Desde el año 2008, cada 29 de octubre se conmemora el "Día Mundial del Ataque Cerebrovascular (ACV)" o "Día Mundial de Prevención del Ataque Cerebrovascular (ACV)", con la finalidad de informar a la comunidad respecto de esta grave patología que amenaza vidas y calidad de vida.
El ACV es causado por la pérdida súbita de flujo sanguíneo cerebral (isquémico), o por derrame de sangre (hemorrágico) dentro de la cabeza. Ambos son conocidos como ACV y constituyen la tercera causa de muerte y primera de discapacidad en adultos.
Una encuesta reveladora
En Argentina y en pos de concientizar sobre esta afección, una encuesta reveló que siete de cada 10 argentinos no saben qué hacer si alguien sufre un ACV.
La investigación titulada "Los argentinos y los accidentes cerebrovasculares (ACV)" contó con 814 participantes de ambos sexos y de entre 16 y 65 años. Las personas son provenientes de Ciudad y Gran Buenos Aires, Córdoba, Gran Córdoba, Rosario, Gran Rosario, San Miguel de Tucumán y Gran San Miguel de Tucumán, Mendoza y Gran Mendoza, y fueron encuestadas durante agosto y septiembre de 2024.
Al consultarles si sabrían cómo proceder en caso de que alguien a su alrededor estuviese sufriendo un ACV, el 32% indicó tener conocimiento sobre cómo actuar, mientras que un 39% manifestó no saber qué hacer frente a este evento y un 29% indicó no estar seguro.
El trabajo contó con el apoyo de Boehringer Ingelheim, en el marco de la campaña "Actúa con Velocidad", que tiene como objetivo mejorar el reconocimiento de los principales síntomas de ACV en la comunidad, para que esté alerta y actúe llamando al servicio de emergencias de inmediato, y la generación de conciencia sobre los factores de riesgo y la prevención del ACV.
Los resultados
“Los resultados del relevamiento coinciden con lo que vemos habitualmente en nuestra práctica clínica. La gente no sabe cómo reaccionar. En ocasiones, los pacientes inclusive prefieren esperar a que se les pasen los síntomas y la realidad indica todo lo contrario: cuanto antes el individuo llegue a un centro hospitalario preparado para abordar el ACV, mayores serán las chances de tratar exitosamente el cuadro para evitar que deje secuelas o minimizar esas consecuencias. Las primeras 4 horas y media desde el comienzo de los síntomas son cruciales, por eso es vital identificar rápidamente los síntomas y contactar a un servicio de emergencias que, a su vez, pueda detectar el ACV, determinar la hora de inicio y notificar a un centro que esté preparado para recibir al paciente”, afirmó el Dr. Pablo Ioli, médico neurólogo y vicepresidente de la Sociedad Neurológica Argentina.
Asimismo, el 64% de encuestados reconoció que, aunque no padeció un episodio, conoce a alguien cercano que sí lo presentó, e inclusive un 4% declaró haber tenido un ACV. 8 de cada 10 encuestados manifestaron preocupación por sufrir un evento de estas características y la preocupación era muy significativa en la mitad de los participantes.
Por otra parte, si bien la mayoría se pronunció de acuerdo en que cada minuto cuenta para evitar secuelas permanentes, las opiniones se encontraron divididas con relación a los centros de salud a los cuales acudir. Mientras que 4 de cada 10 consideran que cualquier centro puede atender un ACV, la misma proporción piensa lo contrario. Y solo un 16% se manifestó en desacuerdo absoluto con que cualquier centro de salud pueda recibir y tratar debidamente a un paciente con esta sintomatología.
Cualquier centro de salud es mejor que quedarse en casa
Sobre ello, los expertos indicaron que "cualquier centro de salud es mejor que quedarse en la propia casa o en el trabajo. Lo imperativo es llamar a Emergencias para ser trasladado con urgencia". Sin embargo, es clave trabajar para que los servicios de emergencia sepan que, ante un ACV, existen centros adecuadamente preparados que cuentan con personal entrenado, procedimientos detallados, equipamiento específico como tomógrafos, resonadores magnéticos operativos y amplitud horaria para abordar esta urgencia médica con neurólogos disponibles las 24 horas los 7 días de la semana. Pero, no todos cuentan con estas posibilidades.
