Una integrante de la banda narcocriminal los Gorditos se declaró culpable del delito de integrar una asociación ilícita y de llevar a cabo una extorsión. Se trata de Aldana Jacquelina Bay (29), una de las hermanas del jefe del grupo, Brandon “Gordo” Bay, quien en un juicio abreviado fue penada con 6 años y 6 meses de prisión, monto que se unificó con una condena anterior por tenencia de drogas con fines de comercialización y alcanzó los 8 años y 6 meses.

Por estos días, cinco integrantes del grupo liderado por Brandon, incluido él mismo, se encuentran en el banquillo en un juicio oral en el que se debaten tres homicidios, tres tentativas y otras andanzas del grupo en San Lorenzo, localidad que la gavilla procuró “tomar” desplazando a otros grupos de transeros que operaban en forma más pacífica.

Bay, que sigue el proceso desde el penal de Marcos Paz, afronta un pedido de prisión perpetua por tres asesinatos consumados y otros tres tentativa, delitos agravados por el uso de arma, la promesa remuneratoria y el acuerdo entre varias personas. La misma pena requirieron los fiscales para su novia Nair Cintia Estrella, Fabián Sandoval, Claudio “Primo” Ríos y Juan Manuel “Pera” Alvarez.

En ese marco, este miércoles el fiscal Socca y el defensor Sebastián Plá presentaron ante el juez José Luis Súarez un acuerdo para Aldana, una de las hermanas mayores de Brandon. Esta mujer era la pareja de Sebastián Aguirre, que en marzo terminó condenado a cuatro años de prisión por reclutar tiradores y, según la versión del Servicio Penitenciario, se suicidió en el penal de Coronda.

Aldana está tras las rejas desde diciembre de 2020, ocasión en que fue detenida junto con su madre en Fausta al 5300 de barrio Saladillo. Ese fue uno de los 19 puntos allanados a solicitud de los fiscales Pablo Socca y Valeria Haurigot, en una nueva avanzada contra el clan Bay, que desde 2015 venía ganando espacio en las crónicas policiales por venta de drogas, usurpaciones, homicidios y balaceras, sobre todo en el sector más pobre de barrio Tiro Suizo.

“Realiza tareas que le indica su hermano desde la cárcel: controla y supervisa extramuros los negocios ilicitos objeto de la organización (venta ilegal de estupefacientes), recauda y administra personalmente la mercadería y el dinero ilegal obtenido de extorsiones y otros ilícitos, encargándose de la organización de atentados con armas de fuego, ya sea conseguir sicarios y/o choferes y/o medios de transporte que sean necesarios para concretar las balaceras”, fue la acusación planteada por el fiscal Socca a partir de las escuchas y otras medidas investigativas sobre Aldana.

Aldana también fue acusado de la coautoría de una extorsión llevada adelante el 15 de septiembre de 2020 contra un hombre domiciliado en Spiro al 300 bis, de Villa Manuelita, en el sudeste de Rosario. Según expuso el fiscal Socca, el apriete fue realizado telefonicamente por Brandon hacia el dueño de la casa y a su hijastra. El rol de Aldana Bay, en tanto, fue de pasar a buscar un fajo con 200 mil pesos en Avenida del Rosario y colectora Belgrano. La mujer, señala la declaración, se retiró “caminando y acompañada por tres masculinos”.

El acuerdo abreviado contempla la entrega, por parte de la condenada, de 300 mil pesos a las víctimas de la extorsión en calidad de “reparación económica”.