La Fiscalía provincial llevará a audiencia imputativa la semana que viene a los dos acusados de haber amenazado a la familia del futbolista de la selección argentina Ángel Di María, quienes fueron detenidos el miércoles por la madrugada en un departamento de alquiler temporario en el centro Rosario, donde se habían refugiado desde el lunes, horas después del hallazgo del cartel intimidante en el country Funes Hills Miraflores. La calificación podría ser de amenazas calificadas, o intimidación pública.

Se trata de Pablo Ezequiel Acotto y su prima Sara Gutiérrez, que este jueves, además, brindaron declaración indagatoria en la Justicia Federal, junto a otras nueve personas que fueron detenidas en la redada de 25 allanamientos de la Policía Federal, una serie de allanamientos orientada a desbaratar una red de narcomenudeo que tenía como base un búnker ubicado en Formosa al 600, en el oeste de la localidad de Pérez.

En el operativo solicitado por el fiscal federal Javier Arzubi Calvo y su par provincial Pablo Socca también fue detenida una mujer, Tamara L., a quien le atribuyen el regenteo de la boca de expendio, con Acotto como uno de sus colaboradores. El domicilio ya venía siendo investigado por la PFA. Y no descartan que haya operado con la anuencia de la banda de los Monos, según dejaron trascender voceros federales.

El día 19 de marzo una brigada de la PFA observó que un Renault Megane gris estacionó en el búnker de Formosa 600 y que los dos ocupantes ingresaron al domicilio y se quedaron un largo rato, lo que descartó que hayan sido simples consumidores. La presencia del Megane pasó a formar parte de los datos recabados, pero era solo un vehículo más de los mencionados en la investigación, confiaron fuentes del caso a Rosario3.

El lunes, con la enorme repercusión que generó la amenaza a la familia del Fideo Di María y la difusión de imágenes, el Megane cobró relevancia, por lo que los investigadores reconocieron el vehículo como el mismo que habían visto el día 19 y profundizaron la pesquisa. Determinaron que pertenecía a Pablo Acotto, a quien por escuchas tenían identificado como Pali. Por esas horas, Acotto, y quien luego se determinó era su prima Sara Gutiérrez, gestionaron un alquiler temporario en el centro, en un departamento de Moreno al 900, con la esperanza de burlar un inminente arresto.

La causa se nutrió de escuchas, puesto que los transeros no tenían pruritos en hablar abiertamente por línea común y los teléfonos se encontraban intervenidos, confiaron fuentes del caso. Incluso, los federales habían ubicado la guarida temporaria de los primos y habían montado una vigilancia encubierta. El miércoles, a las 3 de la madrugada, los vieron salir y no tuvieron otra que detenerlos, ya que planeaban dejar la ciudad. Les secuestraron 135 gramos de cocaína. El tercer detenido, Gabriel P., ya fue liberado. Resultó ser un chofer de una aplicación de remises. De todas maneras, su teléfono fue secuestrado.

¿Bajo órdenes de quién actuó Acotto? En una de las escuchas surgió que “hizo un laburo para los de arriba”, lo que interpretan como una referencia a los posibles instigadores de la amenaza. Una línea apunta a Dylan Cantero, alojado en la cárcel de Piñero y a otro interno alojado en la Unidad 16, la cárcel de avenida de Las Palmeras al 700. Sin embargo, no está previsto que esos indicios tengan correlato judicial en el corto plazo. Tamara L., en tanto, está ligada solo al expediente por drogas y desde la Fiscalía provincial –a diferencia de lo anunciado por Nación– por ahora descartan su participación en la intimidación en Funes.