Según la Organización Mundial de la Salud, la demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. La demencia no es una consecuencia inevitable del envejecimiento.

El número de personas con demencia está aumentando rápidamente. La enfermedad de Alzheimer, que es la forma más común de demencia, acapara entre un 60% y un 70% de los casos. La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en el mundo entero. La mayoría de los cuidadores de personas con demencia son familiares.

Al acceder a esta información fuimos a entrevistar al doctor Nicolás Cuadranti, a propósito de una charla que, este facultativo, dará en la Asociación Médica de Rosario; Tucumán 401, este miércoles 18 de este mes a las 18 horas, con entrada libre y gratuita. El doctor Cuadranti que es médico neurólogo, comenzaba diciéndonos que el alzheimer “se trata de una enfermedad que está encuadrada dentro de las llamadas demencias, las que se clasifican, a su vez, de acuerdo al sitio que esté dañado o que su función esté afectada; la enfermedad más conocida y más nombrada de las demencias es el alzheimer; enfermedad en la que las neuronas se van degenerando, achicándose; sobre todo las más involucradas son las neuronas de la memoria. De allí, que el principal síntoma en los padecientes sea la pérdida de la memoria.

¿Quiénes enferma de alzheimer?

El primer factor de riesgo de esta enfermedad es la edad; hoy el alzheimer es una epidemia y lo va a seguir siendo a medida en que crecen las expectativas de vida de la población.

No es una enfermedad genética; aunque los hijos de padres con algún tipo de demencia merecen una atención prioritaria para ser estudiados.

¿Existe alguna actividad, alguna ocupación; algún trabajo que genere mayor cantidad de alzheimer?

No. Hasta el momento no hay bibliografía al respecto. Lo que sí podemos asegurar es que a mayor actividad cognitiva de la persona, menor es el riesgo a padecerla.

¿Existe algún producto químico; algún tóxico que pueda desencadenas esta enfermedad?

No directamente. Hay otros riesgos como la tiroides enferma cuando la glándula al no funcionar normalmente genera anticuerpos que tanto en hiper como en hipotiroidismo pueden generar un deterioro cognitivo. El paciente se “pierde”; olvida los nombres; personas que no recuerdan las caras de los familiares. Al recomponerse la función tiroidea, el cuadro se revierte. Lo que no es un alzheimer sino la consecuencia de la falla de la glándula tiroides.

¿Qué podemos hacer nosotros para evitar el alzheimer o posponer su aparición?

Hay que estimular nuestros cerebros. Entrenarlos. Lo que todos conocemos que hace bien a nuestro cuerpo como es la actividad física, dieta sana y porciones razonables, no alcohol, no tabaco, disponer de tiempo para realizar actividades que nos gratifiquen; evitar el sedentarismo, cuidar los valores de la presión arterial; controlar índices de diabetes y de colesterol, son todas medidas que confluirán en beneficio general evitando a su vez el deterioro cognitivo. Esta es una regla general para todo el organismo y para el cerebro también. Además, deberíamos incorporar mayor actividad mental estimulando nuestra reserva cognitiva.

¿Qué hacer cuando se sospecha un alzheimer?

Cuando aparecen los primeros síntomas, nosotros estudiamos dos cosas, cómo está el cerebro por fuera y cómo está funcionando. Al cerebro por fuera lo vemos en una resonancia; luego nos dirigimos a estudiar cómo está funcionando el cerebro; qué repercusión cognitiva tiene. Muchas veces vemos un cerebro achicado pero puede ser por la edad misma del paciente. En este caso salimos de la duda por una evaluación cognitiva, la que nos va a decir cómo está funcionando ese cerebro, que comparamos con la escolaridad y el sexo del paciente.

¿Cómo son estas evaluaciones?

Se trata de un conjunto de evaluaciones que se aplica a todas las personas; pero siempre estarán relacionadas a la edad, el sexo y la escolaridad de la persona estudiada. Las mujeres tienen unas mayor reserva cognitiva que el hombre.

¿Qué tipos de tratamientos se indican a los pacientes diagnosticados?

Disponemos de dos líneas de tratamientos; una es el tratamiento farmacológico; la otra responde a los tratamientos en los que no se recurre a fármaco alguno; ambas líneas son de la misma importancia. Usamos una medicación cuya dosis vamos aumentando paulatinamente y por otro lado, encaramos junto al paciente su rehabilitación cognitiva para intentar recuperar las funciones cognitivas, y recurrimos para esto a los talleres de memoria intensificados, dependiendo de qué función esté alterada.

Nicolás Cuadranti, médico neurólogo, matrícula 20727