Leonardo Andrés Peiti fue uno de los nombres más mencionados en las últimas dos semanas en Rosario. Se trata de un empresario que cuenta con antecedentes por juego ilegal y que fue imputado por formar parte de una organización dedicada a extorsiones y juego clandestino. Al ser acusado, admitió que pagó durante aproximadamente 20 meses 4 mil dólares mensuales en concepto de coimas al jefe de fiscales del Ministerio Público de la Acusación y a un fiscal con el objetivo de que le filtraran información de investigaciones en su contra. 

Peiti tiene antecedentes de familiares con causas por juego clandestino y actualmente está imputado por formar parte de una banda dedicada a ese mismo delito. Tiene, además, casinos legales en Formosa, Misiones y en Paraguay.

El domicilio del empresario fue baleado el año pasado en Servando Bayo al 1000 e incluso pintaron un graffiti en una pared que indicaba "Leo pagá". Ese ataque Peiti lo ligó a Los Monos. A esa altura ya existía (desde diciembre de 2018) un pago mensual por coimas a Serjal y Ponce Asahad. Por ese motivo, aprovechó ese contacto y pidió que "hicieran algo", a lo que Serjal –según se ventiló en la audiencia de este martes– le respondió "que no denunciara porque no estaban dadas las garantías".

De acuerdo a la investigación, Peiti habría pagado dinero a Los Monos y al mismo tiempo comenzó a participar en algunas acciones, por ejemplo al señalar a un hombre de una financiera en el microcentro de Rosario para que sea extorsionado. Por ese motivo fue imputado. No obstante, se acogió a la figura de imputado colaborador o "arrepentido" para aportar información a la causa.

El empresario declaró antes de ser imputado los encuentros que mantuvo con Ponce Asahad, Nelson Ugolini –empleado judicial– y Serjal. Dio fechas, horarios, descripciones. Esa declaración fue brindada 48 horas antes de ser llevado a audiencia imputativa. En esas pocas horas, los fiscales Matías Edery, Luis Schiappa Pietra, María Eugenia Irribarren y Gisela Paolicelli llevaron adelante una serie de medidas investigativas y constataron la información con evidencias objetivas: registros de llamadas telefónicas, mensajes de Whatsapp, conversaciones telefónicas, registros de hoteles y cámaras de vigilancia públicas y privadas.

Peiti también era investigado por el fiscal de Melincué Matías Merlo como integrante de una banda ligada al juego clandestino. Toda la información de la causa de Merlo fue filtrada por Serjal y Ponce Asahad, según denunció el fiscal regional de Venado Tuerto Alejandro Sinopoli ante el fiscal general Jorge Baclini. 

De acuerdo al mail de Sinopoli a Baclini, desde la fiscalía regional de Rosario habían filtrado información de una causa que llevaba adelante el fiscal de Melincué Matías Merlo contra una banda dedicada al juego clandestino donde casualmente figuraba Leonardo Peiti entre los investigados.

En el relato del fiscal regional de Venado Tuerto se señala que Serjal lo llamó el 8 de diciembre del año pasado y le dijo que en Rosario se tramitaba una causa similar y por el mismo delito contra Peiti. Por ese motivo, Serjal le pidió a Sinopoli intercambiar información para que no se "pisen" las investigaciones. Ese mismo día, el fiscal Gustavo Ponce Asahad llamó al fiscal Matías Merlo para, supuestamente, "intercambiar información". 

El 15 de diciembre, tras los allanamientos ocurridos en Rosario por la causa de Melincué por juego clandestino, Merlo le avisó a su superior (el fiscal regional) Alejandro Sinopoli que se había filtrado información de su causa y que las personas sospechadas sabían que iban a ser allanadas. 

En resumen, Peiti fue imputado como miembro de una banda ligada a extorsiones y juego clandestino, y al mismo tiempo desnudó una trama compleja de coimas por parte de al menos tres personas: Nelson Ugolini, Patricio Serjal Benincasa y Gustavo Ponce Asahad. Ugolini y Ponce Asahad fueron imputados este martes y Serjal será llevado a una audiencia cuando los fiscales tengan material para hacer la acusación.