Como se sabe, la moda de alta costura está impuesta por las grandes marcas europeas, quienes ya disctaron que los vestidos de novia presentados para el próximo año 2018 están inspirados en la silueta de los años 40s y 70s, siempre favorecedora, según el sitio pinkermoda.

La paleta de colores es un homenaje al alba. En ella encontramos desde el blanco hasta el marfil, además de algunos azules o rosas muy suaves, con detalles metalizados y dorados. Los tejidos son muy diversos: tules, guipur, gasas, muselinas, sedas y jacquards garantizan una elegancia contemporánea y, por qué no, confortable.

El patronaje llega con estructuras multicapas, una silueta sirena o princesa, escotes de vértigo en la espalda y hombros descubiertos. En acabados, las aplicaciones de flores bordadas en 3D serán algunos de los elementos fundamentales en las colecciones para el próximo año. No faltarán tampoco las transparencias de tul y gasas bordadas con pedrería, que convivirán con vestidos estructurados, de líneas suaves y sofisticadas, realizados en mikado de seda u organdí.

Según un informe emitido por la Barcelona Bridal Fashion Week, se verán también muchas telas plisadas, corsés interiores o corpiños que ciñen la cintura. Para las bodas invernales, se imponen las mangas largas y amplias, las faldas en tafetas, los pantalones y las capas.