federal de Rawson.

Leonel B. fue amenazado. Lo obligaron a entregar la documentación del Sandero y lo instaron a que no realizara la denuncia del robo. Por supuesto: para no activar un pedido de captura sobre el vehículo.

Un día después, el 1º de marzo, el vehículo fue utilizado para cometer el crimen de Benjamín Victorio Echavarría, que era integrante de la banda y fue fusilado a traición porque, según una versión, “no servía para matar”. El cuerpo de Echavarría quedó tendido en Amenábar al 6200, frente al domicilio de un rival de la banda.

El 3 de marzo el Sandero volvió a entrar en escena, prácticamente al momento en que Leonel B. se dignaba a hacer la denuncia del robo.

El escenario fue la calle Independencia y Vera Mujica, barrio San Francisquito, donde a las 22.50 sicarios acribillaron a Wilson Daniel Perdomo Silveira, uruguayo y vinculado con la casa de comidas rápidas Milton. El hombre recibió una decena de disparos dentro de su Ford Ranger. El móvil del crimen sigue siendo un misterio. Los investigadores aún no establecieron una conexión formal de este caso con la saga criminal que llevó adelante la banda de Camino en esos días.

Rato antes de ese crimen, a las 21.07, entró por la página web del MPA la denuncia de Leonel B. donde relató los pormenores del robo del Sandero, tres días atrás.

Claro que la presentación tenía “información falaz” y ocultaba “datos verdaderos” respecto de los autores materiales e intelectuales del robo que ayudaron a otorgar impunidad a los autores de los homicidios. El Sandero recién apareció el 8 de marzo, en Vera Mujica y pasaje Ceres, con signos de que habían intentado quemarlo. 

La trama se conoció en junio de 2023, en una audiencia en la que un testigo de identidad reservada y escuchas expusieron la encrucijada de Leonel B. Este lunes, terminó declarándose culpable de encubrimiento agravado y acordó una pena de 3 años de ejecución condicional ante la jueza Verónica Lama González.