Leonel Delgado es rosarino. Pasó sus primeros 10 años en barrio Industrial. Solo recuerda su casa de Junín al 1700. No mucho más, porque su experiencia rosarina se la llevó la crisis de 2001. Antes de ser un adolescente ya vivía en Barcelona y no volvió más que dos veces en sus treinta y tantos años. Sus padres decidieron que el futuro de la familia, que los incluía a él y a su hermana, tenía un mejor porvenir lejos de los corralitos. Lo que sí sabe es que un día cualquiera por la mañana le suena un teléfono, mientras viaja en un taxi por las calles de Riad, Arabia Saudita, y que lo llama un rosarino para hablar de fútbol. Leonel es director deportivo de academias del Al Nassr.

La primera pregunta que aparece es cómo llega un rosarino, que pasó su adolescencia en Cataluña, a ser un referente del fútbol juvenil del club que tiene como símbolo a Cristiano Ronaldo. La respuesta podría ser una fórmula secreta o una receta. Pero no hay tal cosa. La idea de una fórmula mágica del éxito queda enterrada cuando Leonel describe su admiración por Simon Sinek y su charla sobre el Golden Circle: "El mensaje es que cada vez que tomes una decisión, si es posible, que sea para ayudar a alguien o para cambiar algo". Y agrega: "Muchas veces la gente dice, «Quiero ganar dinero», pero todo el mundo quiere eso, ¿no? A veces puede ser una utopía trabajar en lo que te gusta y puede que no rápido rédito económico. Pero hay algo más que eso. El momento en que estás haciendo algo con sentido, la sensación de sentirse lleno va mucho más allá. Esta idea me impactó sus vídeos”.

Leonel Delgado con Cristiano Ronaldo en Arabia (Instagram: leoneldelgado.1).

En el mismo sentido se refiere al trabajo y la búsqueda colectiva, ya no personal: "Últimamente, se habla mucho, al menos aquí en Arabia, del legado para las futuras generaciones, de cómo construir, de cómo impactar en ellas. Y que eso que estamos haciendo ahora tenga un por qué, que más allá de toda esta parte del negocio. Es preguntarnos qué aportamos a la sociedad. Si haces lo que te gusta puedes considerarte un afortunado".

Leonel Delgado fue entrenador de futbol sala, fue preparador físico de "futbol campo" (11vs.11) y personal trainner, pero hoy siente que su recorrido lo llevó a otro lugar: "Yo me defino como un director de estrategias, como un CEO que ayuda a desarrollar proyectos a largo plazo. Hoy todo lo que hago es a tres o cinco años".

"Ahora estoy como director de la academia comercial del Al Nasrr. Dentro de la estructura sería un punto medio entre lo que sea el departamento comercial y el departamento de fútbol".

Su vida europea al salir de Rosario

 

Hay un recuerdo que vuelve permanentemente de Rosario y lo lleva consigo a todos lados. Una vez le hicieron una nota en el diario La Capital porque había salido campeón argentino de ajedrez. No es un hecho menor. Siente que su idea de la estrategia nació allí. Luego, vino su exilio y apareció el fútbol: "Fui a fui a vivir justo a un a un pueblo que queda a 30 km de Barcelona. Ahí había una comunidad bastante grande de chicos que jugaban al fútbol. También creo que ayudó bastante que hubiera una buena infraestructura: el centro del pueblo tenía un buen campo de fútbol, una buena pista de fútbol sala, era un sitio bastante chiquito y no había muchas cosas más que ir a jugar a fútbol", explica.

Y se confiesa: “Creo que el hecho de ingresar a «la industria del fútbol» como tal es por no haber logrado ser futbolista. Estudié en el INEFC (Institut Nacional d’Educació Físicad de Catalunya) en Barcelona. Antes estudió informática, pero hubo un momento en que ya no se vio trabajando en ello: “Incluso, eso me ayudó en mi trabajo, Yo siempre fui muy curioso: me gustaba la matemática, la física, todo esto”.

