La jueza porteña Laura Bruniard fundamentó los procesamientos de cinco personas por la muerte de Liam James Payne, ocurrida el 16 de octubre pasado. El músico británico de 31 años cayó del balcón de un hotel en el barrio de Palermo, donde se alojaba desde hacía tres días. Tres de los acusados fueron procesados sin prisión preventiva por homicidio culposo, mientras que los otros dos, por el delito de suministro de estupefacientes, fueron detenidos con prisión preventiva. “La consciencia de Payne estaba alterada y existía un balcón en la habitación. Lo debido era dejarlo en un lugar seguro y en compañía hasta que llegara un médico", reprochó la magistrada.

En los fundamentos del procesamiento, y tras analizar y convalidar las pruebas recolectadas por la fiscalía, la jueza desarrolló su propia “tesis” sobre lo sucedido con el ex cantante de One Direction.

Bruniard consideró probado por los testimonios recabados por el fiscal Andrés Madrea que Payne presentaba un cuadro de adicción. 

En este sentido, explicó que el músico fue visto solicitando cocaína y alcohol al personal del hotel Casa Sur Palermo.

Además, la autopsia realizada arrojó que el deceso fue producto de un politraumatismo y hemorragia interna y externa, y se constató la presencia de cocaína y alcohol en grandes cantidades.

“La tarde del 16 de octubre, poco antes de las 17 horas, Payne no podía valerse por sí mismo”, destacó la jueza, y como evidencia de esto presentó una fotografía tomada por las cámaras de seguridad del hotel, que muestra al músico desvanecido, siendo arrastrado por tres personas a las 16.54.

Liam Payne murió por las lesiones que le produjo la caída desde el balcón de la habitación 310 del hotel Casa Sur de Palermo el 16 de octubre pasado.

“La forma en que era conducido evidencia un estado de vulnerabilidad”, señaló la jueza, quien opinó sobre la responsabilidad de la gerenta Gilda Martin y del jefe de recepción Esteban Grassi, indicando que “subir a Payne en ese estado a la habitación 310 donde se alojaba fue crear un riesgo jurídicamente desaprobado para su vida”.

“La consciencia de Payne estaba alterada y existía un balcón en la habitación. Lo debido era dejarlo en un lugar seguro y en compañía hasta que llegara un médico. Las personas responsables en el hotel ese día eran la gerenta y el jefe de recepción”, agregó.

Al analizar las grabaciones de las cámaras de seguridad, Bruniard destacó que estas permitieron ver que el jefe de recepción “fue quien lideró la conducción de Payne a su habitación, arrastrándolo”. Las imágenes, según la jueza, son “contundentes” y muestran al imputado y a la gerenta minutos antes de las 17 en el pasillo cercano a la habitación 310, y poco después, el cadáver de Payne fue encontrado en el patio del restaurante.

Payne quiso irse por el balcón

En otro pasaje de la resolución, la jueza señaló que, según su hipótesis, Payne no se desmayó antes de caer, sino que, debido a su intoxicación por el consumo de diversas sustancias, intentó salir de la habitación por el balcón y se precipitó.

“Sostengo que quiso irse por el balcón del lugar donde fue dejado, ya que los forenses confirmaron que no perdió el equilibrio. Fue de esta manera que se produjo la caída”, explicó la magistrada.

“Considero que la gerenta y el jefe de recepción no actuaron de manera dolosa respecto de la muerte de Payne, pero fueron imprudentes al permitir que fuera conducido a la habitación en ese estado. Crearon un riesgo jurídicamente desaprobado, y la muerte de Payne es la concreción de ese riesgo. El mencionado quiso irse por el balcón, en el estado detallado, y al caer al vacío, falleció”, concluyó.

Según los forenses, Payne cayó al patio del restaurante “sin muestra de ninguna defensa”, lo que causó múltiples lesiones, especialmente en su cabeza, al golpear directamente contra el soporte de cemento de una sombrilla.

El suministro de drogas

 

En cuanto al caso del empleado del hotel Ezequiel Peyrera, la jueza dijo que este imputado entregó cocaína a Payne de manera onerosa. A partir de declaraciones testimoniales y filmaciones, la jueza indicó que Payne le entregó 100 dólares a Peyrera a cambio de drogas, y que, en otra ocasión, envió un vehículo al domicilio de este acusado, en Lomas de Zamora, para que le trajera más estupefacientes.

Respecto al camarero Braian Paiz –quien reconoció haberle entregado droga a Payne, aunque afirmó que lo hizo para compartir tiempo con él–, la jueza también coincidió con la tesis del fiscal de que la entrega fue por dinero. Para ello, evaluó los chats entre el músico y el imputado, las filmaciones del hotel que captaron la llegada del camarero el 14 de octubre, y el hecho de que “Payne pidió dinero en la recepción mientras el imputado se encontraba en su cuarto”.

En este caso, se acreditó que tanto Peyrera como Paiz entregaron cocaína a Payne a cambio de dinero.

“En el caso de Roger Nores (representante de Payne), debió haberse constituido con un médico, dado el compromiso asumido con la familia del fallecido. Esto debería haberlo hecho sin confiar en lo que pudieran hacer los empleados del hotel”, evaluó la jueza.

Por último, la jueza consideró que “las tres personas procesadas han contribuido, aunque no de manera planificada, a crear un riesgo que se concretó en la muerte de Payne, sea por acción u omisión”.

Al fundamentar la prisión preventiva para el empleado del hotel y el camarero, Bruniard tuvo en cuenta la pena esperada para el delito por el cual fueron procesados, que no permite una condena de ejecución condicional.

Sobre los tres procesados por homicidio culposo, a quienes no se les dictó prisión preventiva, la magistrada indicó que no existen riesgos procesales, que tienen arraigo y que la pena sí permite una condena en suspenso. De todos modos, a Roger Nores, de nacionalidad estadounidense, le mantuvo la prohibición de salir del país para garantizar su permanencia en el territorio.