Se conocen como valores aquellos principios y esencia que nos identifican y definen como personas e integrantes de un grupo o comunidad.

La palabra valores viene del latín "valere", que significa ser fuerte. Nada más real con respecto a esta definición en estos momentos. ¿Cómo compartirlos? No proclamándolos , sino poniéndolos en práctica consecuentemente todos los días.

Elegí una palabra que a mi entender tiene una fuerza muy grande en todo momento y hoy mucho mas: disciplina. La disciplina es el puente entre los objetivos y los logros.

Objetivos logros recordando que los objetivos son los pasos que se van cumpliendo para llegar hacia un fin establecido o meta, mientras que los logros están relacionado con haber hecho lo mejor de tí. Es algo interno, muy dentro tuyo, que no necesita de la aprobación de los demás.

La relacioné con un árbol, donde la disciplina es el CORE (el centro) que nos aporta estabilidad en momentos donde el estado de ánimo no es el ideal. Se me ocurrió armar un acróstico en forma de árbol y que cada palabra de disciplina sea movilizadora de logros individuales para todos nosotros.

Dedicación: se relaciona con el entusiasmo, donde uno se desempeña con mucho amor y atención a una actividad.

Iniciativa: el mundo fue creado por este valor, que permitió idear, innovar y emprender acciones, con el objetivo de mejorar la situación actual.

Sinceridad: es la confianza donde uno se expresa sin mentiras no fingiendo situaciones que no son.

Confianza: es la llave para todas las cerraduras.

Integridad: es el resguardo personal de una persona; está relacionado con la decencia.

Perseverancia: es un esfuerzo continuo que supone alcanzar y obtener resultados concretos; es la tercera virtud cardinal, que habla de vencer el temor y eludir la temeridad. Se necesita fortaleza mental.

Inteligencia: escuchar para comprender y no para responder.

Nobleza: sincero, generoso sin pedir nada a cambio y acordar con el otro a pesar de estar en desacuerdo.

Alegría: produce sensación de agrado , de esperanza y reírse es contagioso.

La disciplina, en síntesis, nos da libertad para desarrollar nuestras actividades y realizar logros continuos e individuales sin contar la aprobación de los otros sino el de uno mismo.

(*) El autor es coach organizacional

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