Más tarde, hizo un máster en alto rendimiento “porque obviamente me decía, si quiero estar cerca del fútbol tengo que estudiar todo lo que me lleve a esto”. Quién dijo que sería fácil: "Hubo una época en la que trabajé en cuatro sitios diferentes: como entrenador personal, como preparador físico en el equipo de fútbol sala, como entrenador en otro equipo de once y trabajando en un centro de chicos con discapacidad también".

Con el ex Milan, Philippe Senderos, y el símbolo del Arsenal, Arsène Wegner, actual director de desarrollo de la FIFA.

En qué consiste su trabajo en Arabia

 

"Empecé siendo entrenador, pero la experiencia y la búsqueda de la constante formación me ayudó a irme cada vez a hacia un perfil de gestión deportiva. Hasta tal punto, que hoy en día si miro a un entrenador puedo saber si le va a ir bien o le va a ir mal, antes de que empiece la temporada". Y agrega: "Siempre en términos de la estrategia, de los recursos que el entrenador tenga, del equipo de soporte, de la parte financiera del club, o sea, de todo el ecosistema que hay detrás".

"A mí me encanta ver la todo el rato la big picture e ir más allá del partido de fútbol, ir más allá del jugador, del equipo. Mi función siempre es ver el ecosistema. Qué está pasando ahí, qué qué relaciones hay entre este jugador, este equipo, este sponsor, entre las diferentes leyes que hay que afectan al deporte. Mientras más información tengas, más fácil tomar decisiones. Yo me defino más como un director de estrategias, como si fuera un un CEO que ayuda a un proyecto a desarrollarse a largo plazo".

"Si hablamos de fútbol base, que es lo que me gusta a mí, hay que pensar qué infraestructura necesitamos, cuántos niño podemos tener ahí; qué tipo de formación tienen los entrenadores; en qué parte de la ciudad deberíamos tener la estas instalaciones; qué tipo de sponsor debemos firmar.

"Mi día a día, durante la semana es ir al club por las mañanas, trabajo de oficina, de planificación. Y luego por las tardes ir a ver los entrenamientos en las diferentes academias de los niños. Ir a supervisar que que las cosas están funcionando.

Delgado con Abdulelah A., Partnership/Sponsorship Manager en el club

Sus casi 10 años en Barcelona

 

Entró a trabajar al Barcelona FC en el año 2013 y empezó con los equipos del fútbol base, en la escuela del Barça: "Era una de las academias paralelas del club para la formación de jugadores y entrenadores. Fue a raíz de un de unas pruebas de selección que ellos hacían en los campus de verano para chicos de 6 a 16 años".

Como una escuela de formadores, el club catalán le permitió viajar por el mundo y entrenar en Canadá, Estados Unidos, México, Australia, Líbano, Italia y Suiza: "Después, el Barcelona me ofreció trabajar en Moscú justo en el 2018 (el año del Mundial). Ahí fue cuando de alguna manera empiezo a vivir del fútbol".

"Yo creo que lo que aprendí ahí es oro. Es un club que se preocupa mucho por formar y luego exportar fuera, abriendo academias a nivel internacional e implantando su metodología. Entonces, fui a Moscú un año. Primero en el rol de entrenador, después pasé a coordinador. Y al año siguiente ya se me dio la oportunidad de ser director de una de las academias del Fútbol Club Barcelona en El Cairo. Estuve dos años para desarrollar un proyecto ahí, y lo hicimos crecer  hasta tener cuatro academias y más de 1000 chicos entrenando".

Después de estar dos años en El Cairo, apareció Arabia con un proyecto del Fútbol Club Barcelona para abrir una academia en ese lugar: "Yo lo acepté sin pensar. Cuando vivía en Egipto me empezaron a contar lo que era vivir en Arabia Saudita. Y buscando información descubro el proyecto del país. Leí que hablaban del Saudi Vision 2030. de un plan del país de cara al futuro, a nivel deportivo, y pensé que era el momento de ir.