Por este motivo, resaltaron que es importante establecer protocolos, difundir la información y promover que los servicios de emergencias públicos, de obras sociales, prepagas direccionen al paciente con un ACV a un centro hospitalario que esté preparado para dar respuesta inmediata y satisfactoria ante un episodio de este tipo, que muchas veces inclusive pone en riesgo la vida.
Desconocer la importancia de una atención médica urgente
De los encuestados, 4 de cada 10 manifestó desconocer la importancia de que el paciente reciba atención médica dentro de las primeras 4 horas y media desde el comienzo de los síntomas; valor que aumenta a 5 de cada 10 en los grupos que no tenían algún conocido que hubiese sufrido un ACV.
El abordaje temprano es crucial. “Tenemos que insistir en que se pueda actuar sobre el episodio lo más tempranamente posible. Las 4 horas y media son un máximo reconocido internacionalmente, pero cuanto antes mejor. Diferentes trabajos muestran el enorme beneficio de actuar de inmediato, ya sea para destapar la arteria ocluida que está produciendo el infarto cerebral, en el caso del ACV isquémico, o detener el sangrado en los ACV hemorrágicos”, explicaron.
Los síntomas
Cuando se les pidió a los participantes que espontáneamente enumeren los síntomas que conocían sobre la enfermedad, se reportaron parálisis, debilidad muscular seguida por afasia y dificultad del habla y dolor de cabeza intenso. No obstante, un cuarto de los encuestados no supo identificar ningún síntoma.
Para ello, se recomienda recordar la regla de las 5 “C”, para identificar posibles síntomas:
-CABEZA: dolor fuerte sin causa aparente/mareos.
-CUERPO: debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo (cara, brazo, pierna).
-CONFUSIÓN: dificultad para entender o expresarse/hablar.
-CEGUERA: no ver bien de uno o ambos ojos, o quedarse ciego repentinamente.
-CAMINATA: dificultad para caminar/pérdida de equilibrio.
“Debemos actuar para transformar esta realidad. Es preocupante que en forma espontánea 1 de cada 4 participantes no haya podido referir siquiera un síntoma del ACV. Muchas veces, damos por sentado que la gente tiene determinados conocimientos sobre el cuidado de la salud, pero investigaciones de este tipo nos muestran que tenemos que seguir trabajando en concientización e información a la comunidad. Dicho esto, hay que destacar que existen múltiples iniciativas en el país para mejorar la red de atención del ACV, ya sea desde hospitales individuales o provincias que tienen su propia ley y están avanzando en una tarea coordinada. De todos modos, una estrategia nacional representaría un enorme avance”, sostuvieron.
Consultados respecto del nivel de información general sobre la enfermedad, solo un 15% dijo estar muy informado, 55% indicó estar bastante informado, mientras que 3 de cada 10 expresaron tener poca o casi ninguna información. Sin embargo, 7 de cada 10 lo reconocen como una entidad médica muy grave y para el 96%, es entre muy y bastante grave. A 8 de cada 10 encuestados les preocupa la posibilidad de sufrir un ACV, valor que asciende a mayor edad de los respondedores y en aquellos pertenecientes a los niveles socioeconómicos más bajos, y que alcanza al 92% de quienes tienen diagnóstico de hipertensión.
Respecto de la probabilidad efectiva de tener uno mismo un ACV, del total de la muestra, solo un tercio (32%) consideró que es entre muy y bastante probable (creciendo al 45% de los mayores de 50 años), mientras que la mitad lo considera como una situación poco probable y para el 7% definitivamente no existe tal posibilidad.
Revalorizar los controles médicos
Otro de los hallazgos producidos por medio de la encuesta se vincula al desafío de crear conciencia en la población en materia de prevención. "Es alarmante que los controles médicos estén desvalorizados, así como que el 35% crea que no se puede hacer nada o desconozca las conductas saludables que puedan ayudar a la prevención", expresaron.
“Controlar factores de riesgo como hipertensión, colesterol elevado, sobrepeso y obesidad, sedentarismo, diabetes, estrés y tabaquismo, entre otros, es el pilar de la prevención de las enfermedades cardiovasculares y del ACV. Para dar una idea del impacto de los factores de riesgo cerebrovascular, podemos decir que si se erradicaran -al menos como estimación teórica-, podría evitarse hasta el 80% de los ACV”, concluyeron los especialistas.
Fuente: NA.