La cuarentena sitúa a la población a una paradoja: si bien se requiere un distanciamiento social para contener la propagación del coronavirus, este aislamiento también puede contribuir a la mala salud a largo plazo. Entonces, es importante que no permitamos que tales medidas también causen aislamiento emocional. Frente a esta disyuntiva rosario3.com consultó a Jorge Libman, psicólogo especialista en psicología psicodinámica.

“Comenzamos a observar algunos indicadores que ya asomaban en las primeras semanas de cuarentena”, señaló el entrevistado y agregó: “Notamos que se incrementa la aparición de distintos síntomas y, sobre todo, la agudización de algunos trastornos preexistentes en la salud mental. Esta situación se corresponde con algunas investigaciones que se llevan adelante en el país; en las que se detectaron síntomas de ansiedad y depresión, que son los de mayor incidencia; además se destacan trastornos del sueño y el insomnio, entre otros”.

Es así como aparece cierto pesimismo sobre el futuro y pensamientos negativos recurrentes sobre el modo en que se va a resolver la amenaza del virus y la incertidumbre de saber cómo se verá afectada la actividad laboral y, consecuentemente, la economía hogareña. Se contabilizó, además, cansancio producto del desgaste que provoca en la población, una normalidad interrumpida.

- ¿Qué sugieren en estos casos?

- Ante la perspectiva de que la cuarentena continúe y la “nueva normalidad”, todavía no se vislumbra, se recomienda usar como alternativa la atención por medio de las videollamadas para darnos la oportunidad con el paciente de encontrar contención, sin interrumpir las medidas de distanciamiento social y las demás medidas de higiene. Sugerimos que se sigan sosteniendo por esa misma vía los lazos familiares y de afectos. Sabemos que estos medios son temporarios y alternativos; y que nos ayudan a sostener a las personas evitando colapsos. Debemos aceptar las alternativas ya que son adecuadas para hacer frente al encierro interior subjetivo que puede conducirnos a la desesperanza y la impotencia.

- ¿Constituye la búsqueda por internet una alternativa válida?

- Las personas tienen que consultar ya que los terapeutas contamos con posibilidades de ofrecer estas alternativas. Debo destacar el valor de la consulta al profesional. Hoy las redes y Google ofrecen propuestas y soluciones que no avalamos por carecer muchas de ellas de seriedad y bases científicas. En el mejor de los casos terminan siendo propuestas banales, livianas y superficiales. Por eso insisto: que consulten con un profesional; siempre en toda familia hay referentes que pueden orientar esos pedidos.

- ¿Instrumentaron los profesionales medios para evitar el contagio?

- Los profesionales y las instituciones estamos capacitados y hemos instrumentados medios seguros para evitar contagios. Ofrecemos cuidados avalados en protocolos realizados por los respectivos colegios profesionales que siguen al pie de la letra las recomendaciones sanitarias de los organismos oficiales. Siempre hay que buscar la consulta de un profesional serio y competente, capaz de diferenciar los signos y los síntomas, y canalizar su terapéutica.

Jorge Libman
Jorge Libman | Psicólogo, especialista en psicología psicodinámica | Matrícula 2231 | Instituto Pinel, Alvear 1478, 3er Piso Rosario