"Ahora se habla mucho de Arabia, pero lo que está pasando no es una cosa que se dio de la noche a la mañana. El programa empezó en el año 2015. Ha sido un crecimiento exponencial".

Delgado con Luis Enrique en tiempos de Barcelona FC.

Cómo es la vida de un rosarino en Riad

 

Si bien Leonel no transitó toda su vida en Rosario y lleva más del doble de sus años en otros sitios que en la ciudad, no puede escapar a aquella máxima del poeta Rainer Rilke, que dice que "la patria del hombre es la infancia". De todos modos, su imagen refleja a un hombre de mundo: "Aunque mi primer cambio importante fue irme de Argentina a España, lo que yo sentí como el primer gran cambio fue irme a estudiar a Alemania. Para mí no fue un cambio llegar a Arabia. Vivía en El Cairo, antes de venir acá. Es un país con una estabilidad muy grande".

Ante ello, reflexiona: "Seguramente, si hubiera ido de Argentina directo a trabajar a Arabia, sí hubiera supuesto un choque cultural. Me gusta aprender, me gusta ver que lo normal no es lo normal para todos. Me gusta ver las cosas de diferentes puntos de vista sin juzgar".

"Creo que el denominador común de todo eso es la capacidad de adaptarse y de empezar de cero, sin amigos en el sitio, cero conocimiento de la cultura, cero conocimiento del idioma muchas veces. En su momento, el inglés me abrió muchas puertas; pero siempre que voy a un país intento aprender esa lengua".

Luego, piensa hacia adelante: "Estoy muy contento en Arabia Saudita, pero si tuviera que elegir otro lugar, elegiría países que me supongan un desafío de aprendizaje a nivel cultural y que tengan proyectos que aporten un cambio a la sociedad y que el futbol sea esa herramienta de cambio.

Visto desde afuera, el día a día representa todo un desafío, pero Leonel se siente uno más porque conoce algunos secretos no tan ocultos: "Como curiosidad, la semana empieza en domingo y termina en en jueves. Es decir, el viernes es día santo, un día religioso, familiar. Y el sábado sería como si fuera nuestro domingo en Argentina".

"Cuando uno cambia de país y se quiere adaptar, te aconsejan que es importante entender la cultura del lugar. ¿Pero qué es la cultura, no? Va más allá de las tradiciones y a mí una cosa que me ayudó muchísimo, es por ejemplo entender la comunicación. Hay un libro de Erin Meyer, se llama The Cultural Map. Habla de ocho aspectos fundamentales cuando uno se quiere adaptar a una cultura muy rápido".

Y describe: "En Argentina, se suele utilizar bastante la ironía, el sarcasmo y se suelen decir las cosas de forma muy directa. Si algo nos parece bien lo decimos, somos directos. En Arabia Saudita, en cambio, el lenguaje es de una forma más sutil, no existe un "no" o un "sí" directo. Acá se utiliza mucho la palabra que es el “Inshalla”, "si Dios quiere". Es un pequeño matiz, pero es importante porque el "no", como tal, no se dice de forma explícita. Así como también, la crítica es mucho más sutil. Se evita la confrontación. Se intentan siempre los matices".

Leonel describe que Arabia Saudita es un país con una fuerte tradición, con un fuerte respeto a las personas mayores, de las jerarquías y que eso también se lleva al trabajo: "Las decisiones van de arriba a abajo. En Argentina quizás las decisiones se debaten más, hay una jerarquía más horizontal en algunos casos. Acá el tema de la experiencia o la edad se respeta".

Entre las cosas que disfruta de su vida en Riad, indica que la cultura saudita es muy hospitalaria, de cuidar mucho las relaciones personales: "A la gente le gusta organizarse e ir a comer, hacer eventos. Es una es una cultura bastante sociable. La confianza es muy importante, que te puedan conocer, el conocerlos. Realmente les interesa saber quién sos más allá de dónde vengas".

