El carnaval terminó y con él se fueron las nubes negras que descargaron agua durante todo el fin de semana a excepción del último día. Tras un martes soleado, el miércoles amaneció parecido: cielo celeste y aire pegajoso, en el marco de una ola de calor que promete ser implacable.

Rosario3 dio una vuelta por la zona del Monumento a la Bandera y los galpones que miran al río. Todas las postales muestran a una ciudad que se despabila, tratando de retomar el ritmo perdido en los últimos dos días de inactividad. Ya sin pronósticos de lluvia, el cielo aparecía limpio y coronado por un sol intenso, fueguino.

Telas de arañas largas y espesas daban vuelta por el aire, enganchándose en ramas y postes. Son las babas del diablo, que rayan la vista de blanco y emparchan los rincones.