Frenkie de Jong fue el futbolista que más me impresionó el año pasado. Fuera del terreno de juego, en una entrevista, señaló a los entrenadores formativos como culpables de la crisis del fútbol holandés. “Los veo instruyendo a los jóvenes a que toquen dos veces antes de pasarla o gritándoles para que no pierden la pelota y así inducirlos a que se la pasen a su arquero en lugar de crear” (1).

La afirmación no sólo encaja en nuestro fútbol sino también en toda fragmentación hacia un cúmulo de ideas. Basta que Guardiola diga "este jugador no la pierde" para que sus imitadores le exijan a cada uno de sus mediocampistas que no la pierdan, reduciendo el mensaje. Lo que dice Frenkie de Jong es que hay una exageración hacia la posesión y una mala interpretación de una metodología de entrenamiento. El daño de todo mal formador es fomentar prácticas acotadas. Y en el fútbol de los mediocampistas se trata de no perderla pero sobre todo de crear.

Cuidado con las normas preestablecidas es lo que está diciendo el jugador del Ajax de Holanda. Solemos agarrarnos de frases sueltas para aparentar conocer. Si los DT predeterminan que hay que jugar a dos toques en un ejercicio de entrenamiento, por ejemplo, crearán ciertos hábitos que pueden automatizar y estandarizar jugadores.

Todo parte desde qué manera entendemos la educación. El finlandés Pasi Sahlberg autor del libro “¿Qué puede aprender el mundo del cambio educativo en Finlandia?” no deja de decir que las políticas educativas deben ser aprendidas, nunca copiadas (2). ¿Qué sentido tendría calcar una política educativa de Helsinki en una escuela Rosario sin contextualizar a nuestra sociedad actual? ¿Qué sentido tendría copiar la exigencia de La Masía de Barcelona para un club de la provincia de Santa Fe con condiciones socioculturales y visiones del mundo totalmente diferentes?

“Es común intentar imitar a Finlandia, y siempre recomiendo no hacerlo. La sociedad finlandesa ha logrado funcionar bien en su conjunto, no sólo en educación. Las políticas de salud, empleo, juventud y medioambiente están intrínsecamente ligadas con la educación escolar”, afirma Sahlberg desde su perspectiva como uno de los líderes en política educativa internacional. A su vez, da una clave que también debería pertenecer al fútbol, integralidad y sistémica: “Si acaso hay un aspecto de nuestra educación que es más importante que otros, es el foco sistémico en incrementar la equidad y la igualdad en todas las áreas de nuestra sociedad”.

Creo que vamos camino hacia una educación en el fútbol que contemple a jugadores inteligentes, integrales. Cuando veo jugar a Frenkie de Jong observo eso. Un mediocentro capaz para jugar en cualquier altura del campo. Ahora juega como central en la línea defensiva. Y cuando tiene la pelota sólo cumple con las normas que dicta el juego de fútbol. Lo presionan pero no se siente presionado y da ventajas al compañero que recibe su pase. Avanza, amaga, entiende donde posicionarse. A la vez, es capaz, con sólo 20 años, de declarar e interpretar ejercicios de entrenamiento e ideas sobre el juego. Es el jugador que sintetiza al modelo Ajax, un club académico que bebió de las fuentes del fútbol del Río de la Plata de principio de siglo XX.

Fomentar estas capacidades y actitudes debe formar parte de cualquier plan en educación. Potenciar saberes, declinando ejercitaciones lineales, repetitivas que sólo pretenden establecer ideas jerárquicas desde el “docente” o “entrenador”. Una nueva sociedad, un nuevo fútbol, requiere otros instructores.

(1) "The problem with Frenkie de Jong" 

http://dutchsoccersite.org/the-problem-with-frenkie-de-jong/ 

(2) 

“Las verdaderas lecciones de Finlandia”,

https://pasisahlberg.com/las-verdaderas-lecciones-de-finlandia/