Y finalmente, se rinde ante un tema puntual: "La seguridad que hay me encanta. Sentirte seguro es una sensación increíble. Ir a un restaurante, dejar el móvil en la mesa o la computadora, irte al baño, volver y saber que está ahí; que nadie lo va a tocar, y que si perdes algo, la gente lo va a llevar a la policía y te lo van a devolver".

Tips de un viajero para viajeros

 

"Para mí un error muy común es viajar a otro país y enseguida ir con la gente que es de tu misma cultura o de tu misma nacionalidad. Lo importante es intentar hacerte amigo de la gente que es de ahí. Después, por supuesto, tienes que conectar con gente de tu país, pero el error es solo cerrarse a eso", explica a modo de consejo.

Y agrega: "Adaptarme a Arabia Saudita fue sencillo. En poco tiempo tuve grupo de amigos saudíes, me apunté en un equipo de fútbol, lo que me permitió conocer a mucha gente, me interesé mucho por la cultura, por la lengua. Y eso de integrarse lo antes posible al sitio donde vas hace las cosas más fácil".

La formación de niños: primero el rol del docente.

El fútbol como empresa y como forma de vida

 

"El fútbol, a diferencia de una empresa, tiene un elemento que no puede controlar; y es el resultado del partido. Y eso afecta a todo el resto. Vos podés tener económicamente muy bien al club, pero si perdes más de cinco partidos, te afecta a nivel a nivel interno, a nivel de venta, en todo lo demás.  Esta es la parte más complicada de la planificación a largo plazo. Es un equilibrio delicado, el mantenerte firme con la estrategia a largo plazo, sabiendo que puede no ir bien en el corto", asegura Leonel Delgado.

Y vuelve a pensar en su rol y el tipo de formadores que necesita: "Para mí, un entrenador es educador, con conocimiento de fútbol. Tenés que saber tratar con un niño, que no son iguales a los 6 años o a los 14. Y tampoco es un jugador profesional. La materia prima es ser educador".

Y agrega: "El error común es entrenar a los niños como si fueran profesionales. Entonces, cuando tengo un entrenador, mi primera pregunta es: ¿cuál es tu ambición o cuál es tu objetivo? A mí los entrenadores que me dicen, «Yo quiero ser el entrenador de primera división», le digo, «Perfecto, pero no son el perfil que estoy buscando». Le aconsejo que vaya a un equipo amateur, no al fútbol base. En cuanto te vas al fútbol profesional, pasas a ser un gestor de egos. Mejor gestionas los egos, mejor gestionas el vestuario y posiblemente mejor te va a ir, pero son dos conceptos diferentes.

Entonces sostiene: "La intervención del entrenador tiene que ser para que el jugador sea mejor que si está en la calle; ahí de por sí va a aprender. El otro error común es que los entrenadores piensen que los chicos son jugadores de PlayStation. Darles órdenes constantemente, decirles qué hacer. Todo entrenador pasa por ese proceso de pensar que puede controlar al jugador. Yo lo hice. Fue parte del aprendizaje. Es más importante cómo se transmite la información que información en sí. Que el niño razone, que el niño entienda por qué hace las cosas, quizás es más importante que el darle la solución".

"Me acuerdo de algo que me pasó cuando estaba en Rusia: vi que un chico pateó un balón con la puntera. Entonces, mi primera reacción fue pensar, lo hizo mal, lo tengo que corregir. Le voy a decir que al balón se le pega con el empeine. Pero antes de eso se me ocurrió preguntarle: «Por curiosidad, ¿por qué le pegaste así?». Entonces el chico me dijo, «Estaba corriendo y como no llegaba, solo atiné a pegarle de puntera». En definitiva, tomó la decisión correcta. La técnica no fue buena, pero su decisión fue correcta. Es más difícil entrenar la toma de decisiones que la técnica. Cualquier persona que se ponga a dar pases a la pared, va a mejorar. Ahora bien, en medio de un partido de fútbol va a fallar el pase. Por eso me centro mucho en la formación del entrenador porque pienso que es un efecto dominó. Que al fin y al cabo si está formado el entrenador, mejor se va a formar el jugador".