En Carrasco al 3000 funcionó durante muchos años un kiosco que comenzó con algunos productos y con el correr del tiempo se fue transformando en almacén. El negocio que instaló el padre de Elsa, que pasó por otro familiar y finalmente quedó en manos de ella y sus hermanos, fue destruido por el fuego que provocó un cortocircuito. La familia quedó devastada y sin nada. Piden colaboración para volver a empezar. 

"Esto pasó ayer entre las diez y las once de la mañana", dijo Elsa muy conmovida y explicó que se enteraron de las llamas porque un nene que estaba jugando cerca del local vio el humo y salió corriendo a buscarlos. "Acá somos todos amigos, todos familia. Él vio fuego, nos llamó y cuando llegamos lo único que pudimos hacer fue sacar a mi hermano y cuñada que estaban durmiendo atrás", contó la mujer. 

El fuego avanzó y  se tragó todo lo que estaba allí: heladeras, mostradores, mercadería, paredes y hasta el techo. Años de trabajo consumidos en segundos. "No se pudo hacer nada, fue todo muy rápido", explicó Elsa quien pasó toda su vida en esa esquina porque el primero en abrir las puertas del kiosco fue su padre. 

"Mi negocio estaba habilitado, tenemos todo en regla. Nosotros todos trabajamos, en invierno vendemos pescado, en verano es cuando más funciona el kiosco. Vivimos del día a día, no sé cómo vamos a seguir", dijo angustiada por la escena. 

Es por eso, que tanto Elsa como su familia piden colaboración para volver a empezar. Todo será bien recibido: desde elementos para construcción hasta heladera o freezer para poner en funcionamiento las ventas otra vez. Aquellos que puedan brindar su granito de arena a la causa deben comunicarse al 3415477724.