La serie de cuadernillos con material didáctico para compartir con los chicos del nivel inicial y primario la desaparición forzada de Santiago Maldonado germina en un terreno fértil para la intolerancia, que los gobiernos, actual como anterior, elige seguir abonando.

En lugar de ocupar nuestro tiempo y los recursos del estado al hallazgo ya y con vida del joven artesano desaparecido hace 30 días en la provincia de Chubut, la dualidad argentina de hoy consiste en elegir si se pide encontrarlo. Repito: en lugar de encontrarlo, la urgencia es si se pide o no se pide encontrarlo. Es una nueva línea que divide buenos y malos. Este desencuentro, tan fácil de cosechar en las redes sociales, parte de un concepto intencionadamente mezquino. 

Para aportar un granito a la confusión general, el debate se mete en las escuelas. La federación nacional Ctera comenzó la distribución de estos cuadernillos para “trabajar con los chicos” la “desaparición forzada” de Maldonado. Representantes locales del gremio Amsafé como Javier Almirón, en contacto con este periodista, argumentan que en el caso se invierte la carga de la prueba porque el Estado no puede justificar que haya pasado tanto tiempo sin encontrarlo. Es decir, se convierte en sospechoso de haberlo “desaparecido” a través de las fuerzas de seguridad, por el sólo hecho de reclamar.

Una afirmación temeraria teniendo en cuenta que en el expediente judicial que lleva 29 días todavía no se terminó de peritar pelo, una soga con presuntos rastros de sangre y un video en el que aparecería Maldonado cortando una ruta con un grupo de manifestantes de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM). No es fácil, no se le ve la cara. Tampoco a casi ninguno de los otros manifestantes. Más allá de eso, la propia fiscal de la causa, Silvina Ávila, acusó a los mapuches de impedir que se puedan seguir pistas sobre el paradero de Maldonado, como también advirtió que no hay elementos que permitan identificar implicar al escuadrón 35 de El Bolsón, que intervino en el desalojo del corte de ruta. Todo esto lo sabe Alejandra Gils Carbó, la reconocida jefa de los fiscales nombrada durante el mandato presidencial anterior.

Tal vez sea una desaparición forzada. Pero no está probado aún. El respeto a la Constitución, que debemos defender gremios docentes, gremios en general, ciudadanos en general, también queda representado por el respeto a la división de poderes. Y el tema está en la Justicia que, es cierto, no inspira confianza hoy. Antes tampoco.

Ctera se apoya en que el 21 de diciembre de 2010 la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) decidió declarar el 30 de agosto día de las Víctimas de las Desapariciones Forzadas. En su web oficial, evoca la resolución A/RES/65/209 que dice que “e ha convertido en un problema mundial que no afecta únicamente a una región concreta del mundo. Las desapariciones forzadas, que en su día fueron principalmente el producto de las dictaduras militares, pueden perpetrarse hoy día en situaciones complejas de conflicto interno, especialmente como método de represión política de los oponentes”. Es decir, para Ctera, Maldonado es un oponente del gobierno nacional y entonces, lo desaparecen. Desde 2011 se observa éste como un día de lucha en defensa de las personas contra las desapariciones forzadas.

Es recién en 2017 cuando los gremios de la enseñanza proponen difundir material al respecto. Es el nombre de Santiago Maldonado el elegido para ponerle rostro a este reclamo. Seis años después, en medio de una semana marcada por la difusión del escrutinio definitivo de los resultados electorales de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). ¿Es casualidad?

Cabe hacerse otra pregunta. ¿Es casualidad que no sea ni el nombre ni la cara de Marcelino Chelí Olaire? Chelí tiene 31 años, es parte de la comunidad Qom La Primavera y está desaparecido desde que lo internaron en un hospital en febrero pasado. Tampoco el de Juan Carlos López, de 38 años, de la etnia QOM de Sáenz Peña, desaparecido en julio del año pasado. Ni por asomo son los únicos casos. Para Félix Díaz, líder de la Comunidad QOM La Primavera, todo se politiza y si Santiago no hubiera sido blanco, no hubieran pedido su búsqueda como la piden. Para agregarle más, con su hipnótica cadencia verbal aseguró que es común que “se tiren con muertos y desaparecidos” y todos estos temas se politicen. Lo dijo así a A diario, por Radio 2, esta semana. El hecho de que Santiago Maldonado sea blanco y de la provincia de Buenos Aires le confiere un status preferencial a un desaparecido.

El ministerio de Educación bonaerense se pronunció en contra del cuadernillo y de lo que creen es politización incorrecta del aula. ¿Significa que hay una politización correcta?

En Santa Fe, el Ministerio no difundirá, pero tampoco prohibirá que chicos de 4 años en adelante reciban ese material en la escuela, explicados por los docentes que así lo consideren. Pero no condena una discusión política en la que si bien hay un derecho a saber, hay también una relación desproporcionada en poder y saber: la del docente como guía y mediador y la del chico que aprende. En otras palabras, hay horas escolares en las que hay material no autorizado pero tampoco condenado por el Ministerio, que es el que ordena los contenidos curriculares.

Nadie puede oponerse al desarrollo del espíritu crítico. ¿Es necesario hacerlo desde los 4 años de edad, con una causa en trámite de la que hay mucho por aclarar aún?

Lo que nos aniquila como país es nuestro prejuicio. Yo firmé la petición de Change.org. Me saqué la foto con otros compañeros de trabajo preguntando dónde está Santiago Maldonado. ¿Eso me convierte en algo? No hay que confundir esta democracia con aquella dictadura en la que desaparecieron inocentes y no tanto, con terrorismo de Estado ejecutado en un plan sistemático. incluyendo robar bebés y torturar.

Al mismo tiempo desapruebo la politización innecesaria de chicos a los que debemos enseñarles, antes que cualquier otra cosa, a bajar un cambio y no vivir a la defensiva. Desapruebo también que se tenga que crear un 0-800 para denunciar la politización, iniciando una "caza de brujas" que no aporta. ¿Así van a encontrar a Santiago?

Esto no es sumar esfuerzos para ayudar a la familia Maldonado y a los "olvidados". Es dividirlos para convencernos de que a la culpa la tiene el otro.