En la audiencia imputativa de este miércoles en el Centro de Justicia Penal contra la presunta asociación ilícita liderada por René Ungaro, condenado por el homicidio de Roberto "Pimpi" Caminos –ex jefe de la barrabrava de Newell's–, se expuso una trama delictiva que rodea al titular del Sindicato de Vendedores Ambulantes, "Beto" Riba. El cantante tropical y gremialista, denunciado por extorsión por emprendedores y vendedores ambulantes, fue a su vez él víctima de una extorsión y amenaza.

Uno de los delitos atribuidos a los imputados René Ungaro y Julio Albornoz fue la amenaza a Alberto Ribadero, alias "Beto" Riba. El pasado 14 de abril el sindicalista recibió un mensaje de WhatsApp donde René le pedía 50 mil pesos "todos los lunes" para no matarlo. "Escuchá, vos estás pagando ahora a los Cantero, ahora me vas a pagar o te vamos a matar. Pasame 50 todos los lunes y no te molesto más. Si no te cierro el de 27 y te mato mañana", fue el mensaje textual que leyó el fiscal Matías Edery en la audiencia.

El mensaje expone varias situaciones. Que un preso, condenado por un resonante homicidio y con varias causas penales en su contra, accede a un celular con facilidad, porque en otras causas ya fue imputado por organizar delitos desde la cárcel también a través de su teléfono.

El Whatsapp de Ungaro también sugiere que "Beto" Riba, denunciado por extorsión por emprendedores y vendedores ambulantes, "rinde" dinero que cobra al clan familiar que integra la banda narco Los Monos.

A su vez, deja en evidencia que el negocio de las organizaciones criminales sigue vigente con respecto a la venta de protección, aun con sus jefes presos. Un caso concreto salió a la luz, cuando meses atrás balearon a un joven que estaba en la puerta del boliche Roma. En la causa trascendió que el dueño pagaba mensualmente dinero a Los Monos.

Una prisión domiciliaria que genera polémica

Durante la audiencia, la jueza penal de primera instancia, Valeria Pedrana, hizo lugar a las calificaciones legales contra Jésica González, quien cumplía arresto en su casa en una causa federal por infracción a la ley de drogas.

La jueza tomó esa resolución porque la mujer tiene cuatro hijos, dos de los cuales son menores de cinco años.

Jésica González no solo incumplió el arresto domiciliario, según la acusación del fiscal. También participó de la balacera contra la cárcel de Piñero
del pasado 11 de agosto donde dos personas que estaban por ingresar como visita resultaron heridas de bala. Por esa agresión ya fue imputado y se encuentra detenido Claudio Alves, otro miembro de la supuesta asociación ilícita.

La balacera tuvo lugar en el marco de la disputa entre dos organizaciones, la de René Ungaro y la Gringa, y la de Alan Funes, por la comercialización de tickets para el ingreso de las visitas a la cárcel de Piñero.